Se estima que una persona, para tener una vida financiera saludable debería ser capaz de ahorrar entre un 10% y 25% de sus ingresos anuales y derivar estos ingresos a formar su fondo de emergencia, para luego destinarlo a cumplir sus objetivos financieros o invertirlos. El problema, es que muchas personas no logran llegar a ahorrar dinero ya que es un hábito que no tienen; sin embargo, hay un grupo de personas que superan ese 25% de ahorro a tal punto que deja de ser saludable financieramente.
El problema radica en que se llega a un punto en el cual le ponemos mayor atención a la acumulación del dinero en sí, que a los objetivos que nos hemos marcado y los que deben ser el motor de nuestro ahorro. Como con cualquier otro hábito que podemos tener, el ahorrar también nos puede llevar a que nos pasemos de largo. Por suerte, existen algunas señales que podemos identificar si es que es nuestro caso, señales que nos advierten que se nos está pasando la mano con todo esto de cuidar nuestro dinero:
- Registro de gastos: las personas que suelen tener sus finanzas controladas, llevan un registro de gastos, y es normal que cuando hagamos un cuadre, tengamos un déficit porque nos hemos olvidado de registrar algo y con la cantidad de cosas que consumismo es posible que no encontremos qué es lo que hemos gastado, o hay una diferencia por un tipo de cambio que usamos para una operación en otra moneda (ya sea porque en tu país se manejan dos monedas como en la mayoría de los países latinoamericanos o porque te fuiste de viaje al extranjero), o por un gasto que hicimos en efectivo que no apuntamos en su momento y no lo recordamos. Como somos personas, nos podemos equivocar o nos podemos olvidar de cosas, lo cual es completamente normal. Si aceptamos que nos vamos a equivocar, sabremos que cada cierto tiempo haremos un ajuste a nuestro registro de gastos. La alerta se da si cuando nos pasa esto, nos sentimos mal con nosotros mismos, al punto que sentimos angustia tal que el tema nos deja preocupados o le estamos dando vuelta a la cabeza todo el día. Esto puede ser una señal de que se nos está pasando la mano y que este tema nos está perjudicando y estamos un poco obsesionados.
- Nos transformamos en ahorradores compulsivos: Esto porque terminamos comprando solamente cosas en oferta a pesar que ello pueda o no cubrir nuestras necesidades o sea de una calidad menor a la que necesitamos que el producto sea. Nos atrae solamente la palabra oferta sin tomar en consideración factores adicionales, tales como si cubren o no nuestras necesidades de la mejor manera, son cosas de calidad y que durarán. Esta bien ser un consumidor responsable, pero si sólo buscamos la oferta, estamos dejando de lado otras cosas que nos pueden servir más.
- Perdemos el vínculo entre el dinero y el tiempo: El fin mayor del dinero es tener la libertad para poder elegir lo que quieres hacer y lo que no, lo que implica finalmente disponer de tu tiempo. Lo que hacemos en algunos casos, es gastar dinero en aquellas cosas que nos gustan con la finalidad de disponer nuestro tiempo en cosas que queremos hacer y que sí nos gustan. Por ejemplo si odio lavar el carro después que ha llovido y esa tarea no me aporta valor, le pago a una persona para que lo haga bien, mientras yo ese tiempo lo puedo usar para ver una película o trabajar para generar dinero. Muchas veces por ahorrar dinero perdemos tiempo. Por ejemplo, el no querer ir en taxi a un lugar y preferir un bus, con el mayor tiempo que ello implica. En algunos casos estará justificado, pero en otros no. Si estamos tomando decisiones en las cuales valoramos más el dinero que nuestro tiempo de manera persistente, puede ser otra señal de alerta.
- Acotamos nuestra vida social: Porque toda esa vida social es gastar dinero (ir a comer, salir con los amigos, ver una poelicula en el cine). Nos convencemos que a la larga no lo necesitamos, pero hay que recordar que las peronas somos seres sociales y necesitamos salir y socializar. Si reduces mucho tu vida social puede ser otra señal de alerta. Cuidar mucho nuestro dinero puede volvernos antisociales.
- Nos volvemos guardadores compulsivos porque tenemos miedo a la escazes futura, así no usemos las cosas que guardamos.
- Solo pensamos en invertir: Todo gira en torno a la inversión y dejas de vivir el ahora para pensar en vivir en el futuro.
- Te sientes constantemente estresado por el dinero: Si te sientes constantemente ansioso o estresado por el dinero, es posible que estés exagerando con el cuidado del dinero y no permitiéndote disfrutar de la vida.
- Te aferras a objetos antiguos y en mal estado: Si te aferras a objetos antiguos y en mal estado en lugar de reemplazarlos, es posible que estés exagerando con el cuidado del dinero.
Si te identificas con alguno de estos puntos, puede ser que estés poniendo al dinero en sí por encima de otras cosas, por lo que debes tener cuidado. Estas otras cosas pueden ser tan importantes como nuestros propios objetivos financieros, por lo que el dinero acapara el centro de atención de tus finanzas personales, en vez de ser tú ese centro de atención.
Es importante tener un equilibrio saludable entre ahorrar dinero y gastarlo en cosas importantes. Si crees que estás exagerando con el cuidado del dinero, es posible que desees hablar con un consejero financiero o terapeuta para obtener ayuda
Tú eres el centro de atención de tus finanzas personales y eso se traduce en tus objetivos, no dejes que el dinero tome ese lugar.