Clementine Hunter: de ser recolectora de algodón a una de las artistas afroamericanas más importantes.
Si bien se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, se cree que fue a finales de 1886 o principios de 1887. En aquella época, la esclavitud todavía estaba arraigada en la memoria viva del estado de Luisiana.
Trabajaba en los campos de algodón con su familia, y aunque era una "mujer libre", su vida era muy parecida a la de sus abuelos. A los 15 años se mudó a Melrose y conoció al mecánico Charlie Dupree, con quien tuvo dos hijos. Este murió alrededor de 1914, pero Clementine volvió a encontrar la felicidad en 1924 cuando se casó con el leñador Emmanuel Hunter.
El dueño de la plantación en donde trabajaba decidió crear una colonia de artistas dentro de sus terrenos donde pudieran quedarse y desarrollar sus obras.
A los cincuenta años, mientras trabajaba como cocinera y personal doméstico en la casa principal de la plantación, Clementine comenzó su carrera de pintora. Ella realizaba su producción durante la noche, luego de trabajar todo el día.
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Clementine era autodidacta, ella registraba en sus obras la vida cotidiana dentro de los campos de algodón. Aunque expuso por primera vez en 1949, no atrajo la atención del público hasta la década de 1970 cuando tanto el Museo de Arte Popular Americano de Nueva York como el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles exhibieron sus pinturas.
Hunter se convirtió en la primera artista afroamericana en realizar una exposición individual en el Museo de Arte de Nueva Orleans, e incluso recibió una invitación a la Casa Blanca del presidente estadounidense Jimmy Carter . Se cree que creó entre 5000 y 10000 obras de arte.
En el momento de su muerte, a la edad de 101 años, fue considerada una leyenda del arte popular y hoy en día sus pinturas se venden hasta por 50.000 dólares; pese a que vivió casi en la pobreza la mayor parte de su vida.