Des-fondados
El otro día me reuní con un viejo amigo para ponernos al día. Me contaba como era su día a día en el trabajo, y cómo había evolucionado en el ultimo año. Imagina que un buen día te contratan, empiezas a trabajar en una empresa que te gusta, en la que te sientes bien con su misión y valores. Hasta aquí todo bien, más allá de las largas horas de dedicación a su pagador. De repente, un buen día les comunican que un “bondadoso” fondo de inversión han decidido comprarlos. En ese momento, todo pasa a un segundo plano, excepto la facturación y los beneficios. Nada nuevo en el mundo neocapitalista en el que vivimos. Pero no es eso lo que me hizo reflexionar, sino cómo este cambio ha impactado tan negativamente en su trabajo y en la de los demás.
No sólo trabaja más horas, viaja más, sino que su nivel de presión y por tanto de estrés han aumentado muchísimo. Ya no es divertido, apenas hay ilusión en el día a día. Sólo cuenta el reporte semanal con los resultados. Ya no hay rastro de los valores y misión de la empresa original, no hay tiempo, porque toca vender a toda máquina. ¿Y todo para qué? Mi amigo se empieza a hacer preguntas, y a cuestionarse si va a poder aguantar este ritmo a medio plazo.
Todos conocemos casos de fondos que compran empresas todos los días. Y es que cuando dejas entrar al “lobo” en tu casa, éste se muestra insaciable. Siempre quiere más, nunca es suficiente, ya sólo se trata de alimentar a la bestia, y que ésta no se enfade.
¿Qué sentido tiene todo esto? Una vez el fondo esté suficientemente “engordado”, lo venderá a otro que seguirá “engordándolo”, y así sucesivamente hasta que un día reviente, o no.
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¿Y qué hay de mi amigo y de los que trabajan como él en “talleres de engorde financiero” como estos? Nada, no pasa nada. Sólo son recursos, números, dedicados empleados dispuestos a dejarse la piel con tal de no perder su sustento mensual. El miedo a perder el trabajo es una gran arma coercitiva en el país de la piel de toro. No es país para emprendedores, autónomos o gente similar que se arriesgue.
Todo este sistema neocapitalista en el que vivimos no es más que una gran bola que va arrastrando consigo todos los resortes y áreas de la sociedad. Una sociedad del exceso, en el que el trámite es lo que impera, a costa de una ciudadanía cansada, pero con la falsa sensación de libertad y control. Las formas son la nota, lo superficial, lo inmediato nos condiciona. Vivimos des-fondados, excepto los “queridos” fondos, que se mueven a sus anchas, incluso en nuestras casa, como los llamados buitre.
Me voy a meditar ahora. Lo necesito. Me irá bien hacer una pausa y conectar conmigo mismo, antes de que pierda el control y escriba cosas que no debo…
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8 mesesGran artículo, con perfecto cierre, no dejemos que nos desconecte. de nosotros mismos!
Comunicación | Proyectos | Divulgación. En Organització Catalana de Trasplantaments (OCATT), Sistema de Salut de Catalunya
8 mesesBuena reflexión, Álex, gracias!