Control horario post pandemia: fichaje biométrico facial
Los sistemas biométricos son una herramienta tecnológica que permite identificar a cada persona de manera única, particular e inequívoca. Se trata del reconocimiento a partir de una característica que es única e intransferible, como lo son su rostro o su huella dactilar.
En estos tiempos imprevisibles en los que nos vemos afectados por el brote global de COVID-19 la tecnología ayuda a las empresas a resolver cuestiones de gran importancia para la gestión de Recursos Humanos. Es así que el fichaje o control de presencia a través de reconocimiento facial está permitiendo a las compañías proteger a sus colaboradores sin dejar de ajustarse a la normativa vigente. A ello se agrega la simpleza y eficiencia que otorgan muchos software en la nube para este tipo de gestión.
Empresas con plantillas de más de cien empleados se encontraban ya en el umbral de un dilema frecuente, preguntándose si pasar del control horario por huella dactilar al reconocimiento facial. La realidad es que en casos puntuales como talleres o fábricas en las que por la labor productiva que allí se desarrolla los sensores se encuentran normalmente expuestos al polvo, virutas, viento o suciedad que se genera en el ambiente, la decisión se torna muy sencilla. Es fácil reconocer en esos casos que el fichaje por reconocimiento facial supone un plus, ya que se evita el registro con las manos, lo que resulta más cómodo, rápido y con el ingrediente adicional de menor desgaste del sensor. Para todos los casos restantes hay igualmente diferenciales de rendimiento, simpleza, velocidad y seguridad que inclinan la balanza en favor de la tecnología con biometría facial.
El sistema de fichaje biométrico se compone por un software y un dispositivo que escanea el rostro. Existen diferentes dispositivos y sensores pero en la actualidad, mientras muchas empresas han tenido que adaptarse rápido a la situación imperante los teléfonos móviles resultan una magnífica opción dado que incluso permiten hacer el ingreso y fin de la jornada desde el domicilio de cada trabajador. A través de la cámara frontal del móvil, previo ingreso de una fotografía de referencia de cada persona el software permite el reconocimiento de las características físicas que definen a dicha persona, como pueden ser la posición y la distancia entre sus ojos, la geometría o proporciones de su rostro o los rasgos faciales.
Al entrar en el terreno de la intimidad, el uso de datos biométricos en España se regula en la Ley de Protección de Datos y en el Reglamento Europeo de Protección de Datos, que exigen determinar y justificar la finalidad para la que se recaban los datos biométricos utilizando un sistema biométrico proporcional a los fines, es decir adecuado, pertinente y no excesivo. También es imprescindible informar previamente al usuario y que éste otorgue su consentimiento. Lo que se ha de saber al respecto del uso de esta tecnología es que la aplicación que identifica automáticamente a una persona en una imagen analiza sus características faciales y una plantilla biométrica previamente almacenada en una base de datos. De este modo, se limita a comparar una secuencia de datos limitados que genera a partir de cada rostro través de un algoritmo y de forma encriptada con las previamente registradas, asociando el fichaje al empleado con el que se genere una coincidencia, de modo que el tratamiento de esta información no tiene un alcance distinto al de los datos relativos a un número de identificación personal (PIN).
En resumen, es perfecta y completamente legal y no acarrea ningún problema de cara a la protección de datos ya que nunca se registran imágenes de las caras sino un resumen de las mismas. Con ello, la privacidad de las personas queda garantizada, ya que es imposible reconstruir una cara a partir de este resumen.
Evita la suplantación de identidad, ya que sólo la persona en concreto puede dar su ingreso o salida a cada jornada laboral, brindando máxima seguridad. Dentro de los beneficios despunta también el incremento y la priorización de la transparencia en la empresa validando cada información en tiempo real.
Los controles de acceso biométricos reparan ventajas para la gestión de los equipos en tanto facilitan el fichaje y acceso a los empleados eliminando las tarjetas o cualquier tipo de acreditaciones y códigos o PIN a memorizar. Adicionalmente posibilitan el registro de la jornada desde cualquier lugar, como es el caso del teletrabajo hoy en día. Lo que resulta además enriquecedor es que el software en la nube permite recopilar información muy valiosa sobre la jornada laboral.
En este contexto en el que el contacto de la mano con un sensor para la lectura de huellas debe ser evitado, el fichaje por reconocimiento facial que es completamente higiénico resulta la opción más completa y eficiente, adaptable a todos los escenarios de trabajo, empresas y actividades.