¿Cuál es el lugar del propósito?

¿Cuál es el lugar del propósito?

Imagina un joven con una vida sin objetivos, sin un destino claro o una dirección clara, sería como un barco que no puede llegar a buen puerto, porque sus acciones serian automáticas y sin sentido, estando expuesto a riesgos o a perderse en este mar que es la vida.

En la actualidad, un joven como el que mencionamos es más común de lo que parece, por ello no es difícil entender que la educación se enfrenta al desafío de preparar a las futuras generaciones no solo para adquirir conocimientos, sino también para encontrar un propósito significativo en sus vidas.

Angélica Olvera, experta en pedagogía y a quien se le atribuye el origen y desarrollo de la pedagogía sistémica, nos dice que es fundamental integrar el propósito como elemento central en el proceso educativo, ya que esto no solo beneficia a los estudiantes individualmente, sino que también impacta positivamente en la sociedad en su conjunto.

Sabemos que la pedagogía sistémica propone que los educadores actúen como facilitadores de conexiones entre los estudiantes y sus entornos, promoviendo una educación que respete y valore las historias y experiencias de cada individuo y así mismo busca que los estudiantes encuentren un sentido de pertenencia y propósito en su educación, lo cual es esencial para su motivación y éxito académico.

En este sentido, el propósito se presenta como un motor que impulsa a los estudiantes a encontrar significado en lo que hacen, a establecer metas claras y a trabajar en función de ellas. Al darle espacio al propósito en las escuelas, se fomenta la motivación intrínseca, la autoestima y el bienestar emocional de los estudiantes. El propósito en la educación es entonces fundamental para crear un entorno de aprendizaje significativo y conectado con la vida de los estudiantes, y es que el propósito educativo debe ir más allá de la mera transmisión de conocimientos, se trata como dice Bibi Scheuder experta en estos temas, de integrar a los estudiantes con su contexto familiar y social reconociendo la influencia de sus sistemas familiares y culturales en su desarrollo y aprendizaje.

Para Olvera, el propósito no solo se limita a la realización personal, sino que también se relaciona con el bien común y la contribución positiva a la sociedad, al integrar el propósito en el currículo escolar, se fortalece la formación de ciudadanos comprometidos con su entorno y capaces de generar un impacto positivo en su comunidad.

Darle espacio al propósito en las escuelas no solo es una cuestión de desarrollo personal, sino que se convierte en un pilar fundamental para una educación integral y significativa; por lo tanto, es crucial promover un enfoque educativo que permita a los estudiantes conectar con sus pasiones, valores y metas, para que puedan desarrollarse plenamente y contribuir de manera positiva a la sociedad en la que viven.

Y para seguir reflexionando te invito a responder esta pregunta:

¿Durante tus años de escuela tuviste espacios para conectarte con un propósito?

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