I. Vivir conscientemente.
¿Por qué es tan importante la consciencia?
Porque es el instrumento básico de la supervivencia.
Identificamos una mayor madurez con una visión más amplia, una mayor consciencia y un conocimiento superior.
El ser consciente de la realidad me permitirá afrontarla.
Las personas tenemos la opción de ejercitar nuestras facultades o de destruir nuestros medios de supervivencia y de bienestar. Esta capacidad de dirigirnos por nosotros mismos es nuestra bendición y, en ocasiones, nuestra carga.
- “Sé que no estoy trabajando lo mejor que sé, pero no quiero pensar en ello”,
- “Sé que nuestro negocio tiene problemas, pero ya se resolverán”,
- “Sé que fumar es malo pero ya dejaré de fumar”,
- “Sé que estoy viviendo por encima de mis posibilidades, pero ...”,
- “Sé que mi forma de comer está arruinando mi salud, pero ...”.
Vivir de manera consciente supone:
- Una mente activa en vez de pasiva. Es el acto más importante de autoafirmación: la elección de pensar, de buscar la consciencia, la comprensión, el conocimiento y la claridad. Está implícita en esta orientación otra virtud de la autoestima, la de la responsabilidad por uno mismo. Como soy responsable de mi vida y de mi felicidad, decido ser consciente y estar guiado por la comprensión más clara de que soy capaz. No caigo en la fantasía de que otra persona pueda pensar o tomar decisiones por mí.
- Una inteligencia que goza de su propio ejercicio.
- Estar presente en lo que uno hace.
- Afrontar los hechos en vez de rehuirlos.
- Percibir y enfrentarme a mis impulsos para evitar o negar las realidades dolorosas o amenazantes.
- Interesarse por conocer si mis acciones están en sintonía con mis propósitos.
- Buscar retroalimentación en el entorno para corregir un camino cuando sea necesario. Un directivo que opera con un alto nivel de consciencia hace planes para el mercado de mañana; un directivo que opera a un nivel más modesto piensa en términos de mercado actual; un directivo que opera a un bajo nivel puede no percibir que aún está pensando en términos de ayer.
- ¿Qué empresa perdurará más, la que cuenta con el directivo más consciente o con el menos consciente?
- Ser receptivos a conocimientos nuevos.
- Estar dispuestos a ver y a corregir los errores. El encontrar humillante admitir un error es signo seguro de deficiente autoestima.
- Intentar ampliar la consciencia. Adquirir un compromiso con el crecimiento como forma de vida. Sólo un compromiso de aprender durante toda la vida puede permitirnos mantenernos adaptados a nuestro mundo. No vivo de manera consciente si mi consciencia la utilizo sólo para conocer mi realidad exterior pero no para comprenderme a mí mismo. Además de interesarme por comprender el mundo que nos rodea, debo conocerme mejor a mí mismo.
- ¿Sé lo que estoy haciendo cuando me gusto especialmente a mí mismo y lo que estoy haciendo cuando no?
- Tengo que percibir lo que me excita y lo que me agota. Percibir si mi voz interior es verdaderamente la mía o pertenece a alguien más (quizás a mi madre). Tengo que creer que es valioso conocerme a mi mismo. Si distingo mi voz de las demás (padre, madre, autoridades religiosas, etc) podré llevar mi vida como ser humano autónomo.
- Tengo que preocuparme de ser consciente de los valores que me mueven y guían, así como de su raíz, de forma que no esté gobernado por valores que he adoptado de manera irracional o he aceptado acríticamente de los demás. Una de las formas que asume la inconsciencia es el olvido de los valores que guían nuestras acciones e incluso la indiferencia a esta cuestión. Todos nosotros sacamos en ocasiones, conclusiones erróneas o irracionales de nuestra experiencia sobre cuya base podemos formar valores perjudiciales para nuestro bienestar. Todos nosotros absorbemos valores del mundo que nos rodea (de la familia, de los amigos y la cultura) y estos valores no son necesariamente racionales o van a favor de nuestros intereses verdaderos. El vivir conscientemente supone reflexionar y ponderar a la luz de la razón y de la experiencia personal los valores que determinan nuestras metas y propósitos.
- Preocuparse de distinguir los hechos de las interpretaciones y de las emociones. Lo que percibo, lo que interpreto que algo significa y cómo me siento en relación a ello son tres cuestiones independientes. Si no distingo entre ellas, mi arraigo en la realidad pierde pie. Lo que significa que pierde pie mi eficacia personal.
La autoestima es la reputación que llegamos a tener para con nosotros mismos.
Vivir de manera consciente significa intentar ser consciente de todo lo que tiene que ver con nuestras acciones, propósitos, valores y metas (al máximo de nuestras capacidades, sean cuales sean éstas) y comportarnos de acuerdo con lo que vemos y conocemos.
La consciencia que no se traduce en una acción adecuada es una traición de la consciencia. Por ejemplo, reconocer que ha sido muy injusto y que ha dañado a ciertas personas y realizando las oportunas correcciones.
Si no admito mis errores es lo contrario a vivir conscientemente.
Mi estado de consciencia sólo puede determinarse en relación a mis propósitos.
El vivir conscientemente implica un respeto hacia los hechos de la realidad.
Esto significa tanto los hechos de nuestro mundo interior (necesidades, deseos, emociones) como del mundo exterior.
Esto implica adquirir conocimientos de psicología, economía y sociología para de este modo ser más conscientes de nosotros mismos y de nuestro mundo exterior.
Dado el incontable número de cosas del mundo del que es teóricamente posible ser consciente, está claro que la consciencia supone un proceso de selección.
Mi propósito y mis valores determinan la norma de selección.
Cuando estamos plenamente concentrados en una actividad estamos actuando a un alto nivel de consciencia.
Nuestras creencias son las ideas más enraizadas que tenemos en torno a la vida.
Vivir conscientemente implica no tener creencias erróneas.
Antes de modificar cualquier creencia errónea hemos de lograr vivir en el presente, y el mejor modo de lograrlo es leer el libro "El poder del ahora" de Ekhart Tolle y aplicar sus enseñanzas.
Vivir en el pasado es la fórmula perfecta para la depresión, y vivir en el futuro es la fórmula perfecta para la ansiedad.
Son comportamientos autodestructivos que nos dificultan tener una buena disposición de ánimo.
En la mayor parte de la historia de nuestro planeta la vida no existió. Por tanto, la vida es un hecho único y maravilloso.
¿Tu estancia en la tierra es agradable?
¿Tienes una vida feliz o desgraciada?
¿Te sientes satisfecho con tu vida?
¿Sufres ansiedad, estrés o depresión?
Las personas felices afrontan sus problemas.
Es importante no rehuir los problemas que pueden tener solución. Si a pesar de afrontarlos no se resuelven podemos seguir siendo felices igualmente.
La felicidad no es la ausencia de problemas. Estos forman parte de la vida. de hecho hay personas que les encanta resolver problemas, entre ellos los empresarios. Muchos de ellos se consideran solucionadores de problemas. De hecho, la mayoría de las empresas se crean para dar soluciones a problemas y necesidades de las personas.
Creencias erróneas según Wayne Dyer:
- Necesidad de aprobación. La opinión que tú tengas sobre ti mismo es mucho más importante que la que los demás puedan tener de ti. Has de ser independiente, sincero y asertivo. La necesidad de aprobación dificulta la sinceridad y la buena comunicación. te hace perder el control de tu vida otorgándoselo a los demás. Los padres tienen que enseñar a sus hijos a confiar en sí mismos, pensar por sí mismos, a confiar en su propio juicio y a tomar sus propias decisiones. Los padres no son dueños de sus hijos. Los empresarios no son dueños de sus trabajadores. Tanto los niños como los trabajadores han de ser capaces de pensar por sí mismos, solucionar sus propios problemas y desarrollar confianza en sí mismos. Unos buenos padres no alimentan la dependencia de sus hijos ni su necesidad de aprobación. Proteger a tus hijos de todos los peligros los mutila y los desprotege. Estás limitando la evolución y el crecimiento de sus talentos para solucionarse sus propios problemas. La aprobación debe de ser incondicional porque el verdadero amor es incondicional. Debes aceptar a tus hijos tal y como son. Son únicos en este mundo y como tales su autoestima no puede estar sujeta a tu aprobación. La aprobación no debe de venir de la obediencia y de la uniformidad. si haces que la aprobación de tu hijo dependa de otras personas, esto puede ser aprovechado por un pederasta para abusar de tu hijos. Accederá a sus deseos porque le han enseñado a ser obediente para así recibir la aprobación de los adultos. Por tanto, no siempre es bueno hacer lo que otra persona espera de nosotros. hemos de enseñar a nuestros hijos a pensar por sí mismos y a poner límites. Lo mismo ocurre con el Estado o con tu empresa. ¿Acaso saben ellos mejor que tú lo que te conviene? Sin leyes y normas viviríamos en el caos, pero con un exceso de leyes y normas viviríamos en un sometimiento cercano a la esclavitud, a la falta de libertad. Una cosa es desear la aprobación de los demás y otra muy distinta es necesitar la aprobación de los dos demás. Esto último no es nada sano. Hemos creado una sociedad y estamos creando una sociedad donde lo más importante es lo que los demás piensen de ti y no lo que tú piensas de ti mismo. No hay más que ver la enorme cantidad de dinero que se invierte en mejorar nuestro estatus y en la imagen que la inmensa mayoría de las personas trasmiten de su vida en las redes sociales. Entre las diez empresas de mayor capitalización bursátil de Europa están Novo Nordisk (con su medicamento estrella, Ozempic, para lograr adelgazar)., LVMH (Bvlgari, Louis Vuitton, Tiffany, Don Pérignon, Loewe, Möet & Chandon), L'Oréal, Hermès, e Inditex.
- Cualquier tiempo pasado fue mejor. La mejor forma de romper esta creencia errónea es leer "Factfulness" de Hans Rosling o "El progreso" de Johan Norberg.
- Culpabilizarse y preocuparse por todo. Leer los libros de "No siempre es depresión" de Hilary Jacobs Handel y "Dejar ir" del Dr. David R. Hawkins son el camino para dejar de culpabilizarse y preocuparse por todo.
- Rigidez y mente cerrada. Leer, viajar y relacionarse con personas abiertas es la mejor forma de abrir la mente.
- No saber que no se sabe. Buscar acercarse lo máximo posible a la verdad, leyendo libros de psicología, filosofía, sociología y economía para conocernos mejor a nosotros mismos y a nuestro entorno. De este modo seremos más conscientes de nosotros mismos, de cómo funciona nuestra mente, las gafas a través de las cuales vemos el mundo y de como funciona nuestro entrono.
¿En qué tengo que ser más consciente, en el trabajo o en mis relaciones personales?, ¿siento temor a ser más consciente en alguno de estos ámbitos?, ¿por qué?, ¿qué tengo que cambiar?, ¿qué estoy dispuesto a hacer?
La práctica de vivir de manera consciente es el primer pilar de la autoestima y en la próxima newsletter hablaremos del SEGUNDO PILAR DE LA AUTOESTIMA.
LA PRÁCTICA DE LA ACEPTACIÓN DE UNO MISMO según Natahaniel Branden.