Consejos para la consulta psicológica II:

Es un hecho que existen diferentes y variadas formas o métodos de hacer clínica o psicoterapia, según sea el enfoque teórico del profesional que la realice y, también e igual de importante, según sea el caso y motivo de consulta o demanda terapéutica que la persona requiera. Sin embargo, considero que todos estos diferentes tipos de psicoterapia tienen fundamentos y puntos en común, los cuales iré exponiendo a través de estas cortas publicaciones. Estos tips o consejos los he ido aprendiendo o confirmando (cuando se trata de tesis de alguna de las teorías clásicas) durante mi quehacer cotidiano profesional y por lo tanto están basados en la experiencia. Todos ellos se encuentran relacionados, como se irá observando a través de los diferentes post:

Realización de un plan de actividades.

En los tipos de casos en los que las personas necesitan y desean con apremio una atención psicológica y emocional por casos de estrés postraumático, abuso, depresión y tipos de casos clínicos en general, es oportuno (e incluso es un deber ético) establecer para su tratamiento un plan de acciones en convenio con el cliente (paciente, persona, según sea el enfoque), en el que, por un lado, se propongan y realicen actividades recreativas, lúdicas, artísticas y/o sociales (de acuerdo al perfil), y, por otro lado, se hagan actividades psicológicas (nuevamente según sea el enfoque: ejercicio de la silla vacía, carta de despedida, realización de un diario, identificación de pensamientos o creencias irracionales, etc.) que le permitan a la persona conocerse a sí misma y darse cuenta de lo que le pasa. Todo esto siempre acompañado de una escucha activa y un diálogo reflexivo e indagador por parte del terapeuta.

Es indispensable trabajar en actividades concretas que le permitan al cliente, debido a su situación de urgencia o trauma que necesita una solución pronta, cambiar los hábitos, rutinas o prácticas cotidianas que contribuyen a que la persona se mantenga en un estado mentalmente insalubre, insatisfecha o inconforme con su vida, tales como el aislamiento social, pensamientos irracionales, sedentarismo, baja o nula productividad laboral, profesional o intelectual, entre otras.

Es por eso que, en los casos en donde se demanda una intervención clínica y la persona no va a terapia sólo por el interés de conocerse a sí misma, es necesario tomar medidas concretas que contribuyan a que el o la cliente experimenten un cambio real y evidenciable en sus vidas de manera estructural.

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