¿Decides o te deciden?
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Resumen de hoy
¿Decides o te deciden?
A nosotros nos gusta que nos dejen decidir y por lo tanto suponemos que a todos les ocurre lo mismo.
La verdad es que no queremos decidir, sino que otros decidan por nosotros.
Decidir implica pensar y pensar cuesta.
El cerebro humano representa el 2% de la masa corporal, pero consume el 20% de toda la energía que utilizamos en reposo.
La demanda energética del cerebro es muy alta en actividades cognitivamente exigentes, como la toma de decisiones complejas.
Por eso generalmente elegimos la opción que nos dan como predeterminada.
Ejemplo de esto es el caso de la donación de órganos: cuando el estado decide que todos donen órganos excepto quienes digan que no quieren, casi todos donan órganos.
Cuando el estado decide que nadie done órganos salvo los que digan que quieren, casi nadie dona órganos.
No decidimos ni donar ni no donar, decidimos no decidir.
Sin embargo, caemos en una paradoja: no queremos decidir, pero al mismo tiempo pensamos que le estamos dando un beneficio a los otros cuando les damos todas las opciones sin recomendarles ninguna.
La mayoría de la gente, para la mayoría de las cosas, quiere que le digan qué es lo mejor para él. Queremos “ahorrar” el pensamiento para las cosas que valen la pena.
Por supuesto que hay excepciones y en ocasiones nos “salimos” del default y elegimos otra cosa. Pero la inmensa mayoría de las personas en sus decisiones, elige lo predeterminado.
Así que cuando pienses cómo presentar las opciones comerciales a tus clientes para que decidan, ten en cuenta que casi todos van a elegir el camino que les marques como predeterminado.
Aquí van 3 ejemplos:
En tu caso, ¿Estás eligiendo o simplemente sigues el camino marcado?
El legado de mi padrino
Mi padrino Ricardo, que era un viejo sabio, me dijo de pequeño “te ha tocado nacer en una familia humilde, no te preocupes por eso, lo más importante es que aprendas todos los días algo nuevo” …
Con el tiempo descubrí que, para multiplicar mis aprendizajes, era necesario combatir mi “EGO”.
Si dejaba que mi ego fuera fuerte y sobredimensionado, jamás podría aprender nada nuevo, me pondría en situación de que “ya no tienes nada que aprender”.
“Tu curiosidad tiene que ser más grande que tu ego”
Cuando el ego está por encima, las cosas pueden salir mal. Los golpes financieros más grandes de mi vida fueron consecuencia de creer que “solito podría”.
Recomendado por LinkedIn
El mundo de los negocios es un ambiente de competencia de egos. Quién es mejor empresario, quién fabrica el mejor producto, quién gana más dinero, etc.
Mi consejo es que en tu micro mundo te enfoques en una competencia contra ti mismo.
Dedicar tiempo a aprender cosas nuevas te pone en acción. Te obliga a repensar qué y cómo hacer mejor lo que haces.
Los líderes que dejan de aprender, dejan de liderar. Las empresas que dejan de innovar, dejan de crecer. Y la mayoría dejan de innovar por inhabilidad de sus CEOs.
¿Dónde aprender?
¿Cuándo aprender?
A diario. 30 minutos por día, son 3,5 horas por semana y 728 horas por año.
¿Qué aprender?
En primer lugar, de todo aquello que no sabes nada, después de aquello que sabes mucho y quieres seguir haciéndolo, pero de manera muy diferente.
El conocimiento es el único patrimonio que no se pierde nunca, pase lo que pase, se multiplica y crece.
Cuando quieras, hay 2 formas en las que te puedo ayudar
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¿Nos reunimos para conversarlo?
La mayoría de las veces, no hacía falta reunirse para resolverlo, pero aun así lo hicimos.
En este post de Daniel Colombo verás cuándo deberíamos tener una reunión.
Daniel Colombo es LinkedIn Top Voice. Autor 32 libros (+1M ventas) y muchas cosas más.
He compartido con él muchas horas de trabajo y generosamente me dejó esta recomendación que les comparto:
"Miguel es un ejemplo de aporte al mundo de los negocios; su definición de 'acelerador' es indicada para encuadrar su trabajo, que inspira y ayuda a promover el desarrollo del mundo emprendedor e industrial."
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¡Hasta la próxima edición!
Miguel Furque