Capacitación Mínima


Uno de los puntos más débiles en muchas empresas (salvo honrosas excepciones), suele ser la capacitación inicial al personal de nuevo ingreso, aún cuando se suponga que tiene alguna experiencia.

Esto puede provocar, junto con el exceso de confianza del personal ya laborando en la compañía una serie de accidentes que afectarán tanto a la empresa como entidad debido a incapacidades, posibles demandas o sanciones, así como su clima laboral interno, y con esto el desempeño y a tranquilidad de los trabajadores.

En algunas empresas, teniendo como razón de esto la carga de trabajo, no se realiza la preparación de personal para sus labores de manera adecuada, quizás dando por sentado que la herramienta o maquinaria utilizada no es peligrosa, o las labores son algo que se realiza hasta en las propias casas, como el barrer o trapear, aumentando el riesgo de accidentes.

Y es que cada cabeza es un mundo y cada persona piensa en su seguridad y la de otros con un sinfín de variaciones de alcance, por lo que se realizan por esto los cursos diversos de inducción.

Quien ha trabajado en empresas de procesos de muebles de madera por ejemplo, sabe que una pulidora manual de estos materiales, ya sea eléctrica o pneumática, puede parecer inofensiva para la mayoría por su única acción vibratoria o giratoria, pero puede hacerte perder una uña, o el uso de determinados químicos en empresas de alimentos para lavar pisos o maquinaria, deben ser inofensivos, pero en manos de alguien que ignora su uso correcto, puede provocar quemaduras en la piel, (o en personal de limpieza, hay quien mezcla en ocasiones limpiador tipo pinol con ácido muriático para limpiar los pisos de baños y sanitarios sin saber que está preparando un gas venenoso y muy peligroso, tras el que se intoxican con riesgo mortal; yo encontré a una señora de limpieza perdida a más no poder sentada en el suelo de un área de baños, por falta de ventilación), por esto es necesaria la capacitación inicial y constante, además de la supervisión de la misma para minimizar los riesgos de verse en una situación de alto riesgo.

Esto, aunado al monitoreo constante del personal que demuestra una actitud riesgosa y hasta estúpida con respecto a su seguridad y la de sus compañeros.

Estuve en una empresa de muebles en la que tres de cuatro armadores se drogaban con una pipa de mariguana todos los días durante el turno, y el supervisor hacía caso omiso, porque no pedían aumento a la empresa, y en sus viajes jugaban “guerritas” con sus pistolas de clavos hasta el día en que casi le vuelan el ojo a un muchacho de nuevo ingreso.

La capacitación tiene que abarcar todas las áreas también : producción, almacenes, embarques, mantenimiento, limpieza o sanidad.

En otra empresa tuve que ser testigo un accidente en el que un elevador de material cayó y una persona perdió la pierna porque además de sobrecargarlo, lo usaba para subir y bajar en él. Nadie daba mantenimiento al elevador (básicamente un polipasto eléctrico de cadena modificado para cargar una jaula hechiza para material), ni se dio cuenta que uno de los eslabones se había estado abriendo poco a poco por el uso. Y la jefa directa de la persona accidentada no sólo no prohibía el uso incorrecto del elevador, sino que ordenaba a alguno de los muchachos de su área subirse sobre el material para “que no se cayera por el movimiento de la jaula al subir y bajar”.


El resultado, una fractura expuesta de tibia y peroné, que se complicó en las instalaciones médicas y terminó en la amputación de la pierna de la persona a la altura de la rodilla. Lo que para una persona de más de 45 años, representa una razón para no ser contratado en ninguna empresa formal de la región. Afortunadamente al parecer para él, la empresa lo estuvo buscando para que volviera con ellos a trabajar, pues básicamente era tapicero, y trabajaba en una máquina de coser industrial, es decir con sus manos, por lo que no debería tener problema siempre que no tuviera que moverse de su lugar.

La capacitación mínima también incluye el señalizar y avisar a todos de áreas peligrosas, y a no quitar señalizaciones físicas de este tipo sólo porque estorban el paso de tu personal.

Yo mismo cuento con una cicatriz en un brazo de la ocasión en que casi me caigo dentro de una cisterna con la tapa de escotilla suelta, porque alguien quito las señalizaciones de peligro, debido a que le estorbaban para pasar con material al área de producción, y no las colocó de nuevo porque “todos sabían que la tapa se doblaba y estaba suelta”. Todos excepto yo, claro. Al momento de caer logré usar un brazo para detenerme antes de irme por el agujero, pero la hoja de metal de la tapa suelta penetró alrededor de cinco centímetros bajo la piel del brazo                ( recuerdo al doctor con más de medio dedo dentro del área de uno de mis bíceps para medir la profundidad de la herida y los daños posibles), afortunadamente sin provocar daño en arterias o músculo.


La capacitación nunca es suficiente.



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