¿Cómo te moverás hoy para estar mejor?
La vida sedentaria y confinada que nos ha impuesto la pandemia en los últimos meses nos ha alejado de uno de los elementos claves de nuestra naturaleza: El movimiento. A partir del conocimiento del ecosistema de bienestar sobre el que se basa la experiencia del alumno de nuestra universidad; me he interesado cada vez más por los hábitos que contribuyen a potenciarnos cada jornada. Uno de esos hábitos sin duda es el mantener a nuestro cuerpo activo en cada oportunidad posible.
Al igual que el agua estancada se descompone; un cuerpo que no se mueve no puede liberar energía contribuyendo así a su debilitamiento. Un cuerpo sedentario pierde reflejos, vitalidad y capacidad de evolución de manera inevitable. De acuerdo a los Diez mandamientos del cavernícola de Mark Sisson; nuestros antepasados tenían una salud mejor a la nuestra, sin tomar en cuenta el efecto y disponibilidad de medicamentos, gracias a una dinámica constante necesaria por los retos propios de su entorno. El autor señala que para aquellos hombres primitivos que lograban sobrevivir a los retos de depredadores o poca disponibilidad de recursos para un refugio; no era raro que llegaran con plena vitalidad más allá de la frontera de los 80 años de edad y simplemente fallecieran por agotamiento, no por enfermedades crónico-degenerativas. Hoy podemos exceder el promedio de expectativa de vida a nivel de nuestro país o incluso la media internacional, aunque eso no significa que lo hagamos con plena salud y capacidad de independencia. En muchos casos llegamos a esta edad condicionados a la prescripción de varios medicamentos para mantener el equilibrio de nuestras funciones.
Sin embargo, los autores más reconocidos en el tema de salud, bienestar y desarrollo personal como Tom Rath o Robin Sharma señalan que podemos mitigar ese deterioro con un elemento muy importante: El ejercicio. La rutina de movernos aunada a alimentación, estímulo intelectual y adecuado mantenimiento a través del sueño puede darnos una gran combinación de fuerza y energía. ¿Podemos encontrar medios para movernos a pesar de estar la mayor parte de nuestra jornada conectados? La respuesta es si, siendo intencionales y disciplinados podemos aprovechar hasta las ventanas más cortas de tiempo.
Para quienes viven por ejemplo en departamentos y requieren subir algunos pisos o caminar ciertas distancias hay muchas oportunidades. Yo me concentro en ser consciente de cuántas veces al día subo y bajo escaleras por varias razones. Entre más minutos acumules al día de este ejercicio se beneficia la tonificación de piernas, la quema de calorías y la capacidad respiratoria. Así que si puedes buscar ascender y descender 2 o más pisos; bienvenido el tramo de escaleras. Si a eso agregas peso algunas veces por semana como al llevar despensa, aún mejor.
Otra oportunidad para moverse fuera del escritorio puede ser caminar alrededor del conjunto residencial. Es algo mucho más placentero que una caminadora en una de las habitaciones porque también permite cierto grado de convivencia si encuentras vecinos. Si el conjunto residencial tiene una extensión que te permite caminar 10 o 15 minutos alrededor del mismo, no hay que dudar en hacerlo. Y si por la geografía el lugar tiene variedad de terreno entre pendientes y planos, ya estarás ayudando a tu cuerpo con un ejercicio moderado que tenga constancia con una rutina de varios días a la semana.
Para aquellos que tienen auto; el ejercicio de lavarlo también es un ejercicio válido para estirarnos, flexionarnos y poner fuerza en mover insumos que necesitemos para esta tarea. Entre más detallada sea esta rutina al incluir el interior y el exterior; así como el contemplar un auto de mayor tamaño se pondrán más partes de nuestro cuerpo en movimiento.
Otra idea a compartir sobre la creatividad para movernos puede estar en nuestra propia conectividad mientras trabajamos. Desde Estados Unidos se empezó a popularizar el uso de escritorios verticales que puedan adaptar su altura para trabajar de pie o sentados. Hoy este tipo de escritorios ya están disponibles en nuestro país. La postura erguida al trabajar ya implica cambios positivos en la circulación sanguínea y en la oxigenación de nuestro cuerpo. Si alternamos el trabajar de pie con estar sentados durante el día veremos cambios en nuestro estado de alerta.
Finalmente, pensemos en la multitud de llamadas que tomamos durante el día. Si no se requiere tener cámara encendida para la conversación; podemos probar a tomar esas llamadas de pie. Podemos flexionar lado a lado nuestras piernas o incluso hacia adelante y atrás. Igualmente podemos probar a hacer sentadillas, estirarnos sobre la punta de nuestros pies levantando nuestros brazos o incluso girar nuestro cuello y hombros para activar nuestras articulaciones. Las opciones solamente dependen de nuestra creatividad y apertura a ir conociendo más las grandes capacidades de nuestro cuerpo.
Con todas estas sugerencias; simplemente queda la invitación a encontrar razones para activarnos; sabiendo que con ello estamos agregando fuerza, vitalidad, y salud a nuestras jornadas.