Corredores y Maratonistas en las Empresas
Obviamente era un caos: veinte jóvenes de entre 17 y 22 años intentando sacar adelante un retiro/campamento para 45 personas. Todo lo que implica: logística, transporte, alimentos, hospedaje, encontrar a los expositores… Básicamente, la receta perfecta para que todo se descontrolara, (y a aveces sucedia). Pero cuando la visión estaba clara, las cosas salían adelante, aunque con el estilo improvisado y entusiasta típico de los 18 años.
En medio de todo este desorden, Carlos M. CASTANEDA y yo notamos algo interesante: había dos perfiles muy marcados entre nuestros amigos. Sin ser expertos, ni haber cursado un MBA, ni muchos menos gestion, solamente de batallar, identificamos a los maratonistas y los corredores.
Maratonistas
Eran los que aguantaban toda la preparación, la carrilal del dia a dia, de tres o cuatro meses sin perder el ritmo. No fallaban, siempre estaban al 100% en cada actividad, atentos y con buena disposición. Cuando llegaba el esperado fin de semana del retiro, cumplían su rol de manera sólida, con un esfuerzo sostenido y constante.
Corredores
Por otro lado, estaban los que brillaban durante el evento: explosivos, dinámicos, los reyes de la actividad. Lo daban todo como si estuvieran en una carrera de 100 metros planos. Terminaban el fin de semana exhaustos, roncos y, en algunos casos, resolviendo un par de desastres (como vidrios rotos). Sin embargo, no eran tan fans de las juntas eternas, las tareas a largo plazo o los proyectos que requerían paciencia. Preferían velocidad, acción y resultados inmediatos.
¿Cuáles era mejor? Los dos.
Corredores y Maratonistas en las Empresas
Con el tiempo me di cuenta de que esta misma dinámica se vive en las empresas. Es típico que un dueño de negocio se frustre si su equipo no tiene su misma forma de trabajar: si el dueño es corredor y su equipo son maratonistas (o viceversa), es como si hablaran idiomas diferentes.
Recomendado por LinkedIn
Corredores
En las empresas, los corredores son los que disfrutan “apagar incendios” y resolver el día a día. Son los que ponen música, animan al equipo para ir por café y pan, o lideran la venta del día con una energía contagiosa. Les encanta la adrenalina, los retos rápidos y trabajar bajo presión.
Estos colaboradores sobresalen en lanzamientos, eventos importantes o proyectos urgentes. Son creativos, rápidos y efectivos, pero no son tan fanáticos de los procesos largos ni de las tareas repetitivas. Necesitan variedad y movimiento para mantenerse motivados.
Maratonistas
Por otro lado, los maratonistas son los que disfrutan la planeación. Son organizados, metódicos y excelentes para proyectos de seguimiento. Los encuentras felices en Excel, actualizando Monday o llevando un control preciso de lo que debe pasar cada día.
No les gusta el caos del día a día ni los incendios, pero son los pilares del equipo. Son confiables, pacientes y aseguran que todo fluya sin interrupciones. Tal vez no sean los más llamativos en momentos de alta presión, pero su trabajo es el que mantiene el barco a flote.
El Futuro
Los dos son importantes, tienen pros y contras. No creo que nadie sea 100% corredor o 100% maratonista. Todos tenemos algo de ambos; de lo contrario, sería imposible sacar adelante un proyecto o socializar. Pero como líder, es clave identificar las inclinaciones naturales de tu equipo.
Al final, los dos perfiles se complementan. En la diversidad está la fortaleza.