Como evitar el efecto Banister
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Como evitar el efecto Banister

 

Hasta la mitad del siglo XX se consideraba imposible correr una milla en menos de 4 minutos, no solo para los periodistas, también para los científicos.

Un atleta, que también era estudiante de medicina, Roger Banister, desoyendo la opinión general, junto con su entrenador, se propuso romper “el muro” y diseñaron una estrategia para ello – entrenamiento físico y mental, buscar la competición adecuada,  y dos atletas actuando como liebres -.

El 6 de mayo de 1954, logró un tiempo de 3:59:4.

Lo sorprendente del caso es que, visto que “el Muro” había caído, tanto desde el punto de vista físico y muy especialmente psicológico, 37 atletas lo consiguieron entre ese año y el año siguiente, a esto se le llamó efecto Banister.

El Efecto Banister, a modo de definición, viene a decir que cuando alguien demuestra que algo es posible, hará que otros también lo consigan.

Este efecto ataca directamente a nuestras creencias sobre el mundo, la naturaleza y nuestro potencial, así como a la tendencia (natural) a buscar los caminos fáciles, y puede llegar a estar tan interiorizado que incluso más que limitarnos, puede llegar a inmovilizarnos e impedirnos ni siquiera intentarlo.

Es prácticamente imposible no chocar continuamente con el efecto, parafraseando a  Heráclito: usualmente no nos elevamos a la altura de nuestros objetivos, solemos caer a la altura de nuestros (malos) hábitos.

Por eso, el mejor remedio posible es  aplicar un poco de atrevimiento infantil (que solemos llamar “locura”)  con unas dosis moderadas de prudencia adulta, y lo sazonamos con un conjunto de buenos hábitos  (no de acciones puntuales) somos más capaces  de romper el “muro” –

En el entorno empresarial estos “muros” son muy comunes, porque tipos como Steve Jobs, Jeff Bezos o muchísimos “anónimos” pequeños empresarios no son especímenes tan frecuentes, por motivos tales como:

El exceso de motivación

Volviendo al caso Banister, aunque entrenes hasta extenuarte no llegarás al objetivo (por ejemplo, pedir que el récord de la milla se sitúe en 3 minutos).

Lo que en lenguaje empresarial significa que no se deben tener ambiciones (motivaciones) hasta estresar al límite a la empresa, si las ambiciones son mecánicamente irrealizables en este momento.

 De hecho, el récord actual es de 3:43:23 desde 1999.

El miedo

En lenguaje empresarial este “miedo” es un componente fundamental de la resistencia al cambio.

Si bien la resistencia al cambio incluye más factores: intereses personales, expectativas profesionales, relaciones … “lo que la verdad esconde” es que lo que domina más es el miedo.

Siempre y cuando el tema no debiera falla por exceso de motivación, entra el miedo.

Cuando el miedo se convierte en algo tangible como se reifica (se convierte en un objeto).

  • En el caso de Banister: había toda una línea científica que afirmaba que era físicamente imposible hacerlo
  • En el caso empresarial, más allá de “fracaso” (que no es un objeto) está el miedo al despido como razón última – no es el miedo a que la compañía pierda dinero si eres un empleado -   

Este miedo solo se vence con realismo, confianza y trabajo. Realismo en lo que se pide, confianza en los recursos disponibles, y capacidad de trabajo.

La institución y el modelo normativo

Si hemos conseguido sobrepasar los dos obstáculos anteriores, nos queda el aniquilador de creatividad, la propia institución y el modelo normativo.

Aclaro, ningún sistema complejo puede funcionar sin un modelo normativo (y eso no lo digo yo, eso lo dice Michel Foucault nada menos) , pero es no implica que dicho modelo normativo no pueda ser cambiado.

Por tanto, para romper el “muro” hay que tener que gente que incomode a la institución y que se plantee cambiar las normas, como hizo Banister, y cambiar las normas no significa eliminarlas.

Esto no significa reinventarlo todo, se trata de que se trabaje con las personas adecuadas, con ganas de crecer en la organización en base a trabajo – y no a pasillos, a políticas, o a vender humo- lo que en el caso de Banister fue contar con las liebres adecuadas,  y actualizar las normas de entrenamiento.

En definitiva, se trata de evitar las alucinaciones, no pensar que hay monstruos en los armarios y que buscar la forma de hacerlo – cambiando lo que sea necesario sin con ello lesionarse -  y de eta forma… tener muchas más probabilidades de romper no uno, sino muchos muros.

Porque como decía Banister

Cuanto más resiste tu cuerpo, más resistirá

 

Judit F.

Tecnico Administrativo OHLA SERVICIOS INGESAN SPAIN

7 meses

¡Muy interesante!

Valerie Magdaleno

Claims Management Office

7 meses

Jordi, como siempre, una reflexion muy acertada. Me quedo con lo de aplicar, en ocasiones, y moderado, un poco de locura. Un abrazo

Francisco Javier Pérez Garrigó

Sales Director Specialties at Synthesia (Kingspan group)

7 meses

¡Muy interesante!

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