Educar en la tribu
Los grupos humanos que habitan las verdes llanuras, así como los moradores del duro asfalto puede que no tengan mucho en común desde el punto de vista antropológico. Si bien este punto puede ser ampliamente debatido en otros foros, me centraré en las convergencias, en aquello que les une. En una primera aproximación, podríamos hablar de nomadismo, de alimentarnos de especies animales similares, pero sin duda estaremos siempre alineados en la importancia que conferimos a la tribu. Y es que la tribu educa, es fuente de seguridad y afecto y un punto de referencia al que mirar (o del que evadirse por momentos…). Hace años se tenía descendencia de una manera incuestionada y como una inversión a futuro. Los hijos eran tomados como herederos del oficio o para colaborar en el mantenimiento del hogar. Ahora dotamos a nuestros anhelos de descendencia de otro significado: formar una familia en sentido estricto. Es decir, ésa es la elección en sí misma. Deseamos formar una familia a sabiendas de lo que conlleva, siendo capaces en la mayor parte de los casos, de escoger el momento propicio en cuanto a condiciones socio económicas y familiares. Por consiguiente, pensamos en que la crianza de hijos/as es una inversión a futuro a la vez que un desembolso al que nos tenemos que anticipar.
En cualquiera de los casos, los hijos son para la vida. Se van dando en la medida en que van creciendo y evolucionando por lo que esa inversión a futuro nos ofrece sus frutos en el día a día. Prestemos atención si no lo estamos haciendo. Con motivo de un encuentro profesional, tuve ocasión de charlar con un reconocido psicólogo de la evolución de la universidad del País Vasco. En su tesis doctoral, pude observar cómo significaba algunos términos en un sentido más integrador. Por ejemplo, si pensamos en la figura más común en una familia a la hora de complementar el papel de crianza de un bebé junto a la madre, todos pensamos en que esa figura es el padre. Pues bien, rompiendo esquemas renombró este rol como “segunda figura de crianza”. Este simple cambio me hizo repensar en que más que un título o una persona concreta, hablaba de funciones. Desde ese prisma, podemos liberar a las mujeres de algún que otro mito machista acerca de la lactancia o el apego lo que supone un avance.
De alguna manera, se puso de manifiesto una doble realidad: por un lado que los llamados nuevos tipos de familia son legítimos a la hora de la crianza y por otro que debemos prestar más atención al cómo y no al quién. Siempre he considerado que a aquellas personas que llamas familia trascienden a un apellido. Desde esa misma lógica, ¿cómo no vamos a considerar que el papel educativo no va más allá de los padres? Tíos, primos, abuelos, amigos, escuela, redes sociales y por supuesto padres/madres, componen un linaje, un amplio grupo con funciones educativas. Siento que estando éstas bien articuladas, podemos hablar de que la tribu urbana de la que todos formamos parte es un sistema en sí.
Tradicionalmente los mayores han ostentado el peso de la experiencia, el prestigio que confiere años de duro esfuerzo y dedicación en el desempeño de esas funciones de crianza y cuidado. ¿Cómo vamos a considerar que los mayores no educan? ¿Qué función desempeñan los abuelos en la tan manoseada conciliación laboral y personal? Pues nada más y nada menos que una ayuda cualificada (no profesional), costosa (pero gratuita) y a tiempo completo (aun estando jubilados/as).
Al hilo de lo que suelo sugerir desde estas líneas, invito a la reflexión. Preguntémonos quién o quiénes son esas figuras relevantes en la crianza de nuestra descendencia, personas que desempeñan funciones que benefician el normal desarrollo de nuestros/as hijos/as. La pertenencia a la tribu es inevitable y a la vez nos confiere responsabilidad en la medida en que interactuamos en los sistemas humanos de los que todos participamos. En ese juego, pueden concurrir paradojas: educo como padre en la medida en que puedo; a la vez que sirvo de ejemplo como tío y al mismo tiempo considerarme un nieto ausente en el cuidado de una abuela dependiente. Busquemos la mejor manera de conjugar esas funciones que a todos se nos asignan para la mejor convivencia en la tribu de forma próspera y duradera.
September 4, 2018 - Jorge Pizarro
Trabajador social y terapeuta sistémico
5 añosGracias Luis F.
Profesor Universidad Complutense Madrid. Codirector Gral. & Director Área Sanitaria ISNISS. Psicólogo. Psicoterapeuta
6 añosConocer cuáles son las alteraciones más características de las enfermedades, ayudará a las familias a prevenir su posible incidencia, reconocerlas y solicitar ayuda profesional en caso necesario. Gracias por la aportación.