Economía planificada

La Argentina es una economía planificada. El empresariado está siendo reemplazado por un organismo central donde la mayor parte de la actividad económica está determinada por el Estado. Las decisiones sobre qué producir y cómo distribuirlo están extensamente definidas por decisiones centralizadas en el Gobierno.

El gasto público es el 47% del PBI. Es decir, casi la mitad de lo que se produce en el país pasa por el Estado. Esto implica que los funcionarios públicos determinan el destino de la mitad de la producción. Ellos están decidiendo si darlo en forma de planes sociales, a qué empresas darles subsidios o asegurarles el monopolio de un mercado, si jubilar a más personas (hayan o no realizado aportes en su vida), contratar más empleados públicos o quitarle una parte a los que exportan.

Existen provincias dónde 1 de cada 3 asalariados trabaja en el Estado. Visto en todo el país el 25% de los asalariados se dedican a tareas relacionadas con la distribución del valor creado por los demás trabajadores. Sin mencionar que en muchos de esos casos no hay tal distribución porque el valor producido por esos trabajadores es menor a lo que se le paga de salario.

La libertad se reduce por esta “planificación de la economía”. Esta profunda intervención del Estado genera individuos sometidos, sumisos que evitan formar (o expresar) su propia opinión, y ser ellos mismos por miedo a perder lo que el funcionario les ha otorgado.

Sólo en una economía de libre mercado las personas tienen tanto la libertad de elegir qué y a quién comprarle, como dónde y en qué emplearse. Siendo la posibilidad de elegir en qué emplearse fundamental para la ampliación de la libertad y el desarrollo individual. Porque es en un mercado laboral privado amplio donde más oportunidades hay de trabajar en donde uno más satisfacción o rédito obtenga. Donde uno se sienta realizado y pueda desplegar todo su potencial. A la vez que permite emplear a las personas que uno más considere conveniente. Beneficios y riesgos que sólo uno mismo, y no un organismo central externo, puede ponderar correctamente.