¿Comprometido? ¿Con qué?

¿Comprometido? ¿Con qué?

Hoy, en el Club de Benchmarking y Networking de Bienestar Organizacional hemos tenido una discusión interesante acerca del perfil de las personas de las nuevas generaciones, del mix con el trabajo mixto o híbrido y de su nivel de engagement e involucración.

Una de las facetas que hemos comentado ha sido el nivel de engagement o compromiso de las personas.

Uno de los argumentos que ha surgido ha sido que las personas que se unen a las empresas, cada vez más tienen un nulo sentido de pertenencia y lo único que quieren es trabajar y que les pagues.

No están interesados en lo que ocurre en la empresa y sólo quieren hacer su trabajo y cobrar sus salarios. Los grupos empresariales, equipos, parecen estar perdiendo poder tal y como los conocemos en las empresas, y quizás este sea uno de los motivos por los que voces de importantes empresas, incluida Zoom (¡agárrate!) estén llamando a los trabajadores de nuevo a las oficinas.

En este punto me parece más que evidente que el motivo no puede ser económico, porque ya ha quedado más que demostrado que los empleados con un sistema de trabajo híbrido han incrementado su bienestar y no ha disminuido su productividad, en algunos casos hasta se ha incrementado.

Sobre todo en las ciudades grandes como Barcelona o Madrid, conseguir evitarte un atasco de una hora para llegar a tu centro de trabajo, o un desplazamiento de decenas de kilómetros en transporte público ha producido la consiguiente satisfacción, mejora en la salud y en la vida personal. Tanto es así que una de las preguntas que se está convirtiendo en habitual en las entrevistas resulta ser "¿cuántos días de teletrabajo hay?" y no "¿existe el teletrabajo?"

Si acudimos a la RAE, encontramos que la definición de involucrar es "Complicar a alguien en un asunto, comprometiéndolo en él", y si acudimos a comprometido "ersona] Que asume un compromiso de carácter ético en lo político o lo social"

Y os traigo estas dos definiciones porque son las más comúnmente utilizadas al hacer la traducción del anglicismo engagement.

Pues bien, visto esto, quizás la primera pregunta que hay que hacer a las empresas que no son capaces de desarrollar su engagement y que están empezando a culpar al teletrabajo de la falta de compromiso o involucración con la empresa es, ¿con qué quieres que me comprometa?

Quiero decir, yo me puedo comprometer con el cuidado del medioambiente, o con la ayuda a personas desfavorecidas, o con el lanzamiento de un nuevo tratamiento para una enfermedad. En definitiva, con algo que resuene con mis valores personales. Pero ¿de verdad esperas que me comprometa con una empresa que lo único que hace y por lo único que se interesa (o lo único que sabe explicarme) es por incrementar la facturación, o ganar posiciones en el mercado y ser el número 1? ¿Crees que me puede comprometer entrar en una lucha de poder por saber quién es el número 1 en el mercado, cuando lo único que me va a reportar es la dudosa satisfacción de la victoria?

La pregunta, para mi es, ¿qué están ofreciendo las empresas en los mercados cuando publican un empleo y cuando hacen la selección y fundamentalmente cuando vives en la empresa que me pueda hacer sentir que me merece la pena involucrarme?

Las empresas hablan de falta de engagement y de involucración cuando su talento desaparece, se va, dura poco. Y me refiero al talento de calidad, el que sabe, quiere y puede. El talento que entiende que si uno de tus valores es el Humanismo, una pregunta como ¿cómo te sientes? o ¿tienes algún problema? no se puede responder con un "a ti no te importa" o "no tengo porqué responderte". Es talento que sabe que ese valor de la confianza, de la vulnerabilidad es fundamental en el desarrollo de la empresa, el cuidado de las personas y el crecimiento en todos los sentidos.

Si yo me voy a casa a trabajar dos o tres días, y tu sólo te preocupas por si estoy conectado o no, y si respondo un correo cuando debo, y me preguntas cómo llevo los objetivos, cómo va el proyecto, cómo me llevo con mis compañeros, o cómo quiero crecer dentro de la empresa, te estás preocupando por mi perfil profesional. Y está claro que es importante, que peor es no preguntar, pero ¿realmente es esto lo que las personas están demandando hoy día?

Después de pasar la pandemia de COVID-19 todos, empresas y personas, hemos descubierto muchas cosas. Las primeras que existen grandes carencias dentro de las organizaciones y dentro del estrato de liderazgo intermedio en relación a gestión emocional y cuidado de la persona. Han descubierto que las empresas sin personas no son nada, y que realmente las empresas crecen y necesitan a las personas en lugar de al revés.

Y las personas, muchas de ellas al menos, han aprendido que se puede vivir con menos, que el capitalismo salvaje está llegando a su fin, que la vida es más vida o sabe mejor cuando se comparte y tienes tiempo para vivirla y disfrutarla, que vale más un día con la familia y los amigos que un puesto de dirección, que los puestos de trabajo ya no son para toda la vida y que no pasa nada por cambiar de empleador porque a fin de cuentas no traiciono a nadie.

El futuro pasa por conseguir aproximar estas dos posturas están llamadas a entenderse, las empresas si quieren seguir existiendo y prosperando en el mercado, y las personas si quieren seguir...¿pagando facturas?

Existe una necesidad de que las empresas empiecen a entender que la involucración y el compromiso se da desde los valores personales, y que mientras que no sepa descubrir cuáles son los valores de las personas que trabajan en ellas, que las configuran, va a ser imposible que les consigan ofrecer algo que despierte su necesidad de sentirse involucradas.

Todos, como humanos, somos seres sociales y necesitamos sentirnos parte de un grupo, de un sistema. De hecho, la primera ley de la sistémica es el sentido de pertenencia. Cuando este sentido no existe, el sistema (organización, familia, equipo,..) no existe. Todos buscamos pertenecer, y si no encuentro en la organización el necesario sentido de pertenencia lo buscaré en mis amigos, en mis compañeros de bici, o de fútbol, o de lo que quiera que sea en donde encuentro que me tratan y me valoran como persona, (lo que a veces incluye escuchar mis problemas personales); que puedo aportar y mi aportación es valorada; que mi opinión es importante y se valora y se pone en juego; que participo activamente en la creación o desarrollo de algo.

¿Cuántas de estas premisas cumplen las empresas? Estamos en un cambio de época, no en una época de cambios. Los antiguos paradigmas han de cambiar al ritmo que cambia la realidad en que se soportan y configuran. Valorar una empresa porque te paga bien se ha acabado, eso ya es una exigencia. Sentirme comprometido con una organización porque me da el día de mi cumpleaños libre es demasiado naïf.

El momento de gestionar personas desde el bienestar y pensando en personas como personas, no como trabajadores ha llegado. Y no vale de nada cerrar los ojos.


#bienestarorganizacional #liderazgo #bienestarlaboral #gestionempresarial #liderazgodepersonas



Mar Morelli Perassi

Chief Happines Officer en FAIN ASCENSORES S.A.

1 año

Si que ha dado de sí el debate Javier Rubio Ramiro 😅 vale la pena! Gracias a ti por promover estos encuentros!

Blanca Castán Balmori

Directora de Personas | Senior HRBP | Comité de Dirección | Transformación digital | Experiencia de Empleado | People Analytics | Proyectos RRHH |

1 año

Que interesante el artículo y la pirámide, Javier! Me alegra mucho comprobar que estoy en todo lo alto! 🙌🏼 Por cierto, lo que comentas “El momento de gestionar personas desde el bienestar y pensando en personas como personas, no como trabajadores ha llegado” me parece básico, y si no hay empresas haciéndolo ya, mal camino llevan. Como siempre, fue un placer reunirnos de nuevo! Es maravilloso compartir con grandes profesionales, pero sobre todo personas, temas sobre bienestar.. y lo que surja! Gracias Mar por tu hospitalidad en FAIN 🥰

juan josé romero crusat

Desarrollo de modelos de negocio y posicionamiento estratégico para startups. Founder en Suma Importancia | Elevado a Ene | Venture Factory | Casa de los Cactus · Business Angel

1 año

Considero que esta pirámide tiene un error; el peldaño más bajo no es el dinero, es la seguridad. Lo primero que busca cualquier persona cuando accede a un puesto de trabajo es quedarse fijo en la empresa. Su motivación y razón para hacer bien las cosas es alcanzar esa meta, por encima del dinero. A nadie le gusta la incertidumbre y no tiene ningún valor para la gente cobrar un buen sueldo, si en el horizonte hay amenaza de que va a cesar en el puesto. Lo básico es la seguridad en el empleo, y una vez alcanzada, viene el segundo nivel: que me paguen una cantidad digna que me permita llevar una vida desahogada. Los dos peldaños de abajo están en el orden equivocado, a mi juicio.

Laura Fernández Dávila

Programas a medida para el desarrollo de equipos y transformación organizacional | Cohesión y Colaboración en Equipos | Conversaciones Difíciles | Coaching Ejecutivo | Gestión del Cambio | Desarrollo de talento

1 año

Yo me siento muy arriba en esa pirámide 😊

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