Editor Norberto Romano
Tucúman lleno de pobres, donde Juan Manzur quiere ser vicegobernador, para seguir administrando pobreza
La pobreza sigue siendo elevada. En el último lustro, la inflación se ha convertido en una verdadera fábrica de pobres que ha llevado, por ejemplo, a que ese flagelo socioeconómico afecte a un 42,7% de la población urbana del Gran Tucumán Tafí Viejo.
Por lo menos a la mitad de ese porcentaje de habitantes (unas 188.000 personas al cierre del año pasado) le llevará años salir no sólo de la pobreza, sino de la indigencia. De acuerdo con los datos oficiales, un 20% de la sociedad metropolitana vive cerca de un basural y ni siquiera puede llegar a reunir la mitad de los ingresos que se requieren, mensualmente, para no ser considerados pobres (388.160 casos y 72.000 de ellos en situación de indigencia).
El Gobierno nacional, frente a este agudo cuadro socioeconómico, no hizo más que redistribuir el asistencialismo para evitar que la situación se profundice, mucho más durante el año electoral.
El proyecto de Presupuesto Nacional 2023 muestra, para el caso tucumano, que el 78% de las erogaciones previstas para el distrito tienen como destino el pago de jubilaciones, pensiones y planes sociales.
La administración local, solo genera pobreza generar empleos que, al menos, sirvan para salir del último escalón de la pirámide social a cientos de familias tucumanas.