Calma, Conocimiento y Liderazgo en época de crisis.

Hoy vamos a contar una historia seguramente poco conocida por los más jóvenes. La misma viene reflejada en Biblia católica, concretamente en el Antiguo Testamento dentro de los Libros Históricos, por supuesto de manera más extensa. Sin duda alguna nos narra una historia muy interesante de cómo una mujer y su liderazgo pudieron hacer lo que parecía imposible. La historia empieza así:

El rey Nabucodonosor II llevaba 12 años reinando en plena expansión de su imperio (en torno al 592 a.c.).

Nabucodonosor II como cualquier imperio tuvo competidores, concretamente en este caso a los Medos bajo el reinado de Arfaxad (aunque otras fuentes pueden citar otros reyes). Debido a esta confrontación, Nabucodonosor II solicitó ayuda y apoyo hasta los confines de su mundo conocido, entre ellos a los israelitas. Hubo muchos pueblos que lo ayudaron por miedo o por interés, sin embargo los israelitas en este caso se negaron. Fue entonces tras salir victorioso Nabucodonosor II contra su enemigo, cuando decidió castigar a todos los pueblos que negaron su ayuda, dando esta misión a su fiel general Holofernes con el mando de 120.000 infantes y 12.000 jinetes con sus respectivos arcos, más todos los carros, provisiones y personal que éstos podían necesitar.

Holofernes al mando de su ejercito saqueó y destruyó las ciudades que dieron su negativa a su rey hasta que llego el turno a Betulia. El gran general antes del ataque como era costumbre consultó a sus asesores para conocer a quién se iba a enfrentar. Entre los asesores destacó Ajior el cual le indicó que dicha ciudad tenía un Dios que lo protegía de cualquier enemigo. Holofernes confiado en su poder y los éxitos anteriores, pasó por alto esta advertencia a la cual no le dió importancia y decidió empezar el asedio a la ciudad. Los días pasaron y el hambre, la sed, la frustración y la pesadumbre se apoderaron de los habitantes de Betulia presos en su propia ciudad.

Fue entonces cuando una joven viuda, atractiva y con un status alto llamada Judit, confirmó a sus compatriotas sitiados que podía librarles del ejército opresor del rey Nabucodonosor II. Para ello y tras ganarse la confianza del pueblo, se quedó toda una noche rezando e ideando un plan para liberar a su ciudad.

Salió Judit al día siguiente de Betulia, dejando sus compatriotas en ella la última gota de esperanza antes de entregar la ciudad debido a las penalidades. Judit se presentó junto con su criada en el campamento de Holofernes (algo ya ansioso por pasar los días y no conseguir su objetivo). El gran general tras ver su belleza y no percibir ningún peligro decidió que entrase al campamento para atenderla. Judit, le indicó que temía el poder de Nabucodonosor II, que no quería perecer y que se vió en deuda a servir a su ejército. Es por ello, por lo que en agradecimiento por aceptarla Holofernes, saldría todas las noches a rezar a su Dios junto con su criada. Será entonces cuando su Dios le denunciará cuándo su pueblo hambriento por la guerra tomará para sí el comer los animales sagrados que eran solo y exclusivamente para su sacrificio, enojándolo con ello y abandonando a su pueblo a su suerte al quitarle su protección por dicha profanación.

Pasaron uno, dos y tres días en los que Judit y su criada salían cada noche del campamento para rezar y ver si el ejército de Holofernes podía hacer el ataque final. Tras estos días y con la confianza ya ganada del general, la invitó a su tienda para cenar con ella y sus más allegados. Fue entonces cuando Judit se puso lo más hermosa posible dejando perplejo al gran general. Tras una larga noche de comida y bebida, decidió quedarse Holofernes solo con Judit en su tienda para pasar la noche, fue entonces cuando ella aprovecho el momento para con una espada cortarle la cabeza al general. Tanto Judit como su criada salieron como todas las noches a rezar, por lo que los guardias la dejaron salir sin problemas de la tienda y el campamento, pero esta vez sin pararse a mitad de camino, sino que llegaron hasta Betulia para entrar en su ciudad.

Con los suyos, mostró a sus compatriotas la cabeza de Holofernes e indicó que atacasen al ejercito de Nabucodonosor al amanecer.

El ejército enemigo, ya al alba tras ver que iban a ser atacados, fueron a avisar a su general y al ver a éste muerto, huyeron en desbandada al no tener a su líder.

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Y tú, ¿en alguna ocasión te has visto sitiado y acorralado como la ciudad de Betulia sin saber cómo escapar del o los problemas que nos brinda la vida?, ¿eres de los que tiran la toalla al no ver la luz al final del túnel y te rindes a las circunstancias?, ¿o eres como Judit, mujer paciente e inteligente que pese a estar junto con los suyos rodeada y sin salida pone calma, razona una estrategia y "toma el toro por los cuernos"?, ¿Cuántas veces te has visto sin salida y al final pensando y razonando saliste adelante motivando incluso a los demás?. Te invito con esta historia a reflexionar.

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