Crédito inteligente en Ecuador: mejores opciones y cómo evitar riesgos de sobreendeudamiento

Crédito inteligente en Ecuador: mejores opciones y cómo evitar riesgos de sobreendeudamiento

En los últimos años, el contexto del crédito en Ecuador ha estado marcado por una tendencia significativa en la banca: la concentración en los créditos de consumo. Esta estrategia se debe a varios factores, entre ellos, la inflación y los techos regulatorios en las tasas de inversión que han reducido la rentabilidad de otros tipos de créditos, como los de vivienda. 

¿El resultado? Vemos a entidades bancarias que han flexibilizado sus criterios de aprobación para los créditos de consumo, bajando incluso los requisitos de puntaje de historial crediticio. Sin embargo, esta expansión del crédito de consumo ha traído un problema considerable: la falta de herramientas y acompañamiento para que los usuarios gestionen adecuadamente sus créditos. Las personas se encuentran sin los conocimientos necesarios para manejar sus deudas, lo que ha llevado a un aumento en la tasa de morosidad, alcanzando hasta un 7% en algunos bancos. 

Y es que si vamos a hablar de crédito inteligente, más que centrarnos en explicar a las personas cuando conviene adquirir uno o no, necesitamos entender el problema desde un panorama mucho más amplio. Es decir: un acompañamiento de inicio a fin. Pero vamos por partes. 

Salirse del enfoque reactivo frente a la morosidad

La morosidad es, por así decirlo, “el cuco” de las finanzas. No solo para los bancos quienes ven afectadas sus carteras. Sino para las personas, a quienes se les afecta su historial crediticio y terminan cerrándose oportunidades en el futuro sin siquiera darse cuenta. Y aquí me quiero detener un poco, en el desconocimiento frente a lo que significa el historial crediticio y el uso que se le da. Pero veámoslo desde las dos caras de la moneda. 

  1. ¿Qué hacen los bancos? Sabemos que el punto que determina si una institución financiera aprueba o no un crédito es el puntaje de historial crediticio porque este no es más que una radiografía financiera de la persona a quien va a prestar, tanto si tiene capacidad financiera como si ha demostrado un comportamiento de pago responsable en el pasado. Sin embargo, y aquí es donde se complica la cosa, es información que solo se usa una vez y en un momento: el de la aprobación. De ahí en adelante, hay desentendimiento.
  2. ¿Qué pasa con las personas? Que no tienen ni idea de lo que pasa con su historial. Es más, hay tal desconocimiento sobre el tema que más que no entender para qué les sirve el historial, ni siquiera saben dónde se puede consultar esta información. 

Entonces, claro, nos encontramos con un panorama en el que cuando una persona se empieza atrasar en sus pagos, sea porque no tiene la voluntad de hacerlo a tiempo o porque ya no cuenta con la capacidad (debido al mal manejo que tiene de las finanzas o a imprevistos que han impactado su situación negativamente); vemos a los bancos invirtiendo esfuerzos en estrategias de cobranza que no tienen resultados. ¿Por qué? Porque prenden sus alertas cuando no hay mucho por hacer y porque en los últimos años se ha reducido la capacidad de contactar y tener cercanía con los clientes.

La oportunidad hacia el camino virtuoso 

Encontrar una vacuna al problema de la morosidad es compleja, más cuando te quedas viendo todo desde una única perspectiva. Ah, pero es que justo por eso es que nos estamos tomando la tarea de hacerlo en Kamina. De crear un camino financiero para las personas. Ahora, imaginemos dos caminos distintos para dos personas que comienzan con el mismo puntaje crediticio y reciben la aprobación de un crédito. 

1. Camino virtuoso: 

La persona recibe acompañamiento constante, transformando sus comportamientos y adquiriendo herramientas financieras efectivas. Gracias a esto, incrementa su ahorro, paga sus cuotas a tiempo y, como resultado, su puntaje crediticio sube. Con el tiempo, esta persona podrá acceder a créditos mayores en mejores condiciones, consolidando así una base financiera sólida y saludable, construyendo un patrimonio logrado a través de créditos que le sirvieron para acceder a estos bienes.

2. Camino vicioso:

Muestra a una persona que, pese a tener el mismo puntaje inicial y la misma aprobación de crédito, es dejada a su suerte. Sin el apoyo necesario, esta persona descuida sus pagos, se endeuda más allá de sus posibilidades y eventualmente cae en mora. Los intereses de su deuda suben, su historial crediticio empeora y, con ello, se llena de estrés financiero. Su situación se deteriora cada vez más, entrando en un ciclo de endeudamiento difícil de romper.

Una nueva metodología, la de Kamina 

En Kamina insistimos, casi que hasta el cansancio, en la importancia de educar para prevenir. Esto es un acompañamiento integral, para que cada decisión financiera que tome una persona sea con conocimiento total y con un entendimiento de lo que implica para su vida.

Y ya que estamos con los ejemplos, imaginemos este escenario: un banco aprueba un crédito a una persona y la conecta con Kamina. Un lugar en el que primero nos encargamos de conocerla a fondo: cuáles son sus percepciones actuales frente al dinero, cómo lo maneja y cuáles son sus conocimientos. Y a partir de ahí, le ayudamos a analizar cosas tan básicas como “ey, si la lavadora que compras la difieres a 60 cuotas en tu tarjeta de crédito y esta solo te dura 3 años, te estás haciendo un mal porque vas a tener que comenzar a pagar otra cuando aún seguirás pagando la actual”. Y no solo eso, podemos generar alertas, “oye, no descuides el pago de esta deuda este mes, porque te va a costar dinero entre recargos e intereses de mora, y vas a afectar tu historial, que sabes que necesitas para esto y esto”. 

La solución, sin duda, es tecnológica porque nos permite monitorear y educar para transformar comportamientos. Todo sin que el usuario se sienta juzgado en ningún momento. Entonces, si me preguntan, cuál es la oportunidad para tener créditos inteligentes y prevenir el riesgo de sobreendeudamiento; mi respuesta es: que rememos todos para el mismo lado. Y esto significa que todos los actores del ecosistema financiero entendamos que no se trata de aprobar créditos y ya, sino que centremos esfuerzos en explicar el “por qué” y “para qué”. Porque cuando eres consciente de las implicaciones, le encuentras el sentido a tus acciones.

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