Chiclayo necesita refundarse
Chiclayo necesita refundarse. La ciudad es generosa, pero muchos de sus ciudadanos no lo son con ella. La Capital de la Amistad es variopinta, todas las razas –si alusión a una universidad privada- están aglomeradas en sus viejas calles y en aquellas que no tiene asfalto y cuyos vecinos comen polvo a diario.
La lista de inefables que por años le han dado la espalda a la ciudad está encabezada por las autoridades –actuales y desde hace 20 años- quienes se han encargado de mofarse de los vecinos llenándose los bolsillos a más no poder y terminado tras las rejas. A pesar de ello, algunos no temen la cárcel y continúan con sus fechorías.
Pero eso no es todo, los ciudadanos –por decirlo de alguna manera- no quieren a Chiclayo, aunque actualmente la mayoría son inmigrantes, no sienten la camiseta de la chiclayanidad en su bobo, parte de ello, está demostrado con las autoridades que han sido elegidas en estos cuatro últimos quinquenios, como mínimo.
Otras prueba irrefutable de ello, es quejarse siempre que la ciudad está cochina, sucia, maloliente, nauseabunda; pero los mismo que lloriquean por la penosa situación contribuyen con ello. Dos pequeños ejemplos. Tirar a las veredas los empaques de lo que ingieren y permitir que sus mascotas hagan sus necesidades en las aceras dejando la cochina sin importar nada.
Chiclayo tiene que refundarse, necesitamos ciudadanos conscientes, el cambio empiece por cada uno y no esperar que otro lo haga para iniciar la transformación. La falta de conciencia para con el otro, ha convertido a la Capital de la Amistad en la pésima condición en la que se encuentra.