Complejos fronterizos para la integración en lugar de muros y xenofobia
Desde la asunción del presidente estadounidense Donald Trump, se ha expandido el debate acerca de los migrantes legales e indocumentados, y cómo el Estado debe responder ante un problema que antagoniza, divide y separa a las sociedades entre sí y a las naciones.
El famoso muro con México, las restricciones de viaje y los chequeos extremos son hoy en día temas que a diario se abordan en los medios de comunicación de las Américas.
La tensión se instaló recientemente incluso entre países miembros de FONPLATA por el tema de la regulación de los flujos migratorios ante la inseguridad ciudadana generada por el crimen organizado que se aprovecha de las precariedades propias de los sistemas fronterizos no adaptados a la realidad del siglo XXI.
Esta preocupación no es nueva, y por ello, recientemente, el Directorio de FONPLATA aprobó un préstamo de 40 millones de dólares al Gobierno argentino para modernizar 16 Complejos de Frontera claves, aquellos de mayor tránsito de pasajeros y de carga en el norte del país, que además tienen gran valor geográfico en términos de combate al narcotráfico y el tráfico de personas, dos de las actividades delictivas más propagadas en las áreas de frontera.
800 mil personas que habitan en estos complejos fronterizos (CF) se verán beneficiadas por un innovador proyecto de seguridad ciudadana que aumentara la presencia del Estado con el fin de fortalecer la provisión de servicios de seguridad pública y otros servicios públicos en los pasos internacionales.
Los Complejos de Frontera reúnen, en un área delimitada y próxima a un paso internacional habilitado, a los organismos nacionales cuya misión es el control del tránsito de personas.
El programa cubre prioritariamente las provincias de Salta, Jujuy, Formosa, Misiones y Corrientes.
La iniciativa ataca zonas de una alta vulnerabilidad social, con escasa atención de la asistencia internacional al desarrollo. Se busca generar progreso en seguridad para las comunidades y un nuevo marco de presencia más fuerte del estado de derecho para impulsar el desarrollo productivo en zonas como por ejemplo el Paso Internacional El Condado -La Mamora, en el límite de Argentina y Bolivia, o el Paso Internacional Misión La Paz-Pozo Hondo, con Paraguay.
Los Complejos de Frontera reúnen, en un área delimitada y próxima a un paso internacional habilitado, a los organismos nacionales cuya misión es el control del tránsito de personas, transportes y mercaderías desde y hacia el país, como asimismo a todos los servicios auxiliares, playas de carga y descarga, y de estacionamiento de transportes. Asimismo, muchos de ellos son físicamente compartidos con servicios fronterizos de los países vecinos.
Además del financiamiento de equipamiento, infraestructura básica y estratégica para el buen funcionamiento de los CF, hay una perspectiva de abordaje integral, por lo que se buscará interactuar también con la población de las zonas de frontera, brindándoles asistencia y capacitación con talleres o cursos que les permitan conocer mejor sus derechos y los servicios que el Estado tiene disponibles para su bienestar (migraciones, servicios de asistencia y seguridad social, acceso a la justicia, entre otros).
En la frontera norte argentina se destacan situaciones dramáticas relacionadas con el delito de trata de personas y el narcotráfico, cuyas consecuencias sociales negativas son una preocupación constante para las familias argentinas y los países vecinos. Esta iniciativa pretende devolverles a los ciudadanos de esas fronteras la seguridad perdida.
Modernizar, capacitar y dotar de mejor seguridad a los complejos fronterizos es el primer paso hacia el comienzo de forjar fronteras de paz e integración, de generación de oportunidades de progreso para los habitantes tanto de la Argentina, como de Chile, Paraguay, Bolivia y Brasil.
Mirando más allá de los muros y mostrando alternativas sólidas y viables a la retórica de división fomentaremos la real cooperación entre naciones y la defensa de los derechos de inmigrantes, al final del día ciudadanos como todos nosotros.
Editorial publicada en El Huffington Post