CUANDO NO TE QUIERES ENTERAR, YEH YEH...
Ayer tuve la oportunidad de charlar un rato con una directiva que está al tanto de lo que realmente sucede en muchas de las grandes empresas de la zona. Me trasladaba una queja recurrente: las empresas no consiguen atraer de ninguna manera un perfil que les es completamente necesario para mantener la competitividad en los mercados: los ingenieros e ingenieras.
Hay pocos, están colocados antes de terminar la carrera y no ven el trabajo como lo veían sus padres o abuelos. Van a los procesos de selección completamente convencidos de su valor, y las entrevistas se están convirtiendo en exámenes empresariales más que en validaciones de candidatos. ¿Quién entrevista a quién? No es raro, y por eso "no se quieren enterar", que los candidatos rechacen trabajar en la empresa porque no se trabaja su atractivo. Sus sueldos no son competitivos, sus planes de formación y tutorización son inexistentes, lo mismo que sus políticas de conciliación. Su marketing de venta de proyectos parece de los años 70, sus propuestas de progreso son opacas, y los beneficios adicionales (vacaciones extra, seguros de salud, teletrabajo, bienestar, alivios de estrés, etc.) son un "WTF".
Esta generación no va a comprarse una casa, no puede. Van a malvivir alquilados y compartiendo (los que, con 33 años, logren independizarse). Muchos no ven la necesidad de tener un vehículo, y la estructura de vida en pareja se retrasa; los hijos, ni te cuento... Así que optan por vivir el presente, no por los viajes del IMSERSO. Las empresas no se quieren enterar y, proceso tras proceso de entrevistas, fallan y vuelven a fallar, como los peces en el río o como el animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Esto ocurre tanto con aprendices de obra como con ingenieros de biomecánica.
Si quienes toman las decisiones en las empresas no empiezan a entender la sociedad laboral que ya está aquí y no dan un golpe de timón para adaptarse, muchos proyectos se verán comprometidos por la falta de talento. La generación mejor preparada de jóvenes ya está rindiendo fuera por esa cerrazón cultural que, día tras día, nos empeñamos en mantener. Así que cuando veo proyectos de atracción de talento, donde el foco está en el talento y no en quienes van a dirigirlo, está claro que ese programa no ha entendido nada.
Cuando la marca de tu empresa, de tu comunidad o de tu industria no atiende las necesidades de su cliente —que en este caso es el "trabajador con talento"— y sigue empeñada en vender el mismo producto, el cliente se va. Por eso digo que NO SE ENTERAN.
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El atractivo no está en lo buenos que somos, en lo grande de nuestro mercado, en nuestra historia industrial, gastronomía, cultura ancestral, centros tecnológicos, estructura de atención a la salud, la seguridad ciudadana o en el número de hectáreas de bosque por habitante. Lo extrínseco es un complemento, pero lo que realmente importa es lo intrínseco, lo cercano, lo que afecta al día a día. Hay que trabajar en la capacidad y el talento con el que vas a colaborar y visibilizarlo, su educación, los valores empresariales - ¿eres multicultural? ¿multiracial? ¿estás comprometido con la discapacidad? ¿con la no discriminación por razón de nada? - y valores sociales, el acceso a vivienda pública para jóvenes, la visibilización de proyectos multiculturales, la posibilidad de participar en la recuperación del planeta y de sentirse parte de una sociedad que hace algo y avanza hacia metas que ellos consideran perseguibles. Esos son los proyectos sociales que impactan e importan. El talento de hoy necesita sentido para su tiempo de trabajo, su tiempo de ocio y su vida y lo quiere ya. Eso es lo que busca y quiere el talento comprometido.
Tu marca de empresa, de industria o de región debe tocar esas teclas y no otras. Cada una de ellas puede estar muy lejos de nuestro sentir tradicional, lo sé, pero está muy cerca del sentir de ellos.
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2 mesesGran reflexión, Aitor González . Pero ni tanto ni tan calvo. Efectivamente, muchas empresas aún no se han dado cuenta del valor de su capital humano, de la captación de nuevo talento y de su fidelización (no me gusta la palabra retención, no hay que hacerlo con tu gente). Pero el paradigma es que no sólo está pasando con las generaciones relevo, también nos pasa a los senior que nos encontramos aún con empresas ancladas en el pasado, donde "llevamos haciéndolo así varias generaciones y seguimos teniendo nuestro mercado", trabajamos en el día a día, extintor en mano apagando fuegos, pero nos falta la visión en el medio y largo plazos. Y eso pasa por adaptar la empresa, su equipo, su preparación, a los clientes e innovar en busca de la excelencia, porque el futuro no será para los mediocres (tanto empresa como personas). Pero como todo, tiene solución, #ACTitud, conocimiento y pasión en lo que hacemos