CES 2016: 10 puntos de análisis en consumo y negocios

CES 2016: 10 puntos de análisis en consumo y negocios

 

La semana pasada estuve en uno de los eventos más grandes de la electrónica de consumo que existe.

Como analista, he estado en varias ocasiones en éste evento y por igual en algunos otros equivalentes. Expongo algunas 10 reflexiones que espero puedan aportarte un enfoque de la situación en aspectos de consumo y negocios.

  1. La innovación ya no es la misma. Exposiciones previas a CES que han desaparecido como sería el caso de COMDEX exponían en las décadas de los 80 y 90 un promedio de 2000 innovaciones y/o lanzamientos de verdad. Quiero decir que en éste contexto una innovación era un producto, programa o servicio excepcional, diferente y único. Vemos ahora mejoras o modificaciones en la mayoría de los casos pero no verdaderos cambios de paradigma, que solo pueden ser logrados tratando de integrar varios productos entre si y esto bajo nuestro propio riesgo. En pocas palabras: el “cociente” de innovación va decreciendo, no creciendo, cuando menos en artículos de consumo. ¿algo me “quitó el sueño” o me deslumbró?: No. ¿Interesante? Por supuesto. ¿Divertido? Mucho, pero al final, muy pocas cosas marcan una innovación. No se debe mal interpretar lo que comento, hay televisiones con definiciones impresionantes o refrigeradores que nos mandan un mensaje cuando algo va a expirar pero este tipo de innovación no es algo tan excepcional como por ejemplo el nacimiento de los teléfonos celulares, o la recepción y envío de correos electrónicos desde una agenda electrónica. Ese tipo de innovaciones no se han repetido.  Es más, ya caemos en lo absurdo, viendo el regreso de la tornamesa de discos de vinil, o las cámaras digitales que imprimen al momento las fotos, como las antiguas cámaras Polaroid. Esto pasaba ya en la década de los 70 y más que innovación es un tema “retro”.
  2. El internet de las cosas en auge, y los problemas que generará serán impresionantes. Hay decenas de proveedores de productos y servicios en el internet de las cosas. Éste es un campo fértil que fácilmente emociona a las personas. Diversas empresas ofrecen por ejemplo una variedad de beacons que pueden ser implantados en objetos existentes y que nos pueden alertar de su ubicación, presencia o estado, pero las personas que se emocionan no piensan en que los fabricantes pueden empezar a explotar la información de uso, patrones de movimiento y sitios visitados con éstos dispositivos. ¿Y los hackers?: Solo puedo empezar a imaginarme que gente muy mala podría acceder, vender o modificar ésta información para hacer verdaderos caos. En pocas palabras: nadie estaría cómodo de saber que alguien nos sigue todos los días a todas partes pero presencié a decenas de personas suscribiéndose a éstas tecnologías sin importarles que de forma digital ya están siendo seguidos. Lo peor: ni políticas, ni servicios ni productos para restringir o acotar lo que comento.
  3. La velocidad a la que la industria automotriz adecúa avances tecnológicos es muy lenta. Pude ver decenas de productos y servicios que pueden instalarse en autos, sensores, volantes inteligentes que prohíben textear y manejar, espejos retrovisores con funciones complementarias espectaculares. ¿algún auto tiene todo esto? No. En verdad se adapta la tecnología ya existente mucho tiempo después. Puedo entender que en ciertos casos hay temas regulatorios, como por ejemplo a quien culpar si un auto que se puede estacionar solo atropella a alguien, son temas que involucran leyes de cada país y reglamentaciones de tránsito, pero ¿y todo aquello que mejora la experiencia de manejo y seguridad del conductor? Siento que es, simplemente, apatía.
  4. Las propuestas de tecnología de consumo para la salud tienen casi la misma oferta en todos los casos. Cómo duermes, la frecuencia cardíaca, los pasos que das, la hora, etcétera. Muy difícil ver algo realmente diferente. Puedo hablar de una honrosa excepción, curiosamente de México, COATL que además de todas las funciones típicas de una pulsera de ejercicio tiene la capacidad de ser “entrenada” para que haciendo gestos o movimientos con la muñeca se controlen diferentes dispositivos.
  5. La nitidez de las nuevas televisiones es impactante pero ¿se podrá aprovechar para algo? Quedé muy impresionado con la belleza visual que ofrecen las nuevas televisiones, realmente increíble, pero justificarlas a nivel empresarial será un reto, su precio es muy elevado y su nitidez excede a ofertas de menos definición para lograr un mismo objetivo. Me hubiera encantado ver integradores de televisiones a aplicaciones de video paredes o señalización digital, pero en esos casos hubo muy pocas opciones.
  6. La oferta para telefonía celular de aplicaciones comienza a “empalmarse” y crear inutilidad. 5 ofertas diferentes de protectores de teléfonos contra agua, pero por otro lado 5 diversas tecnologías de carga inalámbrica de los mismos que demandan quitar la funda o simplemente los adaptadores no entran en los enchufes. En pocas palabras, empezamos a ver que las personas tienen que priorizar si prefieren más que se proteja bien su celular, o se cargue rápido o se cargue sin cables, pero ya se complica que todo suceda a la vez. Si a eso le agregamos la necedad de empresas como Apple que hacen adaptadores propietarios que con cada X número de versiones cambian y todo lo comprado se vuelve obsoleto, o que no puede compartirse o que no interopera con otras aplicaciones comienza a saturar y defraudar la confianza del consumidor. En éste aspecto urgen estándares únicos y promesas de respetar ciertos componentes por períodos más largos.
  7. Claramente el software es la salvación para la innovación mucho más que el hardware. Tengo muchos ejemplos, uno muy “sexy” son los famosos drones. Casi todos hacen lo mismo, tienen las mismas opciones, las baterías duran lo mismo, y lo que los distingue es el software ofrecido para que tengan vuelos autónomos, nos sigan son tener que ser tripulados o puedan decidir o no tomar fotos cuando se detecta una razón para ello. ¿Qué es lo que hace la diferencia? El software.

Otro ejemplo: los automóviles: Todos empiezan por un diseño como lo primero que llama la atención pero si los vemos bien, casi todos se parecen, ¿Qué los hace cambiar? Aquellos que se estacionan solos, los que pueden anticipar un accidente, los que pueden comunicarse con otros para no chocar. ¿Qué hace todo esto? Tener sensores, pero sobre todo, su software. La oportunidad para desarrollar interfaces, aplicativos y nuevas prestaciones para casi cualquier cosa depende de desarrolladores. Claramente veo que la demanda de estos especialistas seguirá creciendo.

  1. ¿Casas y tecnología inteligentes? Es un desastre tratar de hacer funcionar tecnología de varios proveedores en aspectos como video vigilancia, sensores de movimiento y/o enchufes inteligentes. Peor aún las aplicaciones de cada caso son únicas y cerradas a convivir con otras. Se está regresando a los viejos años de las computadoras mainframe (de los años 1970 hacia atrás) en las que si se compraba una solución de informática se casaba la empresa con un solo proveedor para siempre. ¿Qué no hemos aprendido los consumidores a exigir que todo sea estándar? Aparentemente no, y en éste rubro se ven los peores atropellos y abusos. Y no se pueden aceptar quejas, pues estándares muy viejos como X10 existen hace decenas de años pero es muy cómodo olvidarlos.
  2. Existe mucho más “hambre” en países asiáticos que en cualquier otro. Sus ejecutivos brincan de sus asientos para atenderte, se paran en los pasillos, te dan dulces, en fin, hacen lo imposible por llamar tu atención y hacer negocio. En otras geografías la mayoría está de forma pasiva, esperando a que pregunte o te acerques, con sus honrosas excepciones. Inclusive pude ver en varios casos situaciones ridículas de contar con todo un espacio finamente montado en una sección relevante a la que no se le permitía el acceso más que a gente invitada o con cita. ¿Para qué van a un evento así entonces, me pregunto yo?
  3. Principal obstáculo para que toda la tecnología sea comprada: se sigue hablando en tecno nerd. Es muy claro que la inmensa mayoría de las personas participantes como expositores no pueden explicar en términos sencillos el valor de lo que aportan a un negocio. Sigue habiendo una barrera en la forma de hablar, y es claro para mí que este problema de industria no ha sido erradicado desde hace décadas. ¿Para qué crear algo cuando nadie entiende de qué se trata?

 

Conclusión: No pretendo menospreciar un evento tan relevante como éste, pero las áreas de oportunidad como puede apreciarse son muchas. ¿Volvería? Sí, pero no sé si con una frecuencia anual, pues no veo que de un año a otro suceda algo que verdaderamente sea un cambio de paradigma…. Lamentablemente.

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