Desigualdad de género en la era digital
En la última década se han producido avances en el campo de la tecnología de manera exponencial que han tenido repercusiones en la sociedad, la economía, la política, el gobierno, el mercado laboral, entre otros. Si bien el progreso en el campo digital presenta grandes oportunidades para la mejora y la optimización de los procesos y la automatización de las cadenas de producción, las transiciones tecnológicas también representan importantes retos en términos de adaptación y preparación para el cambio, y la manera en que la tecnología afecta la vida de las personas. Particularmente, en 2022 la UNESCO, en colaboración con la OCDE y el BID presentó un reporte que muestra la manera en que la inteligencia artificial afecta la vida laboral de las mujeres, y las brechas que persisten en el campo de la tecnología entre hombres y mujeres.
En todo el mundo, y con el aumento de las carreras y oportunidades laborales relacionadas con tecnología, existe una tendencia recurrente en la cual las mujeres son subrepresentadas en este campo, así como en el sector de la información y la comunicación. En este sentido, estudios revelan que las mujeres tienen menos probabilidades de emplearse en el sector tecnológico, y aunque consiguen ocupar las vacantes ofertadas, existen brechas considerables en salarios y compensación. Según datos de 116 países, la proporción media de mujeres en la ocupación de puestos tecnológicos es inferior a un tercio, y la brecha salarial de género para el 2022, era aproximadamente del 20%, una diferencia significativamente mayor que la brecha salarial media de género del 16% para la economía en general (International Labour Organization, 2022).
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Internacionalmente, en el campo laboral, las mujeres obtienen menores remuneraciones, ocupan menos posiciones senior y participan en menor medida que los hombres en los campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Así, en virtud del avance tecnológico en estos campos en particular, se han profundizado las brechas ya existentes, y en la actualidad, las mujeres ocupan tan solo el 29% de los puestos relacionados con investigación y desarrollo (I+D), por lo cual el mercado laboral de las mujeres enfrenta retos aún mayores de lo que lo hacía hace 10 años. Uno de los desafíos más importantes para integrar a las mujeres al mercado laboral en el campo digital es la falta de acceso, conectividad y habilidades digitales, mientras que a nivel global las mujeres sufren escasez de conexión a internet y habilidades digitales. En la mayoría de los casos, estas variables se relacionan proporcionalmente, ya que la falta de habilidades digitales impide a las personas acceder a servicios de internet, y las mujeres y niñas pueden tener mayores dificultades de acceso a instituciones públicas de TIC.
Es importante considerar esta brecha de género en relación con la conectividad y las habilidades digitales, ya que estos dos factores son determinantes en el momento en el que las mujeres entran en el mundo laboral. Así, la formación de las mujeres en tecnología puede disminuir su capacidad en 1) buscar y postular para empleos, 2) conseguir un empleo, y 3) desempeñarse exitosamente en el empleo actual, sin mencionar la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos y habilidades que son cada vez más esenciales en el mundo laboral. Otro punto importante a considerar es el crecimiento de la inteligencia artificial en los últimos años, dado que son muy pocas las mujeres relacionadas con este tipo de empleos en el mundo. Globalmente, los sistemas de inteligencia artificial son desarrollados por equipos compuestos mayoritariamente por hombres, lo cual ha generado una brecha de acceso para las mujeres en este campo de la tecnología. Esto además es muestra de que las diferencias entre hombres y mujeres vienen desde las etapas tempranas de formación; por ejemplo, a los 15 años, en promedio, solo el 0,5% de las niñas en los países de la OCDE piensan en convertirse en profesionales TIC, en comparación con el 5% de los niños (UNESCO, OCDE, BID, 2022). Estas tendencias se replican en el campo de la investigación y el desarrollo científico, por lo que predomina una subrepresentación de las mujeres en el sector tecnológico, lo cual requiere que los gobiernos implementen políticas que incentiven a las mujeres a participar en espacios de formación y capacitación en temas tecnológicos, sino que, además, sean cada vez más las vacantes que integren a las mujeres a este mercado laboral, preparándolas para los retos digitales del siglo XXI.