De la Jerarquía a la Redarquía

Muchas empresas y organizaciones siguen operando como jerarquías. Es muy difícil encontrar empresas con estructuras "no jerárquicas". La jerarquía es una estructura ortodoxa que opera desde el control y las órdenes que se emiten desde la cima la clase gerencial. Su estructura es rígida e inflexible por asimilar la lógica de las líneas de producción. Los organigramas derivados son pirámides construidas sobre la base de los paradigmas de los sistemas cerrados o mecánicos, la deducción. La fragmentación por especialidades, llamada normalmente departamentalización surge como forma natural de organización. Cada departamento se concibe a si mismo como un fin independiente que compite con los demás departamentos. Cada uno de ellos cree que es el más importante y que la empresa existe como consecuencia de su existencia. No se produce sinergia entre ellos, sino todo lo contrario, anergias. Estas estructuras gastan muchos recursos en fuerzas de rozamiento. Son muy ineficientes, imposibilitan trabajar por equipos, adaptarse y es casi imposible que logren ser organizaciones inteligentes. El control ortodoxo impide crear e innovar, porque basa su hacer en seguir haciendo siempre más de lo mismo. Las órdenes emanadas desde la cima someten a las personas al imperio de la obediencia. Los niveles de la estructura jerárquica discriminan por poder y garantías salariales, derechos que obligan a realizar las tareas como lo dice el jefe. En la transición del poder generalmente se escoge aquellos técnicos que se paren más a la jefatura, con el agravante que por ser técnicos desconocen las habilidades blandas, porque o por no son de su competencia técnica o porque no son parte de sus talentos, con lo cual se gana un mal gerente y se pierde un buen técnico. De esta manera se inmortaliza, por línea de sucesión directa la incompetencia de la clase gerencial. La Teoría de Restricciones, (ToC) afirma que todos los sistemas tienen Cuellos de Botella o Recursos de Capacidad Restringida (RCR), y son los que determinan la capacidad máxima del sistema, es decir la capacidad máxima de un sistema es igual a la capacidad máxima de su cuello de botella. Las organizaciones son sistemas y están también sometidas a la dictadura de los cuellos de botella. En las organizaciones jerárquicas el cuello de botella generalmente se ubica en la clase gerencial porque, primero: existen desfases en el tiempo entre el momento que un evento se presenta y el momento en se toman las decisiones y se ejecutan las acciones, segundo: el criterio en que se basan las dicciones es el de una sola persona, tercero: las prioridades de la clase gerencia es diferente a la de las personas que están ejecutando el trabajo, cuarto: las perspectivas de la clase gerencial son muy diferentes a las perspectivas de la clase operativa y quinto: las decisiones que se toman desde las alturas de la clase gerencial muchas veces no son aceptadas por los mandos medios, porque se pueden contraponer a los intereses de algunos departamentos, aumentando la incertidumbre en los de la clase operativa. Todo esto genera una "babel organizacional". Entonces ¿qué nos propone la redarquía? término derivado del comportamiento de las redes, Las organizaciones redárquicas carecen de niveles jerárquicos, porque no solo no aportan nada, sino que entorpecen el funcionamiento de la red-organización. Como en una red los nodos están en un mismo nivel, en la red-organización lo importante son los aportes, todos dependen de ellos tanto en lo particular como en lo colectivo, cualquier nodo que falle hace que el todo falle, cada nodo, organizacionalmente entendido como una persona, o un equipo de personas, vela y se ocupa de hacer su trabajo de tal forma que le facilite el trabajo al nodo aledaño, al nodo de al lado, como resultado, aparecen las propiedades emergentes propios de los sistemas complejos adaptativos que producen resultados creativos e innovadores que ningún nodo posee de forma individual. Cada persona en una organización redárquica, se siente importante producto que sus aportes son valorados con la comunidad y tienen sentido en la construcción de los servicios o productos que la empresa entrega a sus clientes. La innovación emerge como producto del involucramiento y la comprensión de cada uno y todos los nodos en producción de los productos y servicios que se entregan al cliente final con el fin de causarle una experiencia única positiva memorable. La redarquía tiene sus paradigmas cimentados en el ser humano concebido en todas sus dimensiones, poniendo especial énfasis en su inteligencia, conocimiento y capacidades de creación de inéditos servicios y productos. El liderazgo redárquico no pertenece a una sola persona, es un liderazgo líquido que pasa de cabeza a cabeza dependiendo de la importancia de los aportes en cada fase del trabajo, cada nodo es un equipo de trabajo que labora en coopetencia, no en competencia, ya que el trabajo de cada individuo tiene como fin enriquecer el trabajo de su vecino. La sociedad del conocimiento caracterizada por la disrupción, la impredecibilidad, el cambio acelerado de comportamiento probabilístico, hace que casi todo lo que sabíamos de cómo conducir empresas se muestre incompetente en el abordaje de su realidad, de allí que se hace imprescindible adoptar el paradigma redárquico como enfoque que aprovecha las oportunidades de la sociedad del conocimiento. El cambio es radical y debemos crear una estrategia que nos permita pasar de las jerarquías ortodoxas a las redarquías de la sociedad del conocimiento. En una próxima entrega ahondaré más en el tema.

 

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