Cuando crujen las piedras del camino
Roque Vaquero Morris. Enero, 2020
Las vías que se deben de recorrer en los procesos encaminados al desarrollo económico y social de nuestros pueblos no son plataformas de libre desplazamiento, sino que son superficies irregulares de lastre y piedra, con difícil e intrincada topografía y obviamente, plagados de problemas, inconvenientes y limitantes que afectan a la mayoría de la población, además de aquella que ha sido “premiada” de por vida con el estigma de la miseria. Estamos viendo ejemplos concretos de países en América Latina que expresan en vivo la insatisfacción de una mayoría de su población, dado los efectos de un sistema social y económico que ha propiciado una desigualdad e inequidad impropias, inhumanas e ilimitadas, por lo que se considera que sus líderes políticos, militares, sociales, empresariales, religiosos y otros que expresan y miden sus fuerzas, colmaron ya el nivel de tolerancia en esta población.
Y es que da la impresión de que solo el que se desplaza chuña y que soporta con sus pies descalzos el punzante filo de las piedras del camino es aquel que tiene el deber y la valentía de protestar por ello, aún a costa de ser degradado por la boca de un fusil, por la punta de una bayoneta o por el sofoco de una bomba de gas, que los cuerpos represores dirigidos por ignorantes, delincuentes o saqueadores, han puesto de barrera para enfrentar a esa población que vierte sus justos reclamos.
Será que, ¿si las personas están bien, porque tienen un empleo o una actividad que les permita obtener los recursos económicos suficientes para suplir las necesidades básicas para que él y su familia tengan una vida decente, van a ser personas desconformes y se irán a enfrentar contra un ejército de ignorantes y sus guías?... ¡seguro que no! y si alguno duda de ello pues que salga, vaya, vea, pregunte y aprenda.
Será que, ¿si las personas viviendo en su país obtienen todo lo necesario para llevar una vida decente, disponen de los medios suficientes para contar con techo, salud, comida, educación y la seguridad de los suyos, se van a ir solos o en caravanas enfrentando todo tipo de riesgos a buscar una oportunidad a otros países?... ¡seguro que no! y si alguno lo duda, que salga, vaya, vea, pregunte y aprenda.
Uno de los mayores problemas es que el que va montado en la carreta, la cual se ha preocupado en mantener bien lubricada e incluso establecer un “plan B” para él y muy posible también para muchas de sus próximas generaciones, no quiere darse cuenta ni tampoco le interesa, lo que sí sienten los que caminan de a pie, descalzos y por senderos atiborrados de infortunios, de necesidades y de inseguridad; los chuñas ya están cansados de las lastimaduras y, con la experiencia de tanto tropezar, ya no quisieran sufrir más los efectos causados por la aspereza punzante de las piedras del camino.
Las luchas de una población en la calle no deben ser señaladas dentro del tipo político o delincuencial, como quieren hacerlas ver los que van encima de la carreta; antes bien, por los eventos documentados en la historia de la humanidad, pareciera ser esa la única forma para que las personas decentes puedan retomar el control con el fin de dirigir a un país por una ruta de paz, de armonía y de desarrollo, cuando el mismo se encuentra manejado por un gobierno caracterizado por la anarquía y por una generalizada y profundamente enquistada corrupción.
Por esta razón, podemos recomendar a los que viajan en la carreta que unan sus fuerzas a la renovación y que la única manera para que lo comprendan, se percaten de ello y no pierdan el sentido de la realidad que les rodea en lo agreste del camino, es hacer lo que dice el famoso cantautor latinoamericano en una de sus magníficas poesías hechas canción: ‹‹♫…los ejes de mi carreta…nunca los voy a engrasar…♫››.
International Development consultant
4 añosExcelente artículo! Tengo esperanzas que el 2020 será un año en el que muchos ciudadanos (as) dejarán de ser espectadores y pasarán de indignados e indignadas a proponer, deliberar y actuar. La situación en la que estamos sumergidos es inaguantable!