Cuando alguien del equipo está sin estar: el impacto del presentismo en las empresas.

Cuando alguien del equipo está sin estar: el impacto del presentismo en las empresas.

La ausencia voluntaria o involuntaria de un colaborador en un puesto de trabajo es notable ya que su actividad laboral está sometida a una serie de controles que van desde monitorización de horas laborales hasta tecnologías de medición de productividad en el sitio de trabajo que nos permite detectarlo sin retraso.  Sin embargo, hay un enemigo invisible complejo de identificar y que impacta severamente tanto en el bienestar del colaborador como en la productividad de la empresa: el presentismo.

 

En un artículo publicado en Harvard Business Review en 2016 por los Doctores John W. Boudreau y David R. McLean, el presentismo fue definido como la práctica de asistir al trabajo estando enfermo, estresado o agotado con la disminución consecuente de la productividad laboral hasta en un 20% comparada con una eficiencia óptima del rendimiento.

 

Según estudios publicados por el IMSS, se estima que esta situación podría significar hasta un 10% de los gastos laborales de una empresa mientras que COPARMEX ha documentado que pudiera llegar a costar a las compañias hasta el 20% de su presupuesto en salud y bienestar, considerando los gastos directos e indirectos.

 

Que un colaborador acuda a trabajar sin encontrarse en buen estado general afectará a la empresa en varios frentes por lo que esta situación debe anticiparse, detectarse y tratarse, por el bien del trabajador y el de la empresa.

 

Además del impacto en la salud personal y corporativa, adicional al efecto negativo en la rentabilidad de la empresa, se pueden generar otras pérdidas como un incremento en el riesgo de retrasos o errores en los procesos, impacto negativo en la moral y la reputación empresarial además que en algunos casos el presentismo dará lugar al ausentismo y eventualmente a la necesidad de reemplazos obligados e incrementos en la rotación de personal.

 

En la nueva visión de las áreas de recursos humanos es prioritario establecer una cultura de bienestar y prevención que permita el uso de herramientas de evaluación periódica tanto de la salud en general, como del ambiente laboral, el nivel de estrés y la salud mental, más allá del cumplimiento normativo.  En este sentido cobra mucha relevancia el rol de las oficinas de talento humano que pasó de ser administrativo y operacional a tener un papel estratégico en el éxito global de una organización.  La cultura de bienestar corporativo es esencial en los planes de reclutamiento y retención del talento.

 

La identificación temprana de los patrones de presentismo es fundamental para mitigar el impacto en la salud de los colaboradores, tanto como para establecer una estrategia de contención de gastos prevenibles.   Algunas señales sutiles comunes de presentismo pueden ser:  1) el incremento en la reincidencia de enfermedades menores y el consumo de medicamentos, 2) la disminución de la productividad del colaborador comparada con períodos anteriores 3) cambios en el comportamiento individual como desinterés o falta de entusiasmo en actividades de grupo 4) informes recurrentes de incidencias por parte de los supervisores 5) comentarios de los mismos empleados o de su entorno laboral que supongan una falta de ánimo 6) alteración en los indicadores de salud de cada colaborador, como tendencia al incremento en peso o disminución de la frecuencia del ejercicio, entre otros.        

 

Existen actualmente varias herramientas de evaluación del clima organizacional y que pueden detectar indicios de presentismo tales como la Stanford Presenteeism Scale (SPS-6) y la World Health Organization Health and Work Performance Questionnaire (WHO-HPQ).   Aunque la SPS-6 es de las más utilizadas actualmente, la validación sistemática en población mexicana y latinoamericana requiere aún más estudios, mientras que la WHO-HPQ tiene mayor validación en población latinoamericana.  Sin embargo, por su simplicidad de aplicación, la SPS-6 es más ampliamente utilizada.

 

Para abordar el problema de una manera holística es preciso implementar prácticas que impacten directamente en el bienestar del equipo.  Promover una cultura de salud y bienestar ofreciendo de manera sistémica una cultura de prevención, inclusión y entornos positivos.  Muchas empresas globales han implementado programas de nutrición y activación física dentro de los horarios laborales además de estrategias enfocadas en los indicadores de salud corporativa particulares a cada organización.  La flexibilidad laboral así como la capacitación de supervisores y gerentes para identificar señales de estrés en los colaboradores pueden ser intervenciones que alcancen a mitigar el riesgo.

 

Siempre hemos dicho que lo que no se mide no se mejora, pues bien, este enemigo silencioso de la productividad existe y debemos identificarlo y medirlo para mejorar la salud de nuestros equipos, incrementar la satisfacción de trabajar en entornos sanos e impactar positivamente a la productividad de nuestras organizaciones.  Abramos bien los ojos.

ANGEL MAASS

Director de Estudios Económicos y Relación con Inversionistas en Grupo Unicco | MAF | M.B.A.

3 meses

Invertir en la salud integral del equipo es una ventaja competitiva clave en el entorno empresarial actual.

Juana Ramírez

Presidenta de Grupo SOHIN, organización experta en el diseño y gestión de programas de soporte a pacientes con enfermedades complejas.

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"En la nueva visión de las áreas de recursos humanos es prioritario establecer una #cultura de bienestar y prevención que permita el uso de herramientas de evaluación periódica tanto de la salud en general, como del ambiente laboral, el nivel de estrés y la salud mental, más allá del cumplimiento normativo." Totalmente de acuerdo. El cumplimiento normativo es tan solo el punto de partida y recordemos que la responsabilidad de la #NOM035 plica para todas las empresas a partir de 50 colaboradores.

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