#19 Concéntrate en la entrega
Graciela Cabello
Directora de Certificación en Coaching Ejecutivo y Proyectos de Consultoría en Desarrollo Humano e Innovación | Autora | Speaker
En un mundo donde estamos en constante evaluación es fácil perder de vista el para qué hacemos lo que hacemos, nuestro propio motor.
Se nos va de vista el para qué , en la búsqueda de llenar expectativas de tanta gente, de buscar más likes, de cumplir con los estándares de múltiples evaluaciones, que de pronto el foco de atención cambia para ver mucho más tiempo hacia afuera y no hacia dentro, nos va menguando el tiempo de detenernos y preguntarnos: ¿Qué nos hace plenos? o ¿para qué hacemos lo que hacemos?
Pensando en este cuestionamiento, recordé la figura de los carteros.
Su sencillez me llama la atención porque tienen claro su foco de atención: se concentran en la entrega de los mensajes, saben que son portadores de algo valioso.
Generalmente se concentran en su receptor y en su entrega valiosa, para después soltar el resultado y continuar con el siguiente, es decir rara vez ven la reacción de los otros al momento de leer sus cartas, no saben que tanto impactó en sus vidas, sin embargo como saben muy claro que son mensajeros de algo valioso, se concentran en su entrega y eso los hace libres para soltar las expectativas.
Imagina que el cartero tuviera que esperar a ver si cada persona estuviera de acuerdo con el mensaje, que le agradara, que se hicieran cargo también de pagar sus cuentas, (si acaso ese fuera el tema), de que respondieran las cartas, en fin ¿sería una carga muy pesada no crees?
Entiendo que el mundo necesita evaluaciones y estándares, nos funcionan para tener un marco de referencia, para ponernos de acuerdo, sin embargo a la hora de entregar nuestro trabajo ¿hasta qué punto se convierte en obstáculo y no en motivación?
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Te cuento un ejemplo de lo que quiero decir. A mi también me ha tocado estar del lado del rol de evaluador. Y veo cuando aplico alguna prueba este fenómeno se observa así: al momento de “evaluar cómo escucha activamente”, la persona a la que evaluaba se detuvo y dijo: “No puedo escuchar al otro porque la voz en mi cabeza se escucha más fuerte que la de la persona a quien escucho, preguntándome: ¿lo estaré haciendo bien? ¿estoy cumpliendo los estándares? ¿me estaré equivocando? A esto me refiero.
Las expectativas propias y de los demás seguirán existiendo ya que son parte de lo que nos hace formarnos un juicio de lo que vemos, sin embargo puedes cuestionar su justo peso, viendo que tanto aporta motivación o hasta dónde te quita la libertad para fluir, para expresar lo que realmente tienes que decir y sobre todo cuidar que no te quite el foco de atención para "concentrarte en tu entrega", de quien tienes enfrente, del valor del momento presente.
Hoy te invito a preguntarte: ¿Qué te distrae de tu entrega?
Sea cuál sea ésta , en tu trabajo, al escuchar a otro, al dar un mensaje, al dar valor, toma en cuenta que necesita de ti el otro y diseña algo que pueda ayudarle , pero después suéltalas al momento de entregar tu valor y concéntrate en la entrega del momento que tienes enfrente.
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