#Despedida del vaquero libertario
REFLEXIONESLIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
CAPITULO FINAL DEL LIBRO EL VAQUERO LIBERTARIO Y PROFETA
Rancho Los Sicomoros, Nuevo México
Octubre de 1931
Vallian se dirige a sus hijos, sobrinos y nietos en la sala del rancho:
“He llegado al final de un camino que jamás imaginé fuera tan largo. He vivido con gran intensidad y he visto tantas cosas que es difícil acomodarlas en el rincón de mis recuerdos. He sido un hombre muy afortunado a quien la vida ha dado tanto, pero no puedo ser egoísta y pensar, gocé de todos los privilegios que dan los triunfos con los cuales muchos solamente sueñan, y por ello doy gracias a dios. Porque agradecer a dios por sus bendiciones no es suficiente pues con el éxito, cuando menos para los hombres de bien, nacen otras obligaciones y hay que cumplirlas. Y hoy que llevo a cabo esta reflexión, me invaden sentimientos que me lastiman cuando veo cómo se destruye lo más bello de esta tierra, su libertad.
Yo no puedo asumir aquel estado mental que el tío Julián describía con su dicho favorito; “el que venga atrás que arree”. Porque atrás vienen todos ustedes y muchos más. No puedo continuar mi cabalgata dejando tanta gente atrás, gente que no puede arrear esa partida de novillones que vienen desbocados para tirarles los cercos, invadir sus milpas y robarles las cosechas. Gente que sufre ante el infierno que, por las acciones diabólicas de otros, han perdido todas sus posesiones materiales y, más importante, han perdido su esperanza y su futuro.
Hoy notifico mi retiro de la responsabilidad que he desarrollado durante tantos años. Es hora de que la siguiente generación tome las riendas, y ustedes han demostrado que portan las herramientas requeridas para tomar el timón de esta nave. Les esperan grandes retos, pero yo sé que podrán enfrentarlos y resolverlos. A su tío y a mí nos ha tocado vivir la era más hermosa en la historia de nuestro país, era de libertad, de abrir brechas hacia el futuro lidiando con gobiernos regulares y malos, otros soportables y muy pocas veces favorables para quienes teníamos sueños y, a pesar de la incertidumbre natural de un país que apenas nacía, fuimos en su búsqueda y ese arrojo fuera premiado con el éxito.
Pero esa era está siendo sustituida por otra en la que priva un ambiente, ya no de inseguridad, sino de amenaza constante frente a gobiernos que cada día despojan a la gente con más descaro, de políticos corruptos y una macabra sociedad entre esos políticos y los nuevos “empresarios” alérgicos a los riesgos, quienes exigen que su juego se estructure con apuestas arregladas. Ellos ganan dinero, pero sin crear valor. No entienden de economía ni de mercados porque no necesitan, puesto que el gobierno siempre les garantiza los resultados. Quiero creer que tampoco entienden la agresión que representan para el futuro de las nuevas generaciones, porque si están infectando el mercado, conscientes de las consecuencias que provocan sus acciones, son seres con el alma podrida.
Una era que les presentará dos alternativas; bajar las velas para entregarse a esa deshonrosa forma de ganar dinero en la cual sí es válida la expresión de que, “cuando unos ganan otros pierden”, porque en este arreglo lo que ganan estos mercenarios es lo que pierde el destino de la patria. La otra es continuar la lucha contra esos piratas que se hacen millonarios abonando para la desestabilización de los mercados que, tarde o temprano, pasarán su factura y todos deberemos pagar. El socialismo se estará extendiendo por todo el mundo y lo más lamentable es que solo lo detendrá su propio fracaso, pero tardará mucho tiempo en llegar. Y su herencia será un siglo perdido ante tal aberración filosófica, económica y política, pues es muy lamentable perder ese tesoro irremplazable que es el tiempo.
Aquí cerca tendremos un serio problema; México. Una revolución que se convirtiera en un movimiento socialista dedicado a la expropiación, pisoteando uno de los derechos más preciado del hombre, su propiedad. A estructurar una economía dirigida por el estado, el rentismo, el mercantilismo, y el capullo de una corrupción incrustada como tumor casi imposible de extirpar. Ahora les quiero exponer otra más de mis predicciones. No pasará mucho tiempo en que esta región, que fuera parte de México, presente una economía no menos de 10 a 15 veces más grande que la de todo el país mexicano. Y ello será consecuencia de las diferencias en ideología, cultura, educación, instituciones y, sobre todo, porqué a pesar de nuestro retroceso en este campo tan crucial para prosperar, la libertad económica, comparado con México somos un paraíso de libertad.
En esta nueva y tenebrosa era habrá el gran choque entre lo público y lo privado, entre individualistas y colectivistas. Hoy día tenemos varias formas de organización económica. El sistema de propiedad privada de los medios de producción, el capitalismo. El sistema privado de los medios de producción, con periódicas confiscaciones de la riqueza para redistribuirla, un repugnante híbrido. El sistema de propiedad pública de los medios de producción que conocemos como socialismo, este será la gran cruz que la sangrante humanidad deberá cargar durante este siglo.
Pero todas esas posiciones políticas siempre han visto la propiedad privada con gran recelo. No reconocen límites para extender la esfera de su dominio. Controlar todo, no dar lugar a que algo suceda sin su conocimiento e interferencia. Porque la propiedad privada crea una esfera en donde el individuo es libre del estado, en donde se establecen límites al autoritarismo. Provoca que otras fuerzas emergen para sumarse y presentar oposición a ese poder político. Es la tierra en donde las semillas de la libertad son nutridas, donde nace la autonomía del individuo, y el progreso intelectual y material establecen sus raíces. Por eso, la propiedad privada, armada con libertad económica y hombres independientes, es la gran enemiga del estado y nosotros deberemos ser los cruzados que la defiendan.
Tendrán que llegar a donde se apartan los dos caminos; sumarse a quienes saquean al país disfrazados de empresarios y políticos, o enfrentarlos para combatirlos. Yo estoy seguro ustedes elegirán el segundo, no es el más fácil, pero es el correcto porque está hecho de sacrificios, de principios y de integridad. Nunca mientan a nadie, aunque sea para aliviar algún dolor. Trabajen portando siempre los valores que se les inculcaron. No piensen tanto en lo que tienen que hacer, piensen en lo que deben ser en un proceso que los lleve a la grandeza moral y ética. Nunca se permitan caer en el desánimo aun ante las desgracias, ustedes tienen sangre de guerreros que se crecen ante la adversidad, de luchadores que llegan al campo de batalla de la vida con el coraje de un héroe y la sonrisa de un conquistador. Pero si en un momento tienen que enfrentar la derrota, recuerden que la prueba más grande de valor es enfrentar esa derrota sin perder el corazón, levantarse y regresar al combate.
Sean tolerantes con las traiciones de falsos amigos, sean diligentes, justos y generosos. Nunca miren el futuro con temor, porque las batallas no se ganan montados en los miedos. Tengan confianza en ustedes mismos, porque nadie va a construir lo que es su responsabilidad. Nunca confundan la riqueza con la felicidad, porque es la fuente de grandes decepciones. No importa que tan negro luzca el horizonte, es solo porque el alba se dispone a debutar. Sean positivos, optimistas, piensen en grande, pero actúen con genuina humildad y nunca miren a nadie hacia abajo. Amen y protejan a su familia y a su país con una pasión que los impulse a estar dispuestos a los grandes sacrificios para defenderlos. Gracias a todos, que dios los bendiga y los guie en esta nueva responsabilidad”.