CARTA DE UNA LÍDER VULNERABLE A SU EQUIPO TRAS UN AÑO DE PANDEMIA

CARTA DE UNA LÍDER VULNERABLE A SU EQUIPO TRAS UN AÑO DE PANDEMIA

Me gustaría empezar esta carta con una reflexión personal a partir de algo que leí hace poco y que me ha resultado reconfortante porque sé que me va a ayudar a mantener la confianza como “capitana” de nuestro barco durante 2021.

Aunque muchos/as lo hayamos pensado con anterioridad, en estos momentos (y no faltan razones) se empieza a hablar de una “nueva” competencia de las personas que dirigen personas: “la vulnerabilidad”.

Cuando nos referimos a los buenos líderes (y nosotros/as más porque nos dedicamos a su formación) mencionamos competencias como visión, comunicación, firmeza, ejemplo, resistencia, toma de decisiones, personas con respuestas

Resulta que Irving Grousbeck, profesor de la Stanford Business School, ha publicado un artículo titulado “el poder del no lo sé” en el cuestiona que sean solo esas competencias las que se han de tener en cuenta en quien lidera un equipo. En momentos de incertidumbre y nada “normales” como el que estamos viviendo, es una buena noticia no tener todas las respuestas, aunque sí la capacidad de hacerse algunas preguntas.

Hasta no hace mucho, cuando nos referíamos a cómo gestionar momentos difíciles hacíamos referencia, entre otras, a la experiencia Shackleton en su travesía por la Antártida como modelo de superación y supervivencia ante una crisis. De hecho, hemos oído y repetido que no podemos valorar a un/a buen/a líder hasta que no le vemos manejándose en situaciones complejas y críticas.

Pues bien, reconozco humildemente que esta apertura del abanico competencial de los líderes me da algo de tranquilidad.  A pesar de ello, no creo que esta aproximación a las cualidades de un buen líder suponga un cambio de paradigma como dice Grousbeck, creo que se trata simplemente de una ampliación de miras y de incluir la vulnerabilidad como una competencia o condición más de las personas que estamos al frente de equipos.

2020, ese año con un aspecto tan redondo, nos ha demostrado que, lo queramos o no, somos vulnerables, que tenemos fisuras y que, más que ser fuetes y estar seguros/as de todo, necesitamos ser flexibles, ágiles y tener mucha capacidad de aprendizaje.

Esto supone para mí ser consciente de mis limitaciones, esforzarme por explotar todas mis posibilidades y oportunidades y, sobre todo, apoyarme en gente válida y comprometida.

En su artículo Grousbeck sugiere que, para transitar por la competencia vulnerabilidad, conviene hacer varias cosas, así que me dispongo a hacerlo con vosotros/as, mi equipo cuando se aproxima el final de 2020:

1.    Decir la verdad: sabéis no hemos tenido un buen año. De hecho, en cifras no ha sido nuestro mejor año, pero no así en trabajo, dedicación, compromiso y creatividad. Es una pena que los resultados no hayan acompañado tanto esfuerzo. En otro momento de nuestra historia, con este equipo ¡nos habríamos salido! Esto me lleva a pensar que en condiciones nuevamente “normales”: “yes, we will can”.

2.    Pedir ayuda: os quiero en mi barco, somos un equipo y todos/as somos necesarios/as. Sabéis que esta empresa es mi proyecto profesional, pero os necesito a mi lado. Este también es vuestro proyecto si queréis. No somos una multinacional, pero somos y seguiremos siendo grandes.

3.    Salir de la zona de confort: durante 2020 hemos afrontado situaciones fuera de lo previsto (irnos a casa, teletrabajar con medios nuevos, hemos echado horas, estado más al tanto que nunca de los acontecimientos y de los proyectos, hemos hecho todos de todo… ¿Qué más se puede pedir?...) A partir de ahora no me cabe duda de que las cosas tienen que ser, a la fuerza, más fáciles.

4.    Pedir disculpas cuando nos equivocamos: y lo hago, perdonad mis errores. Sé que podría haber hecho las cosas mejor o, al menos, de otra manera. A veces seguro que no he estado a la altura y, es posible, que hasta se me haya “ido la pinza”. Pero os transmito una inquietud: cada día me levanto queriendo hacer las cosas un poco mejor, por eso cuando soy consciente de haberme equivocado intento rectificar. Y por favor que esto no suene a un “lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a pasar”.

5.    Por último, el modelo de líderes vulnerables dice que hay que ejercer la gratitud: gracias y mil veces gracias a todos/as. Gracias por vuestro tiempo, por vuestro esfuerzo, por las renuncias que habéis hecho, por estar y por acompañarme en esta travesía. Tengo la convicción de que 2021 nos va a devolver con creces lo que hemos sembrado en este año. ¿Vamos juntos/as a por ello?

Mikel M.

Senior Sales Developer en Ironchip

3 años

Pedir ayuda y disculpas, es lo q más cuesta en este país, muy buen artículo Isabel, gracias por compartir Asier.

Elena de la Morena

Trabajo como Asistente del Director General. Así explico a mis sobrinos mi vocación: Ayudo a otras personas en su trabajo para que sean más felices. Esa es mi profesión.

3 años

Muchas gracias por compartir esta carta. Es inspiradora. Suerte tu equipo de tener una capitana que también es vulnerable, agradecida y persona.

Vanesa Martín-Caro Arellano

Ventas|Desarrollo de Negocio|Experta en RRHH.

3 años

Me ha encantado Isabel Troyano Rovayo

Felicidades Isabel Troyano Rovayo, una reflexión muy interesante

Pilar Utrera Martínez

Prevención de Riesgos Laborales en PRODAM SL

3 años

¡¡¡Qué suerte tu equipo, Isabel Troyano Rovayo !!! Como me consta que diriges como escribes, 2021 será fácilmente mejor. 🍀🍀🍀 ¡Vamos a ello!

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Otros usuarios han visto

Ver temas