¿Cómo seguir impulsando el talento en un mundo impredecible?

En un mundo marcado por la transformación digital y la irrupción de nuevas tecnologías, las empresas deben adaptarse rápidamente para mantenerse competitivas. Este entorno de constante cambio ha elevado la importancia de gestionar el talento, ya que los empleados son un recurso estratégico clave para el crecimiento y la innovación.

En este contexto, retener y desarrollar a los mejores talentos no es solo una ventaja, es una necesidad. Las organizaciones que logran mantener a sus empleados más destacados y enfocarlos en tareas críticas son las que mejor se posicionan para aprovechar las oportunidades que presenta el cambio constante. Sin embargo, muchas empresas se preguntan: ¿cómo pueden asegurarse de que su talento esté alineado con las prioridades más importantes?

Michael Mankins y Eric Garton, colegas en Bain, abordaron esta cuestión en su libro “Tiempo, Talento y Energía”. Cuantificaron la diferencia de rendimiento entre un profesional promedio y uno excepcional: los mejores abogados corporativos son hasta 12 veces más productivos que el promedio, los mejores desarrolladores de software 9 veces y los mejores cirujanos cardíacos 6 veces. Esta diferencia de desempeño es significativa, pero muchas empresas no logran maximizar este potencial.

Enfocar el talento en las misiones críticas

Las organizaciones de alto rendimiento destacan por la manera en que aprovechan su talento. Mientras que muchas empresas dispersan a sus empleados clave en tareas de menor impacto, aquellas que sobresalen destinan el 95% del tiempo de sus estrellas a funciones cruciales. Este enfoque no solo mejora los resultados a corto plazo, sino que también impulsa la innovación y el crecimiento a largo plazo.

El primer paso es identificar las “misiones críticas” de la empresa: las áreas estratégicas que hacen la diferencia entre el éxito y el estancamiento. Estas misiones incluyen tanto la gestión del negocio actual como el impulso de la innovación. Los líderes deben comprender estas dos dimensiones y asegurarse de que el mejor talento esté enfocado en ellas.

Identificar y desarrollar el talento clave

Gestionar el talento adecuadamente implica identificar a los empleados clave y aquellos con alto potencial de crecimiento. Este proceso debe ser continuo, ya que, en un entorno tan cambiante, los talentos emergentes pueden surgir en cualquier momento.

Una vez identificado el talento, es esencial proporcionarles las herramientas necesarias para su desarrollo, así como darles la libertad de liderar proyectos estratégicos. Crear un ambiente donde puedan florecer es fundamental para aprovechar todo su potencial.

Gestionar el capital humano como el capital financiero

Las empresas deben tener la misma claridad para gestionar su capital humano que la que tienen con su capital financiero. Saber en qué están trabajando sus empleados más valiosos y si están dedicando su tiempo a tareas críticas es fundamental. Muchas organizaciones no tienen una visión clara de esta gestión, lo que puede llevar a una dispersión de esfuerzos y a una falta de foco en las prioridades estratégicas.

Tener un sistema claro para rastrear el despliegue del talento es esencial. No es necesario contar con un sistema sofisticado de recursos humanos; incluso una hoja de cálculo puede ser efectiva si se utiliza con disciplina y constancia. Lo importante es asegurarse de que el talento está trabajando en las misiones que realmente aportan valor.

Tomar decisiones difíciles

Gestionar el talento también implica tomar decisiones difíciles. Muchas veces, los empleados más valiosos se ven atrapados en tareas rutinarias que no aprovechan plenamente su potencial. Los líderes deben estar dispuestos a reasignar tareas y priorizar el tiempo de estos empleados en las áreas de mayor impacto, aunque ello implique hacer sacrificios en otras áreas.

Este proceso puede ser incómodo, pero es esencial para garantizar que el talento se enfoque en las actividades que realmente aportan valor. Las empresas que logran optimizar el rendimiento de sus empleados más destacados no solo mejoran sus resultados, sino que también fortalecen su compromiso y satisfacción, lo que se traduce en una ventaja competitiva sostenible.

En un entorno de negocios dinámico y en constante cambio, las empresas que logran retener y desarrollar a su mejor talento tendrán una ventaja competitiva significativa. No se trata solo de sobrevivir, sino de prosperar en un mundo donde el cambio es la única constante. Las organizaciones que entienden cuáles son sus misiones críticas, que gestionan cuidadosamente a su talento clave y que están dispuestas a tomar decisiones difíciles, estarán mejor posicionadas para tener éxito.

El rendimiento excepcional de los mejores empleados puede marcar una diferencia sustancial en el éxito de una empresa. La clave está en maximizar ese potencial.