Criptomonedas
Por Carlos Aguilera
Invertir en una criptomoneda no es una "inversión" propiamente tal, es más bien una apuesta, como entrar al Casino, puede ganar o perder por efecto del azar mientras juega, sin importar sin importar mucho si tiene una destreza o no. ¿Puede ganar? Sí. ¿Puede perder? Sí.
¿Alguien entiende el por qué de las bruscas alzas y bajas del Bitcoin (o de alguna de las otras monedas)? ¿Alguien entiende los complicados algoritmos mediante los cuales se producen (o “minan”) estas monedas? ¿Alguien entiende para qué sirven estas monedas? ¿Puede ser la moneda del futuro? Quizás sí… o quizás no.
Todas estas incógnitas resultan en una sopa de especulación.
Lo que a mí más me llama la atención es que no hay muchos comercios que acepten su uso, ¿No sería más lógico haber partido por allí?, esto me hace pensar en cuál es el interés real de los creadores, ¿de verdad le interesará a alguno de ellos el uso masivo de su moneda en el comercio? La evidencia me hace pensar que no.
Si compro Bitcoins, por ejemplo, ¿qué puedo hacer con ellos? ¿Dónde los gasto? Creo que en todo Chile hay solo un par de comercios locales que aceptan esa moneda...
Lo único que podría hacer con mis Bitcoins es venderlos, y ojalá a un mejor precio del que los compré.
Hoy se lanza en el mercado una nueva criptomoneda chilena: "Luka".
Parece que crear una nueva criptomoneda se ha convertido en algo simple, como en una suerte de franquicia, basta con comprar el software adecuado y tener suficientes “mineros” trabajando para producirlas... Tal como en la época de la fiebre del oro, quienes se hicieron ricos no fueron los mineros, sino quienes vendían las herramientas a los mineros. La historia se repite.