De vez en cuando sabrás que eres muchas cosas

Quiero comenzar con una frase que escuche por accidente en medio de una muy ajena conversación de pasillo: "Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo"; postulado que luego me llevo a pensar acerca de las distintas posibilidades del ser y el entendimiento acerca de la conveniencia o no de atreverme a replicar la hipótesis acerca de la triple dimensión humana.

Hace ya muchos siglos, la filosofía intentaba resolver la pregunta "¿qué es el hombre?" El reto de plantear de manera sensata una respuesta a semejante pregunta, resultaba a todas luces ya excesiva. Sin embargo y partiendo de una postura absolutamente evolutiva, me atrevería a mencionar que el ser humano es un sistema complejo integrado que se constituye a través de una doble evolución: biológica (genética) y cultural (antroposocial).

Bajo esa misma perspectiva evolutiva, no hay ser humano, sino más bien hacerse humano que no es otra cosa que el proceso a través del cual la hominización ha conducido al homo sapiens moderno (Que somos todas las poblaciones humanas actuales del planeta) a comprender que el ser humano reside siempre en una encrucijada: "es -somos" al mismo tiempo especie, sociedad e individuo.

Junto a la triple dimensión ya mencionada (especie, sociedad, individuo), cobra cada vez mayor relevancia el considerar una cuarta dimensión, que es propiamente la de la humanidad que a su vez podríamos considerarla en un doble sentido. Primero, la humanidad como propiedad eminente del hacerse humano hablando desde el punto de vista de los valores y en segundo lugar, la humanidad como el conjunto global de la especie y las sociedades humanas sobre la Tierra.

Bajo cualquier postulado, la búsqueda del ser humano nos conduce siempre a su hacerse como estructura de estructuras, sistema de sistemas, procesos de procesos, evolución de evoluciones, subjetividad de subjetividades todas ellas entretejidas en el tiempo y bajo un concepto ineludible de evolución escalable.

En conclusión, el ser humano representa el hacerse humano cada uno, creciendo y evolucionando como individuo sensible, consciente y libre, teniendo garantizados los derechos y las condiciones de vida, de tal manera que uno adopte como un deber autónomo su propia contribución a la vida y sentido a las múltiples relaciones que nos hacen seres terrestres, vivos, sociales y culturales.

El ser humano significa ser lo que somos, pero apostando al mismo tiempo por las potencialidades aún inéditas de un nuevo nacimiento de la humanidad.