Centros Comerciales, el lujo que el comercio no necesita.
Por: Sebastian Bonilla Piñeros

Centros Comerciales, el lujo que el comercio no necesita.

Constructores, comerciantes y compradores, los tres participantes que definen el desarrollo de la economía del día a día, una visita al centro comercial en familia cada fin de semana, un paseo de fin de año para comprar el "estrene" o incluso, algo tan corriente y atemporal como tomarse un café con los compañeros de la oficina a la hora del almuerzo; todas las anteriores son actividades que serían catalogadas como mercantiles y esto nos lleva a evaluar a aquellos participantes que suplen cada necesidad mediante un producto o servicio.

La pregunta central, esa de la cual se nutrirá este texto y mediante la que sustentaré el por qué hay lujos que el comercio no necesita es la siguiente: ¿Quiénes son aquellos involucrados en el proceso diario de suplir las urgencias o deseos de todos los consumidores que demandan cada vez mejor servicio y mayor calidad?. Si, adivinaron, son los comerciantes, son todos esos guerreros del ayer que ayudaron a construir país y los emprendedores de hoy que buscan cambios para una sociedad mejor, incluyente y dinámica en donde haya oportunidades para todos y se facilite la vida de cada habitante con productos cada vez más innovadores y servicios mucho más económicos e igualmente eficientes.

Entonces, ¿de qué se quejan los comerciantes? a continuación, cuatro puntos clave en donde se tendrán en cuenta algunos de los múltiples enemigos que aquejan a los comerciantes:

Conceptos fuera de concepto:

Si bien hay marcas a las cuales el consumidor final es fiel, el mercado y el consumo se han distribuido de manera tal que los grandes grupos de edad ya no definen las compras, las generaciones son cada vez más exigentes con temas de interés general o de mayor atractivo, medio ambiente, servicio al cliente, experiencia, diseño y algunos otros que se nos pueden escapar en este humilde escrito; a la suma de estos y su aplicación en un negocio lo denominaremos concepto. Cada día se desarrollan nuevos conceptos los cuales constantemente suben los estándares a los que las empresas tradicionales no logran llegar quedándose así en el olvido o en el mejor de los casos, con ventas cada vez más bajas al punto en que lo más rentable, es cerrar.

Cánones inmanejables:

Solamente en Bogotá, para finales del 2017 serán inaugurados 22 nuevos centros comerciales como lo explica Portafolio Los nuevos proyectos deben aportar más de 565.000 metros cuadrados al área comercial del país. Si, son de muy alta categoría, algunos de escala metropolitana y acabados de lujo, con grandes áreas verdes, pisos italianos, etc, pero el comercio no necesita esto; presupuestos millonarios destinados a nuevos desarrollos estructurales no suplen los requerimientos que las marcas si, recursos que pueden ser destinados a incentivar el consumo, publicidad y mercadeo, que ayuden a que las ventas no sean distribuidas en mayor cantidad de puntos de venta, son recursos que terminan encareciendo más los cánones que se pagan dentro de un centro comercial.

Las nuevas construcciones, de un sólo propietario (el constructor), reducen la posibilidad de adquirir un bien propio como inversión y al mismo tiempo incrementan los ya sobrevalorados precios de los locales comerciales de independientes que en su época fueron comercializados a todo tipo de inversionistas. A partir del momento en que se puso de moda el no vender área comercial, los propietarios de locales independientes en los centros comerciales tradicionales decidieron inflar los precios del arriendo que sus locatarios debían mensualmente cumplir justificando así la valorización de sus predios.

Tradición VS. Tendencias:

El consumidor final, como es bien sabido, vuelve al sitio en donde su experiencia fue agradable o placentera, vuelve a donde se siente cómodo y a gusto pero para el mercado colombiano, el consumidor final vuelve a donde se sienta como en casa y es por esto que los centros comerciales tradicionales de cada ciudad son los más visitados después de ser establecidos; si bien los centros comerciales nuevos son de alto impacto y con tráficos nunca antes vistos, se puede ver cómo meses después de su apertura, el mismo se reduce de manera sustancial y preocupante. Las tendencias pasan de moda y son reemplazadas por unas nuevas, las tradiciones se heredan.

Reducción en el consumo:

No es necesario recordar la situación financiera que afecta a nuestro país, existen distintas variables que perjudican el comportamiento del consumidor y las cuales se ven reflejadas directamente en las ventas. Si bien la confianza del consumidor como lo explica Fedesarrollo está en negativo, se estima una breve alza en los últimos meses del año presente gracias a un fenómeno que describiré en mi próximo artículo "Compras. Vendes. Gastas. La expectativa navideña, una apuesta en grande para el comercio."


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