Colmena [ = ,≠] Identidad

Colmena [ = ,≠] Identidad

El objeto mediador, que facilita la relación de las abejas con las personas y la práctica cultural, se realiza con la colmena

Las abejas melíferas y las personas construyen relaciones mutualistas en contextos que parten de registros de la época paleolítica, como las representaciones rupestres de la cueva de la Araña, España, narra a través de la pintura la historia de recolección de miel, lo que da pauta a la conceptualización de la apicultura y que esta coexistencia sea una práctica cultural.

Como resultado del ejercicio de la apicultura, esta práctica, intenta domesticar al insecto a través de la habilitación de colmenas artificiales, mismas que, de ser un objeto utilitario, se han convertido en elementos de culto y apropiaciones de saberes qué han enriquecido las relaciones de las personas con las abejas.

Las colmenas son testigo del diseño, la condición social, territorio y tecnologías que representan a la abeja como un ente trascendental en las diferentes civilizaciones y cultos, hasta la cosmovisión del universo, como la representación de la antigua constelación Apis, ahora de nombre Musca.

En este camino de siglos de relación con las abejas, existen momentos que son hitos: de capar a los enjambres silvestres, la transición de resguardarlas en objetos, hasta la estandarización de la apicultura en la segunda mitad del siglo XIX, resultado del diseño-tecnificación, lleva a la reflexión desde el punto epistemológico de cómo este objeto trasciende la utilidad hacia una narrativa. Los casos más representativos son las colmenas en Eslovenia, donde la tradición se origina en el siglo VII cuando los apicultores suministraban miel a monasterios, iglesias y comunidades de todo el continente, evolucionó en el siglo XVIII y se consolidó en el folclore impulsado por Anton Janša de ilustrar escenas de la cotidianidad, religiosas, chascarrillos y leyendas en el frontal de las colmenas al convertir estos apiarios en galerías abiertas.

Esta tradición de diseño en las colmenas en Eslovenia, forma parte del paisaje y arte popular, reivindicado en las últimas décadas como representación histórica vinculada al turismo y servicios complementarios al mismo, al constituir nuevas formas del uso del objeto hacia las tendencias del mercado.

El punto de inflexión de la relación del diseño del objeto y su conexión con el apicultor fue en 1852, cuando se patentó la colmena moderna de marcos movibles, su trascendencia marcó la tecnificación y dio pautas a la producción masiva de los derivados de la apicultura, lo que condujo a la obsolescencia funcional de técnicas ancestrales.

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