Diplomacia de baja altura
En un significativo y controvertido giro diplomático, Noruega, España e Irlanda han anunciado su intención de reconocer un estado palestino independiente, reflejando una creciente frustración internacional con las políticas de Israel en Gaza. Este anuncio se produce en medio de un conflicto cada vez más intenso en Gaza, donde las fuerzas israelíes están reforzando su control sobre Rafah, una ciudad clave cerca de la frontera con Egipto y con una notable presencia de Hamas, un grupo respaldado por Irán.
El miércoles, los ministros de relaciones exteriores de Noruega, España e Irlanda declararon que estaban tomando las medidas necesarias para formalizar su reconocimiento de un estado palestino. Se espera que otros países sigan su ejemplo en las próximas semanas. Esta decisión desafía abiertamente la postura tradicional de Washington, que aboga por una solución negociada entre Israel y Palestina para establecer un futuro estado que incluya Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este.
El presidente estadounidense, Joe Biden, apoya una solución de dos estados, pero insiste en que debe lograrse a través de negociaciones directas entre las partes. Sin embargo, el reconocimiento unilateral de un estado palestino por parte de estas naciones europeas socava esta posición. Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de EE.UU., afirmó que cada país tiene derecho a tomar sus propias decisiones, pero reiteró la postura de EE.UU. en contra del reconocimiento unilateral.
En España, bajo el paraguas del Congreso de los Diputados, el presidente Pedro Sánchez anunció que el Consejo de Ministros procederá con el reconocimiento el próximo día 28. Esta medida ha generado significativas reacciones y repercusiones.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, condenó la iniciativa, calificándola como una recompensa al terrorismo y asegurando que no contribuirá a la paz. En respuesta, Israel ha llamado a consultas a sus embajadores en estos tres países y ha enviado mensajes diplomáticos privados expresando su oposición.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Palestina acogió con satisfacción estas decisiones y pidió a otros estados que siguieran el mismo camino, destacando la injusticia que ha sufrido el pueblo palestino durante décadas de ocupación. Hamas, considerada una organización terrorista por Estados Unidos y otros países, también celebró el anuncio como un paso crucial hacia el establecimiento de un estado palestino independiente con Jerusalén como su capital.
La cuestión del reconocimiento de un estado palestino ha sido históricamente polémica y divisiva en Europa. Suecia reconoció a Palestina en 2014, y Eslovenia podría seguir sus pasos pronto. No obstante, Reino Unido y Alemania han declarado que solo apoyarían tal reconocimiento a través de un proceso de paz formal que involucre a Israel.
La guerra en Gaza ha deteriorado aún más la situación humanitaria y ha exacerbado la expansión de los asentamientos ilegales israelíes en la Cisjordania ocupada, complicando la posibilidad de crear un estado palestino con integridad territorial. Según cifras oficiales palestinas, las operaciones militares israelíes en Gaza han provocado la muerte de 35.000 personas en los últimos siete meses, la mayoría civiles. Además, un número considerable de ciudadanos israelíes siguen secuestrados por Hamas, tras haber sido brutalmente secuestrados y 1.143 asesinados en los salvajes atentados del pasado 7 de octubre, que no debemos olvidar como el auténtico detonante del conflicto.
El reconocimiento unilateral no es una solución mágica, pero representa un reconocimiento tardío de que el proceso de paz en el Medio Oriente, iniciado en Oslo en 1993, ha fracasado y que se necesita probar algo diferente. Hugh Lovatt, un destacado analista del European Council on Foreign Relations, señaló que este reconocimiento incluye "pasos que previamente han sido tabú o relegados en deferencia a un proceso de paz prácticamente inexistente".
Conviene no olvidar que el Derecho Internacional no ofrece un procedimiento general para el reconocimiento de nuevos Estados, pero establece como señala Demócrata cuatro requisitos fundamentales: una población estable y permanente, un territorio delimitado, un gobierno soberano y la capacidad de establecer relaciones con otros Estados. Convendrán que no están claros el cumplimiento de todos estos requisitos.
En España, nunca antes la política exterior había sido tan sesgada y carente de consensos. Ejercemos una diplomacia de conveniencia, que busca no molestar a socios de gobierno o aliados parlamentarios, sin visión estratégica, planificación detallada o amplios acuerdos. Este enfoque socava los objetivos pretendidos, presentando a España como un socio no fiable y conduciendo a giros bruscos de política con el cambio de mayorías parlamentarias.
Si se pretende evitar la polarización, tan dañina para la democracia, adoptar una postura diplomática precipitada—ya sea en el reconocimiento de Palestina, en la confrontación con el máximo dirigente de Argentina, en la opacidad total en la política de defensa en el conflicto Rusia-Ucrania, o en la negociación de Gibraltar entre bambalinas—logra todo lo contrario.
Y no sancionar las palabras de una vicepresidenta del gobierno de España, que afirmó en un vídeo: "Palestina será libre desde el río hasta el mar", una frase muy utilizada por Hamas y que implica la aniquilación de Israel, demuestra, como mínimo, una alarmante falta de dirección y prudencia.
Alejarse de los amplios consensos europeos y nacionales, como lo hace nuestro gobierno, radicaliza a la sociedad española, tradicionalmente caracterizada por su moderación y centralidad. Este estilo de gobernar no es un buen legado. En términos de geopolítica, el tablero está en la posición que Hamas soñó y planificó con la ayuda de Irán. Y quien sabe si también está donde quiere el actual gobierno de Sánchez que esté, y así desplazar el foco de las elecciones europeas, y los escándalos internos hacia otros discursos que se desplazan más allá de nuestras fronteras.
Low-Altitude Diplomacy
In a significant and controversial diplomatic shift, Norway, Spain, and Ireland have announced their intention to recognize an independent Palestinian state, reflecting growing international frustration with Israel's policies in Gaza. This announcement comes amid an increasingly intense conflict in Gaza, where Israeli forces are strengthening their control over Rafah, a key city near the border with Egypt and with a notable presence of Hamas, a group backed by Iran.
On Wednesday, the foreign ministers of Norway, Spain, and Ireland declared they were taking the necessary steps to formalize their recognition of a Palestinian state. Other countries are expected to follow suit in the coming weeks. This decision openly challenges Washington's traditional stance, which advocates for a negotiated solution between Israel and Palestine to establish a future state that includes Gaza, the West Bank, and East Jerusalem.
U.S. President Joe Biden supports a two-state solution but insists it must be achieved through direct negotiations between the parties. However, the unilateral recognition of a Palestinian state by these European nations undermines this position. Jake Sullivan, U.S. National Security Advisor, stated that each country has the right to make its own decisions but reiterated the U.S. stance against unilateral recognition.
In Spain, under the umbrella of the Congress of Deputies, President Pedro Sánchez announced that the Council of Ministers would proceed with the recognition on the 28th. This move has generated significant reactions and repercussions.
Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu condemned the initiative, calling it a reward for terrorism and asserting that it will not contribute to peace. In response, Israel has recalled its ambassadors from these three countries for consultations and sent private diplomatic messages expressing its opposition.
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The Palestinian Ministry of Foreign Affairs welcomed these decisions and urged other states to follow suit, highlighting the injustice the Palestinian people have suffered for decades under occupation. Hamas, considered a terrorist organization by the United States and other countries, also celebrated the announcement as a crucial step towards establishing an independent Palestinian state with Jerusalem as its capital.
The issue of recognizing a Palestinian state has historically been controversial and divisive in Europe. Sweden recognized Palestine in 2014, and Slovenia might follow soon. However, the United Kingdom and Germany have stated that they would only support such recognition through a formal peace process involving Israel.
The war in Gaza has further deteriorated the humanitarian situation and exacerbated the expansion of illegal Israeli settlements in the occupied West Bank, complicating the possibility of creating a Palestinian state with territorial integrity. According to official Palestinian figures, Israeli military operations in Gaza have resulted in the death of 35.000 people in the last seven months, most of them civilians. Additionally, a considerable number of Israeli citizens remain kidnapped by Hamas, having been brutally abducted and 1.143 murdered in the savage attacks on October 7, which should not be forgotten as the true catalyst of the conflict.
Unilateral recognition is not a magic solution, but it represents a belated acknowledgment that the Middle East peace process, initiated in Oslo in 1993, has failed and something different must be tried. Hugh Lovatt, a senior policy fellow at the European Council on Foreign Relations, noted that this recognition includes "steps that have previously been taboo or sidelined in deference to a virtually non-existent peace process."
But it is important to remember that International Law does not offer a general procedure for the recognition of new States, but as noted by Democrat, establishes four fundamental requirements: a stable and permanent population, a defined territory, a sovereign government, and the capacity to enter into relations with other States. It is debatable whether all these requirements are clearly met.
In Spain, foreign policy has never before been so biased and lacking in consensus. We are exercising diplomacy of convenience, seeking not to upset government partners or parliamentary allies, without strategic vision, detailed planning, or broad agreements. This approach undermines the intended objectives, presenting Spain as an unreliable partner and leading to abrupt policy shifts with changes in parliamentary majorities.
If the aim is to avoid polarization, so damaging to democracy, adopting a hasty diplomatic stance—whether in recognizing Palestine, confronting Argentina's top leader, maintaining total opacity in defense policy regarding the Russia-Ukraine conflict, or negotiating Gibraltar behind the scenes—achieves the opposite.
Failing to sanction the words of a Spanish government vice-president who stated in a video: "Palestine will be free from the river to the sea," a phrase often used by Hamas implying the annihilation of Israel, demonstrates, at the very least, an alarming lack of direction and prudence.
Moving away from broad European and national consensuses, as our government does, radicalizes Spanish society, traditionally characterized by moderation and centrism. This style of governance is not a good legacy. In terms of geopolitics, the board is in the position that Hamas dreamed of and planned with Iran's help. And who knows if it is also where the current Sánchez government wants it to be, thus shifting the focus from European elections and internal scandals to other discourses extending beyond our borders.
דיפלומטיה בגובה נמוך.
במִפנֶה דיפּלוֹמָטי מַשְׁמָעוּתי וּמְעוֹרֵר מַחֲלוֹקֶת, נוֹרְוֶוגיָה, סְפָרַד וְאִירְלַנְד הִכרִיזוּ עַל כַּווָנָתָם לְהַכִּיר בְּמְדִינָה פָּלֶשְׂתִינִית עַצְמָאִית, הַמְשַׁקֶפֶת תִּסְכּוּל בֵּין-לְאוּמִי גָּדֵל בְּנֹגוֹעַ לִמְדִינוֹיוֹת שֶׁל יִשְׂרָאֵל בְּעַזָּה. הַהַכָּרָזָה הַזֹּאת בָּאָה בְּתוֹךְ סִכְסוּךְ הוֹלֵךְ וּמִתְגַּבֵּר בְּעַזָּה, שֶׁבּוֹ כּוֹחוֹת יִשְׂרָאֵל מְחַזְּקִים אֶת שְׁלִיטָתָם עַל רָפִיחַ, עִיר מַפְתֵּחַ לְיַד הַגְּבוּל עִם מִצְרַיִם וְעִם נוֹכְחוּת מִשְׁמַעֲתִית שֶׁל חָמָאס, קָבוּצָה הַמְתוֹמֶכֶת עַל-יְדֵי אִירָאן.
בַּיּוֹם רְבִיעִי, שָׂרֵי הַחוּץ שֶׁל נוֹרְוֶוגיָה, סְפָרַד וְאִירְלַנְד הִכְרִיזוּ שֶׁהֵם נוֹקְטִים בַּצְעָדִים הַנְּחוּצִים לְמִסּוּד הַכָּרָתָם בְּמְדִינָה פָּלֶשְׂתִּינִית. צָפוּי שֶׁמְּדִינוֹת אַחֵרוֹת יֵלְכוּ בִּנְתִיבָן בְּשָׁבוּעוֹת הַקְּרוֹבוֹת. הַהַחְלָטָה הַזֹּאת מְאַתְגֶּרֶת בִּפְרוֹשׂ אֶת הָעֶמְדָּה הַמָּסוֹרְתִּית שֶׁל וָשִׁינְגְטוֹן, הַמָּמְלִיצָה עַל פִּתְרוֹן מְמוּשָּׂא וּמְתוּאָם בֵּין יִשְׂרָאֵל וּפָלֶשְׂתִּינָה לְהַקָּמַת מְדִינָה עֲתִידִית שֶׁתִּכְלֹל אֶת עַזָּה, הַגָּדָה הַמַּעֲרָבִית וִירוּשָׁלַיִם הַמִּזְרָחִית.
נָשִׂיא אֲרוֹצוֹת הַבְּרִית, ג'ו בַּיְדֶן, תּוֹמֵךְ בְּפִתְרוֹן שְׁתֵּי מְדִינוֹת, אֲבָל מִתְעַקֵּשׁ שֶׁזֶּה יִהְיֶה צָרִיךְ לְהִתְמַמֵּשׁ בְּמִשָּׂא וּמַתָּן יָשִׁיר בֵּין הַצְּדָדִים. אַךְ הַהַכָּרָה הַיְּחִידָנִית בְּמְדִינָה פָּלֶשְׂתִּינִית מֵאֵת הַמְּדִינוֹת הָאֵירוֹפִּיוֹת הָאֵלֶּה מַחְלִישָׁה אֶת עֶמְדָּה זוֹ. ג'ֵיק סַלִיבָן, יוֹעֵץ הַבִּטָּחוֹן הַלְּאוּמִי שֶׁל אֲרוֹצוֹת הַבְּרִית, צִיֵּן שֶׁכָּל מְדִינָה יֵשׁ לָהּ אֶת הַזְּכוּת לְהַחְלִיט עַל צְעָדֶיהָ, אֲבָל חִזֵּק אֶת הָעֶמְדָּה שֶׁל אֲרוֹצוֹת הַבְּרִית נֶגֶד הַכָּרָה יְחִידָנִית.
בְּסְפָרַד, בְּמִסְגֶּרֶת הַקוֹנְגְרֶס שֶׁל הַצִּירִים, נָשִׂיא פֶּדְרוֹ סַנְצֶ'ס הִכְרִיז שֶׁמּוֹעֶצֶת הַשָּׂרִים תַּאֲשֵׂר אֶת הַהַכָּרָה בְּיוֹם ה-28. הַצָּעָד הַזֶּה עוֹרֵר תְּגוּבוֹת מַשְׁמָעוּתִיּוֹת וּרְפָּקוֹת.
רָאשׁ הַמֶּמְשָׁלָה יִשְׂרָאֵלִי, בִּנְיָמִין נְתַנְיָהוּ, גִּנָּה אֶת הַיּוֹזְמָה, כִּינוֹהָ כִּפְרָס לִטֵרוֹר וְטָעַן שֶׁזֶּה לֹא יִתְרוֹם לַשָּׁלוֹם. בִּתְגוּבָה, יִשְׂרָאֵל קָרְאָה לְשַׁגְרִירֶיהָ מִשְּׁלוֹשׁ הַמְּדִינוֹת הָאֵלֶּה לַהִתְייַעֲצוּת וּשְׁלָחָה מִסְרִים דִּיפְּלוֹמָטִיּים פְּרָטִיִּים לְבִטּוּי הִתְנַגְּדוּתָהּ.
מִשְׂרַד הַחוּץ הַפָּלֶשְׂתִּינִי קִבֵּל בְּבְרָכָה אֶת הַהַחְלָטוֹת הָאֵלֶּה וְקָרָא לִמְדִינוֹת אֲחֵרוֹת לִלְכּוֹת בִּנְתִיבָן, בְּהַדְגִּישׁוֹ אֶת הָעוֶול שֶׁנִּשָּׂא הָעָם הַפָּלֶשְׂתִּינִי בְּמַהֲלַךְ שְׁנוֹת הַכִּיבּוּשׁ. חָמָאס, הַנֶּחְשֶׁבֶת לְאוֹרְגָּנִיזַצְיָה טֶרוֹרִיסְטִית עַל-יְדֵי אֲרוֹצוֹת הַבְּרִית וּמְדִינוֹת אַחֵרוֹת, גַּם הִיא חָגְגָה אֶת הַהַכָּרָזָה כְּצַעַד מַכְרִיעַ לְהֲקָמַת מְדִינָה פָּלֶשְׂתִּינִית עַצְמָאִית עִם יְרוּשָׁלַיִם כִּבְרָיָתה.
סוּגְיַת הַכָּרָת מְדִינָה פָּלֶשְׂתִּינִית הָיְתָה בְּהִיסְטוֹרִיָּה שְׁנוּיָה בְּמַחֲלוֹקֶת וּמְפַלֶּגֶת בְּאֵירוֹפָּה. שְׁוֵודִיָה הִכִּירָה בְּפָלֶשְׂתִּינָה בְּשָׁנָת 2014, וְסְלוֹבֵנִיָה עָשׂוּיָה לְהַלֵּךְ בִּנְתִיבָהּ בְּקָרוֹב. אַךְ בְּרִיטַנְיָה וּגֶרְמַנְיָה הִכְרִיזוּ שֶׁרַק יְתַמְּכוּ בְּהַכָּרָה כָּזוֹ בְּמַהֲלַךְ תַּהֲלִיךְ שָׁלוֹם רִשְׁמִי שֶׁיְכַלֵּל אֶת יִשְׂרָאֵל.
הַמִּלְחָמָה בְּעַזָּה הֶחֱמִירָה יוֹתֵר אֶת הַמַּצָּב הַהוּמָנִיטָרִי וְהַחְמִירָה אֶת הִתְפַּשְּׁטוּת הַהִתְנַחֲלוּיוֹת הַבִּלְתִּי-חֻקִּיּוֹת הַיְּשְׂרְאֵלִיּוֹת בַּגָּדָה הַמַּעֲרָבִית הַכְּבוּשָׁה, מְסַבְּכוֹת אֶת הָאֶפְשָׁרוּת לִבְנוֹת מְדִינָה פָּלֶשְׂתִּינִית בַּעֲלַת שְׁלֵמוּת טֵרִיטוֹרִיָּאלִית. לְפִי מִסְפָּרִים רִשְׁמִיִּים פָּלֶשְׂתִּינִיִּים, מִבְצָעִים צְבָאִיִּים יִשְׂרְאֵלִיִּים בְּעַזָּה גָּרְמוּ לְמִיתָתָם שֶׁל 35,000 אֲנָשִׁים בְּשִׁבְעַת הַחֳדָשִׁים הָאַחֲרוֹנִים, רֻבָּם אֶזְרָחִים. נוֹסָף עַל כָּךְ, מִסְפָּר נִכְבַּד שֶׁל אֶזְרָחִים יִשְׂרְאֵלִיִּים נִשְׁאֲרִים חֲטוּפִים בִּידֵי חָמָאס, אַחֲרֵי שֶׁנֶּחְטְפוּ בְּאַכְזָרִיּוּת וְ1,143 נֶהֶרְגוּ בְּמִתְקָפוֹת הָפְרָאִיּוֹת בְּיוֹם 7 בְּאוֹקְטוֹבֶּר שֶׁעָבַר, שֶׁלֹּא נָשְׁכָּחֵם כְּגֹרֵם הָאֲמִתִּי לַסִּכְסוּךְ.
הַכָּרָה יְחִידָנִית אֵינָהּ פִּתְרוֹן קֶסֶם, אֲבָל הִיא מְיַצֶּגֶת הַכָּרָה מְאֻחֶרֶת שֶׁתַּהֲלִיךְ הַשָּׁלוֹם בַּמִּזְרָח הַתִּיכוֹן, שֶׁהֻחְלַּת בְּאוֹסְלוֹ בְּשָׁנָת 1993, נִכְשַׁל וְכִי צָרִיךְ לְנַסּוֹת מַשֶּׁהוּ שׁוֹנֶה. יוּ ה לוֹבַט, בַּכִּיר בְּמִדִּינִיּוּת שֶׁל מוֹעֲצַת אֵירוֹפָּה לְעִנְיָנִים בֵּין-לְאוּמִיּיִים, הִצְבִּיעַ שֶׁהַכָּרָה זוֹ כּוֹלֶלֶת "צְעָדִים שֶׁהָיוּ טַבּוּ קוֹדֶם אֲוֹ שֶׁהוּדְחוּ לְתוֹךְ דֶּפֶרֶנְצִיָּה בִּמְעוּט הֲכִּירָה תַּהֲלִיךְ שָׁלוֹם."
אָבָל רָאוּי לֹא לִשְׁכֹּחַ שֶׁהַחֹק הַבֵּין-לְאוּמִי אֵינוֹ מַצִּיעַ נוֹהַל כְּלָלִי לְהַכָּרָה בְּמְדִינוֹת חֲדָשוֹת, אֲבָל מוֹסִיף, כְּמוֹ שֶׁהִצְבִּיעַ דֶּמוֹקְרָט, אַרְבַּע דְּרִישׁוֹת יְסוֹדִיּוֹת: אֻכְלוֹסִיָּה יַצִּיבָה וּקְבוּעָה, טֵרוֹטוֹרִיָּה מְגוּדֶּרֶת, מֶמְשָׁלָה רִבּוֹנִית וְיְכוֹלֶת לִכְרוֹת יַחֲסִים עִם מְדִינוֹת אֲחֵרוֹת. נִתָּן לִטְעֹן שֶׁאֵין בָּרוּר אִם כָּל הַדְּרִישׁוֹת הָאֵלֶּה מְתֻקַּיְּימוֹת.
בְּסְפָרַד, מְדִינִיּוֹ