Efectos de la palabra Sí y No en el cerebro.

Y si seguimos con más curiosidades¿Sabías que escuchar las palabras “no” o “si” cambian tu cerebro?

En EE. UU. se llevó a delante una investigación por los psiquiatras y profesores Mark Waldman y Andrew Newberg, de las universidades de California y Thomas Jefferson. Ambos facultativos demostraron que cuando escuchamos la palabra ‘no’ al comienzo de un diálogo, nuestro cerebro comienza a liberar una hormona llamada cortisol, (hormona del estrés), que nos pone en alerta. En tanto que cuando escuchamos la palabra ‘sí’, se produce una reacción totalmente opuesta, ya que se libera dopamina, que es la hormona de la recompensa y el bienestar.

Por su parte un destacado neurólogo argentino llamado Leonardo Palacios, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad del Rosario, asegura que cuando expresamos algo, de carácter positivo o negativo, en nuestro cerebro se producen reacciones emocionales que modifican la química de nuestro cerebro.

Lo curioso de todo esto es que en nuestra educación, la palabra "no" ha sobresalido ampliamente, tomado sin duda un papel protagónico. Se estima que un niño latinoamericano a la edad de 6 años, ya escuchó de parte de sus padres alrededor de 100.000 "noes". "No saltes", "No corras", "No hables", etc.

Lo concreto es que tanto el "no" como el "si" van modificando la estructura morfológica de nuestro cerebro y en consecuencia una fuerte diferencia entre ambos puede dar como resultado graves consecuencias. Tanto para un lado como para el otro.

Una investigación llevada adelante por el Dr. Jack P. Shonkoff, profesor de salud y desarrollo infantil y director del centro de desarrollo del niño en la universidad de Harvard, afirma que aquellos niños que tienen una infancia dura y con muchas adversidades, se les produce en sus estructuras neurológicas cambios negativos detectables. Hoy sabemos que cuando esto ocurre, la arquitectura del cerebro se puede ver seriamente debilitada, traduciéndose en destrucción de muchos circuitos neurológicos en áreas relacionadas con el aprendizaje, la memoria, las funciones ejecutivas y el desarrollo de otros sistemas orgánicos.

La pregunta del millón es, ¿Cómo estamos educando a nuestros hijos?...

Si si, ya se lo que me van a responder... ¡Eh, pero no podemos darle con todos los gustos!, ¡tenemos que saber ponerle límites!

Pues bien... yo no estoy diciendo ahora que hay que decirles que sí a todo, porque eso también trae consecuencias negativas.

El exceso del "sí" es tan nocivo como el exceso del "no". De hecho, en la clase media Argentina, la generación de los millennials, han tenido un exceso del "sí" como producto de ser, en su gran mayoría, hijos de padres separados. La pelea de muchos padres por obtener su reconocimiento y aprecio los llevó a darle todos los gustos. Esto dio como resultado una generación que hoy busca la satisfacción inmediata con muy poco compromiso y sin continuidad de propósito. Es decir que quieren las cosas ¡YA! y con poco esfuerzo.

¡Y entonces?...

Recordemos algo que suelo señalar con mucha frecuencia. El nivel de tus preguntas determina la calidad de tu vida...

Entonces, no es lo mismo decirle a tu hijo, si te solicita algo, "no tengo" o " no se puede" a preguntarle, ¿Y que piensas hacer para obtenerlo? o ¿En qué te puedes comprometer?...

Como ven, cuando se nos dice "no" directamente, nuestro cerebro deja de pensar correctamente y se llena de impotencia, provocando una fuerte descarga de cortisol. De la segunda forma, puede experimentar la satisfacción de la recompensa, pero previamente debe esforzarse o comprometerse para lograrlo. Mientras tanto, en ese proceso debe transitar por un sendero muy diferente, en el cual aprende que para conseguir ciertas cosas en la vida, y obtener la satisfacción que corresponde, primero debe existir un esfuerzo y compromiso de su parte.

Espero sirva como humilde aporte para reflexionar sobre lo que estamos haciendo como sociedad.

Un fuerte abrazo Juan Carlos Lorenzo