Del Poder a la "Posibilidad" de Hacer
“El azar es poderoso, deja siempre el cebo echado: en el estanque donde menos te lo esperes habrá un pez”. Ovidio
En el último Marketing Day Diego Luque introdujo el tema del Poder. El Poder aplicado a la marca. A lo que dice, hace e inspira una marca.
Si nos remontamos al origen, Poder viene del latín vulgar POSSE vulgarmente POTERE que hace referencia en su origen (sin obedecer a los cambios que la evolución de la lengua castellana siguió) a la “Posibilidad”.
El Poder es, en mi visión, una Posibilidad. Y la miro en este caso, del lado de los responsables de la gestión de la comunicación de marca.
Este artículo sugiere revisar y dar una nueva visión a la “Posibilidad” en base a la relación que existe o se construye en el conjunto “responsables de marca” incluyendo en esta definición a todos los actores del proceso (agencia, cliente, colaboradores, freelancers, planificadores, etc) todos forman una estructura que cobra vida en si misma, como una gran habitación.
La “Posibilidad” modifica la subjetividad al enfrentar el llamado a la acción como una “guía” por donde caminar, pero se choca en algunos casos con las disfunciones generadas por un proceso lento, entumecido y viciado entre los interlocutores.
El cliente presenta sus objetivos y relata indicadores y formatos en términos de negocio, que la agencia ha de traducir a un discurso general de validez social, que conecte y se corresponda con el discurso elegido y el público al que se dirige en un contexto determinado. El proceso es complejo, por cuanto el relato del cliente es polisémico en su diversidad de significaciones y expectativas, articulando objetivos de área con los de negocio requeridos en un marco de plan, demandando una interpretación lo más fiel posible basada en un acercamiento empático entre los interlocutores, actividad que se enmarca en una “responsabilidad” enfocada en el producto del negocio del cliente y una “responsabilidad especializada” de la agencia para juntos elaborar una descripción coherente y veraz del mensaje, ambas responsabilidades forman lo que llamo una estructura donde se produce la “Posibilidad” o “Imposibilidad”.
Y es que quienes manejamos marcas parecería que tenemos una resistencia a tomarnos en serio esta Posibilidad. Posibilidad de agarrar una marca por el cuello, incluso de creer que somos lo suficientemente valientes para encarar proyectos que lleven a nuestra marca a su máximo esplendor siendo disruptivos e innovadores sin dejar de estar alineados a la misión.
Nuestra sensación de acercamiento al error, (¿o de terror?) es demasiado fuerte como para gestionar la “Posibilidad”, como para creer que esta lleno de actores (agencias, freelancers, planificadores, colaboradores, etc) alimentando el “hambre” de hacer cosas buenas e interesantes, o bien colaborando en -si todo sale mal - abrazar juntos el error, abrazarlo rápido, aceptarlo rápido, reubicarlo y hacer algo urgente con eso.
Parecería que no queremos hacer uso de este Poder (y estoy generalizando a agencias y responsables de marca). La Posibilidad de la que hablo es casi como un combustible. La sentimos y queremos hacer algo, el día nos arrastra de hecho, pero ¿la escuchamos de verdad?
La puerta siempre está abierta o al menos ligeramente abierta. Podemos ver la luz de las ideas que están allí afuera y que no dejamos entrar, y las mantenemos allí.
Si escuchamos algo raro, cerramos la puerta rápido, no sea cosa que entre uno de estas ideas por sorpresa y nos arrastre por completo el confort de lo que dominamos. Y si la idea se parece a algo bueno y conocido se abre una Posibilidad, incluso se abre la puerta un poco más cuando se ve algo interesante y desafiante, pero esto supone apertura, trabajo, cuestionamiento, discusiones acaloradas y mucha voluntad.
La Posibilidad es una voz, un llamado, una exigencia. Casi como un Mapa, hay que actuar a partir de la Posibilidad y no desde la queja.
¿Qué sentís cuando descubrís que cerraste una Posibilidad y alguien concretó esa idea que tenías en mente?
En este marco, tengo mi perspectiva, existe la Posibilidad de que tomes en serio tus ideas de una vez por todas.
La Posibilidad no es la acción en si misma, es una invitación a la acción y tiene el poder de cambiar todo.
Por eso el Poder es Posibilidad. Incluso Potencialidad.
La gente suele hablar de lo espantoso que es no tener “Posibilidades”; (presupuesto para hacer, apertura de sus clientes; mentes abiertas para aceptar ideas nuevas, flexibilidad, tiempo, etc) pero la realidad es que la mayoría está muy cómodo con la sensación de que no se los observa muy de cerca, ni de que se les exija demasiado, entonces hay cierta liberación de responsabilidades (o “Posibilidades”?)
Parece ser que la Posibilidad asusta mucho más que la imposibilidad.
¿Cómo abrirnos a las posibilidades?
Gestionando el poder.
¿Cómo se gestiona el poder en este caso para convertirse en Posibilidad?
a.Gestionando críticas
Hay que saber discernir entre buenas y malas críticas.
Las buenas críticas son honestas y generan alivio.
Las malas críticas, tienen un tono ambiguo y personal.
b. Trabajo de investigador
Las preguntas nos ayudan a delinear caminos y abrir posibilidades nuevas.
Exigir, preguntas de monitoreo, preguntas esclarecedoras.
Exigir respuestas claras, temas concretos, objetivos definidos.
Nada por sentado, todo por aprender.
c. Sincronía y sintonía
Suerte, coincidencia, azar, “tocado por una estrella”, tiene muchos nombres.
Decía Louis Pasteur que el azar solo favorece a las mentes preparadas.
Todos hemos tenido estos momentos, cuando respondemos a ellos ponemos en marcha el principio de lo que Jung llamó “sincronía”; una aparición simultánea de dos o más factores unidos por la significación y sin relación causal alguna entre sí; sería, por lo tanto, una coincidencia significativa. Una mezcla fortuita de acontecimientos. Si estás atento a cada paso y en sintonía con lo que te rodea, te asombrará ver surgir estos momentos.
d. Crecer, estar siempre en potencia
El crecimiento es un movimiento errático hacia adelante. Damos pasos hacia adelante, y otras hacia atrás. Es parte de crecer. Abiertos en el aprender la brecha de las Posibilidades se vuelve amplia.
En los momentos duros, parece que nada tiene sentido. Lo tiene, se siembra la tenacidad y la persistencia.
e. Dominando el escepticismo
El escepticismo es un atentado a nosotros mismos y al equipo. Tenemos unas dudas profundas y aterradoras. Poderosas y misteriosas. Hay que dejarlas salir y explorar discusiones que las disuelvan. Si, discusiones difíciles que dan buenos resultados, se llevan a la mesa los temas que nos ayudan a empujar ideas. Hay que permitirse la incomodidad para luego sonreír.
Si hay una fuerza empujando y colaborando, que responde a las Posibilidades, que las crea y las escucha, entonces podremos hacer algunas cosas buenas de verdad.
Agencia cliente, cliente agencia, todo es lo mismo: muchas Posibilidades, mucho poder.
Cuando esa relación está en sintonía con todos los actores que tienen parte y arte en el proceso, la habitación se vuelve un hervidero de semillas, pero cuando se interrumpe el proceso empático para detenerse en factores personales o incluso disociados del resto, y se recurre precozmente a métodos poco éticos, se convierte a la “habitación” en un “órgano sin voz” , alienado de su propia estructura... ¿O no?
Te invito a pensar y a discutir.