Comprar o adoptar tecnología
Por lo general, los responsables en adquirir soluciones tecnológicas en las organizaciones se encuentran con el dilema de buscar argumentos necesarios para sustentar sus decisiones.
Considero que un aspecto crucial es saber diferenciar entre adquirir una tecnología o solución específica y adoptarla adecuadamente. Tener claridad en este punto puede aumentar considerablemente las posibilidades de que nuestra propuesta sea aprobada. En este contexto, el rol del integrador es fundamental, ya que garantiza que la tecnología se implemente de manera eficiente y aporte valor a la organización, tanto en el ámbito operativo como en el funcional.
Podría decirse que comprar tecnología es el enfoque mas tradicional y quizás el mas rápido porque supone una adquisición directa de soluciones tecnológicas en modalidad de hardware, software o servicios de proveedores especializados, teniendo un acceso inmediato a herramientas o plataformas probadas y que han sido diseñadas para resolver problemas específicos, sin necesidad de desarrollarlas desde cero.
A mi parecer, este enfoque presenta ciertas limitaciones, ya que las soluciones pre empaquetadas suelen no ajustarse completamente a las necesidades específicas de la organización. Esto puede llevar a sistemas subutilizados o infraestructuras avanzadas que, aunque de última generación, no aportan un valor real si no están bien alineadas con los procesos y, en algunos casos, con la cultura organizacional. Además, existen posibles costos ocultos que pueden incrementar significativamente el coste total de adquisición.
Otra limitación podría ser la falta de personalización, comprar tecnología a veces se entiende con adquirir una solución estándar que podría no integrarse con el ecosistema tecnológico que posee la organización, a pesar de que se puede solucionar una necesidad puntual, sin una estrategia clara de adopción, la tecnología puede volverse obsoleta rápidamente o, en el peor de los casos, no generar los beneficios ni el valor aportado que se supone a las áreas de tecnología en las organizaciones.
Desde mi punto de vista, adoptar tecnología va mucho más allá de su mera adquisición. Es un proceso continuo de integración, ajuste y optimización de las herramientas y soluciones tecnológicas dentro del marco operativo y estratégico de la organización. No se trata solo de incorporar tecnología, sino de hacerla parte esencial del negocio, adaptándola a sus necesidades y alineándola con sus metas a corto plazo para satisfacer demandas actuales, y a largo plazo como un componente estratégico clave y escalable.
En este enfoque, es fundamental ser cuidadosos al personalizar y ajustar las soluciones tecnológicas, pues desarrollarlas sin considerar a fondo los procesos, la eficiencia y los costos operativos puede llevar a un crecimiento descontrolado de la solución, generando un impacto negativo significativo en el negocio.
La adopción requiere una mentalidad de mejora continua, en la que la tecnología se actualiza, ajusta y optimiza constantemente para satisfacer las demandas y el dinamismo constante de las organizaciones y el negocio.
En el proceso de compra y adopción de tecnología, el papel del integrador es fundamental, ya que es la pieza clave para asegurar que las soluciones adquiridas no solo se implementen correctamente, sino que estén completamente alineadas con los procesos y objetivos del negocio, siempre con una orientación hacia el cliente. El verdadero valor de un integrador radica en garantizar que la tecnología no solo funcione, sino que también potencie y fortalezca al negocio, convirtiendo la inversión tecnológica en una ventaja competitiva para la organización.
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Se podría decir, que los integradores actúan como enlace entre los proveedores de tecnología y las necesidades específicas del negocio. Evalúan qué soluciones se ajustan mejor a las necesidades particulares de la organización, adaptan estas soluciones a la infraestructura existente y aseguran una implementación fluida y sin impacto considerable en el negocio.
Además, los integradores trabajan estrechamente con los equipos internos de las organizaciones, en muchos casos se convierten en parte del equipo de TI o de Ciberseguridad para garantizar que la tecnología sea utilizada de manera eficiente, maximizando su valor.
Otro papel clave del integrador es minimizar los riesgos y asegurar la continuidad de negocio garantizando que la transición tenga el menor impacto mitigando los riesgos a través de la planificación adecuada, la integración cuidadosa y la capacitación continua de los empleados.
Asimismo, es crucial garantizar la seguridad, ya que cada nueva tecnología puede abrir puertas a posibles vulnerabilidades. Un integrador eficiente se asegurará de implementar soluciones con los controles y las mejores prácticas necesarias para proteger la integridad y seguridad de la información de la organización en todo momento.
La decisión entre comprar o adoptar tecnología no es excluyente, pero adoptar tecnología de manera estratégica, con la ayuda de un buen integrador de confianza y orientado al cliente , es la clave para obtener un valor real y sostenido. Mientras que la compra puede resolver necesidades inmediatas, la verdadera transformación ocurre cuando la tecnología se integra profundamente en el "ADN" de la organización como un medio para llegar a los objetivos de negocio. El papel del integrador es esencial para garantizar que esta adopción sea exitosa, impulsando no solo la operatividad, sino también la innovación y la ventaja competitiva a largo plazo.
Sin duda, son buenos argumentos para sustentar nuestras decisiones al momento de adquirir soluciones tecnológicas.
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CZP
IT Director
2 semanasInsightful