CALLS DE TV+ Y LAS MANERAS CREATIVAS DE CONTAR HISTORIAS AUDIOVISUALES
Hace unos días casi terminamos de ver The One en Netflix, la que al parecer era «la nueva Black Mirror«.
¿Quieres mi opinión?
No la veas.
O al menos no lo hagas si vas con la idea, como era mi caso, de que en efecto era una nueva Black Mirror.
Como ya dije por redes sociales (recuerdo que cada día de lunes a viernes recomiendo a eso de las 20 horas horario español un contenido para ver esa noche), tiene de Black Mirror únicamente de que parte de su base argumental podría encuadrarse dentro de la distopía.
Pero el grueso de la historia básicamente es un thriller policiaco. Perfectamente le podrías haber quitado eso de que una de sus protagonistas es la fundadora de una empresa genética que ha encontrado la manera de hacer match entre personas en base a sus datos biológicos, y la historia seguiría teniendo el mismo peso: Encuentran a uno muerto en la bahía, y toca saber cómo demonios llegó hasta allí.
Así que desencantado como estaba (la abandoné al cuarto capítulo, no sé si más adelante mejora), fue una verdadera alegría al descubrir otra serie que sin lugar a dudas ha pasado muchísimo más desapercibida, y que sin embargo sí bebe de ese género que tanto me encanta (maldita sea, tengo un libro publicado que va precisamente de ello): la distopía.
Hablo de Calls, una pequeña serie basada en su homóloga francesa en la que por cierto Canal + está por detrás, que lamentablemente muy pocos acabarán descubriendo, ya que está en exclusiva en el servicio de streaming de Apple TV+.
Un servicio que por casa afortunadamente tenemos (hay muy poco contenido, pero el que hay bien lo merece, y además este año debería estrenarse ya por fin la serie ambientada en la obra de Isaac Asimov…), y que aunque solo sea para ver estos 9 capítulos en una sesión maratoniana y luego darlo de baja al mes siguiente, sin lugar a dudas habrá merecido la pena.