Déjame que te explique...
Sé que últimamente mucha gente está cansada de oir hablar sobre feminismo, que los avances conseguidos pueden parecer suficientes.
Lamentablemente no lo son, y es así porqué no se puede borrar de un plumazo nuestra herencia cultural, nuestra forma de educar y de comportarnos. Son comportamientos muy arraigados, y es solo con la vigilancia continua que conseguimos ese click que nos incomoda y nos hace revisar si la situación que estamos viviendo u observando está bien.
Existen varios tipos de sesgo, los más importantes son: género, color de la piel, orientación sexual, lugar de origen, edad, religión... Todos ellos están presentes en nuestras relaciones profesionales y modifican nuestra percepción sin darnos cuenta. TODOS nosotros sufrimos sesgos cognitivos incoscientes, en mayor o menor medida y solo la aceptación de este hecho nos puede permitir actuar al respecto.
Por si tenéis alguna duda, os invito a realizar este test de Harvard:
En la página de Harvard veréis que existen varios tests para comprobar el porcentaje de sesgo incosnciente sobre un aspecto concreto. El resultado es siempre sorprendente.
Hoy quiero centrarme en el sesgo de género. Sobre este sesgo puede hablar con conicimiento de causa porque lo he sufrido en muchas ocasiones; a veces, dolorosamente, por colegas, clientes y/o partners a los que aprecio y admiro.
Hoy me han hecho mansplaining, por si no conocéis el término, significa: "the explanation of something by a man, typically to a woman, in a manner regarded as condescending or patronizing."
Muchos hombres habréis pasado por una situación similar, cuando siendo muy jóvenes, alguien senior os explicaba algo u os trataba con condescendencia: palabras como chavalito, chiquito, chico, chaval, el "déjame que te explique", o "esto va de"...
Intentad recordarlo... vivid de nuevo esa acritud amarga que os venía a la garganta. Y ahora imaginad esa misma situación pero con cuarenta y pico años. ¿A qué pica?
¿Sabéis que es lo peor? Lo peor no ha sido el mansplaining. No puedo controlar como actuan los demás. Lo peor es que me he dejado empujar a contestar con una agresividad que no me es propia. Me he dado cuenta horas después, que mi respuesta ha sido fuerte y territorial, totalmente alejada de mi naturaleza y de mi forma de actuar habitual.
Hoy he aprendido que debo encontrar la forma de afianzar mi posición siendo fiel a mi esencia. No copiando la forma de actuar de un constructo social en el que no me reconozco, solo porque es el que hoy día ostenta las posiciones de poder.
Esto es especialmente difícil para las mujeres porqué nos cuesta encontrar referentes, ejemplos en otras mujeres líderes, empresarias, del mundo de la empresa. Y por eso debemos conseguir tener más representación, más visibilidad. Y si tiene que ser a golpe de pesadas, de apoyos interesados o de cuotas; que así sea.
Tener visibilidad no solo nos permitirá ser ejemplos para otras mujeres, permitirá establecer un entorno empresarial renovado donde los hombres puedan relajar su competitividad y agresividad aprendidas en favor de nuevas forma de liderazgo y colaboración.
Ejecutivo de Ventas en la industria TIC. Actualmente ejecutando funciones de Desarrollo de Negocio Internacional en el al campo de la IA aplicada a CX. ex-Cisco, ex-NTT.
4 añosMarta Lopez cuando alguien trata de forma condescendiente a los demás lo suele hacer sean hombres o mujeres, creo que estamos anteponiendo el sexismo como explicacion y norma a comportamientos que no nos gustan y ese es el error en mi opinión.
Executive Design Director at frog
4 añosAyer estuve en un seminario de Sonya Barlow que dió para Idean sobre este tema y fue muy iluminador. Conocer los sesgos y dar visibilidad es fundamental!
Senior Director, Colleague Success Business Partnership at Bentley Systems
4 añosMuy de acuerdo con el punto de ser fiel a una misma. Hay tantas maneras de llegar a un destino (aka, conseguir resultados) como personas que lo intentan. El destino es la clave, la vara de medir; con respecto al método, Respect!