Confía Peruano

Esta mañana, mientras llevaba a mi hija a su trabajo, observamos las usuales imprudencias que ocurren todos los días en el incoherente tránsito limeño y al observar una motocicleta dando servicios de taxi, me dijo algo muy concreto y cierto, “…es increíble ver como la naturaleza humana resuelve los problemas cuando éstos no son atendidos por nuestros gobernantes…”

 Pues en efecto, cuando los problemas no son atendidos oportunamente por los encargados de ello, es decir; por nuestro Estado, son resueltos con el mayor ingenio por nuestros compatriotas, de una manera tan natural y resuelta, tal y como si fuera ir a tomar agua, vestirse o comer, por supuesto estas soluciones son desarrolladas de manera informal e inseguras.

Es en esos momentos en que las circunstancias peruanas nos llevan al borde de la chifladura, cuando el Estado, cualquiera que fuera observa que sus ciudadanos han resuelto el problema, pero sin pasar por su espeso e infranqueable filtro los persigue, los bloquea, multa y… en concreto los combate. Pero ¿no era que, de manera natural, habían resuelto un problema?, la respuesta es afirmativa, con el cristal con el que se quiera mirar, siempre va a ser positiva y estos hechos, este modus vivendi al que nos hemos acostumbrado los peruanos no hace más que reflejar la incompetencia de nuestros gobernantes, yo diría desde Belaunde hasta el actual Vizcarra.

El último gobernante con algún tipo de visión proyectada hacia un futuro, fue a mi entender; el gobierno militar de Velazco, no defiendo su política económica, un fracaso de tinte seudo socialista o iluso remedo comunista, a la moda en esa década, pero si debo reconocer que impulsaban proyectos nacionales como PEPESCA, que buscaban competir nada menos que con USA en la pesca del atún, la política de proteccionismo que forjó mucha de la industria actual, como MODASA, Motores Diesel Andinos S.A., MORAVECO, poderoso esfuerzo industrial pesado nacional, de Samuel Drassinower, peruano como todos nosotros, MANELSA, entre otros ejemplos.

También debo rescatar el esfuerzo de dicho gobierno para que todos los Peruanos aprendiéramos Quechua, como un elemento cultural vinculante entre todos nosotros, tal cual los Paraguayos hablan Guaraní, también cometieron grandes errores que costó décadas solucionar, la famosa reforma agraria, la falta de regulación para que se impulse un constante desarrollo tecnológico en esas mismas industrias.

 El incesante cultivo por el amor propio y nacional, repercutió tanto en la vida de los peruanos que fuimos a los mundiales del 70 del 78 y del 82, teníamos más carácter, no arrugábamos así nomás, para este humilde observador la principal razón era que confiábamos en nosotros mismos tanto como en nuestros compatriotas, nos teníamos confianza.   

Y es que confianza, en nosotros mismos y en nuestros paisanos es una condición que no se cumple, hay algo que nos impide avanzar y constituirnos como nación, hay algo que nos quita la confianza entre nosotros.

Podrán ser intereses extranjeros que consideran importante tener a este país totalmente dividido y por consecuencia frenado, si creemos en las conspiraciones, este podría ser un escenario válido, pero también es culpa de nuestros gobernantes, quienes incapaces de atender los problemas existentes de manera eficiente y oportuna combaten a los que lograron solucionar algún problema sin ellos.

Lo que nuestros gobernantes no observan tampoco es que en la informalidad de la gran mayoría de peruanos existe algo que el Estado peruano no ha podido lograr y es la confianza que existe en el sector informal, a nadie se le ocurre fallar en una junta, a ningún proveedor se le ocurre cabecear un crédito de un puesto de mercado. La confianza que no nos dan los gobiernos civiles si son generadas por los sectores informales de nuestro Perú y este fenómeno tampoco es observado por nuestros líderes. Una pena.