Elogio de los jóvenes que se buscan la vida.

Todos los ochenteros seguro que han recordado a Orzowei. Sobre todo el del libro, la serie italo-alemana era digna de olvidar (italo-alemana...como si me dices que una canción es flamenco-salsa). Seguro que la banda musical ya resuena en vuestras cabezas. Lo lamento porque era penosa. Seguro que se os pasa silbando la de Verano Azul.

¿Por qué Orzowei? La historia viene de lejos. Un compañero de hace muchos trabajos decía siempre lo mismo a los nuevos y jovenes empleados que venian con dudas o peticiones: "¿sabes quién era Orzowei?" El pobre colaborador se pensaba que sería una especie de gurú que ayudaba a los nuevos, pero no, no era eso. Ante la respuesta negativa del nuevo mi amigo Angel seguía: "pues Orzowei era un chaval al que soltaron solo en la selva con una lanza y un taparrabos y las paso putas para salir con vida. ¿Y sabes por qué salió? Porque se buscó la vida. Asi que chaval, yo ya te he dado un PC y un puesto, ahora buscate la vida".

Se que este curioso proceso de acogida de las nuevas incorporaciones no coincide con los mas habituales en la empresa actual. Ahora hasta nombramos un mentor que acompaña al pobre millenial Orzowei y le dice dónde está escondido el león o el malvado Mesei (no confundir con Messi).

Vayamos al grano. La capacidad de buscarse la vida es para mi una de las competencias mas relevantes en cualquier profesional. Sin saberlo es la que estamos buscando en la mayoría de los candidatos. La llamamos resiliencia, autonómía, polivalencia, autoformación... En el fondo lo que buscamos es que, una vez entendido el contenido del puesto y el valor que puede aportar desempeñándolo, no le volvamos a ver hasta que venga feliz con los resultados. Como Orzowei vendrá con muchas cicatrices pero, seguramente, haya aprendido más en esos meses que en cinco años en un programa de acompañamiento o de desarrollo del joven talento. Aclaro que no pido que le hagamos esto a todos los nuevos empleados, lo que propongo es que identifiquemos quiénes tienen esta competencia y les dejemos seguir desarrollándola. Ojalá lograsemos que todos fueran así.

Ahora ya no soy Director de RRHH pero como profesor de la UFV intento hacer algo parecido con los alumnos de primero. Para que os lleguen ya con esta competencia dentro de cuatro años. En vez de enseñarles en el aula qué es un león (cliente) y cómo se caza (vende), directamente les dejo solos en la selva (empresa) y les pido que hagan de guerreros experimentados (consultores). Cuatro equipos de alumnos del doble Grado de ADE y Marketing han creado solos su propia marca de consultoría y ya se han reunido con directivos de empresas como Sanitas, Mediamarkt, Lafarge-Holcim y Manos Unidas para abordar proyectos reales de investigación y resolución de problemas. De momento no ha habido que lamentar bajas por garra de bestia empresarial. Seguro que al final del curso todos saldrán ganando, las empresas y los alumnos. Ya os lo contaré.

Mientras os llegan estos profesionales a la empresa os muestro algunos indicios que os permitirán identificar en vuestros equipos a los que saben buscarse la vida:

1. Vienen con soluciones no con problemas. Te vienen con un león muerto al despacho y te dicen "Mira, es que teníamos este león que se estaba comiendo las ventas aquí y allí y de esta manera y esta otra pero ya lo hemos solucionado". Si no tanto, al menos te cuentan el problema y te proponen alternativas de solución.
2. Establecen y mantienene una extensa red interna de contactos creada con una mezcla de simpatía y confianza profesional. Son de los que te hablan de reinos desconocidos mas allá de la maquina de café donde habitan unas tribus que entienden de big data o que resuelven incidencias de cobro. En vez de comer siempre con los del departamento y hartarse de poner a parir a la empresa procuran comer con distintas personas cada día para integrarse con otros departamentos.
3. Se forman solos y enseñan al resto. Esto se da con mucha frecuencia entre los jóvenes. Antes pediamos un curso de ofimatica y si no nos lo daban echabamos la culpa de nuestro bajo desempeño a la empresa. Ahora identifican rapidamente las herramientas que necesitan y se forman con tutoriales, cuñados expertos o tribus de allende la maquina de café.
4. Son optimistas y contagian buen humor. Un Orzowei de turno que se ha comido a un leopardo y se ha hecho un abrigo con su piel tiene pocos motivos para ser pesimista. Los problemas lo son solo cuando llegan y por eso están frescos para resolverlos. Aunque trabajen solos no suelen ser egoistas y no dudan en compartir el buen humor con el resto del equipo que termina por sentirse mas seguro con un joven vestido de leopardo en las reuniones.

Pues nada mas. Salid ahora ahí fuera y buscad a los Orzoweis ocultos en vuestra organización. Ellos tienen la competencia que lleva con mas seguridad al éxito.