‘’A Efrén Ossa, cordialmente’’ - Fernando Botero
Treinta años después de la partida del Maestro J. Efrén Ossa Gómez (1919-1993), destacado tratadista asegurador a nivel ibero-latinoamericano, la República de Colombia se encuentra en luto por la partida del Maestro Fernando Botero Angulo (1932-2023), pintor y escultor colombiano mundialmente reconocido, quien llevó su arte -y con él, la bandera de nuestro país- a las galerías más importantes, engalanando con sus esculturas las plazas y avenidas de las principales ciudades del mundo.
En una época donde la abrumadora oferta de contenido digital inunda nuestros dispositivos móviles, les comparto una historia que merecía ser contada: el encuentro de dos jovenes que se convertirían en grandes Maestros.
Me refiero a quienes, para el año 1949, eran J. Efrén Ossa Gómez de 29 años y el joven artista Fernando Botero Angulo de 17 años.
Fruto de la amistad que sostenía el Maestro J. Efrén Ossa Gómez con el ex Procurador General de la Nación, Carlos Jiménez Gómez (1930-2021), ambos hijos del municipio de Carmen de Viboral (Antioquia), éste último le presenta a un joven artista antioqueño que, con escasos 17 años, brillaba con lo que se ha denominado su obra temprana (etapa previa a la aparición de las voluminosas figuras que distinguen su legado artístico, correspondiente a la actividad artística del Maestro Botero en el periodo comprendido entre los años 1948 y 1963).
Conforme al relato del Doctor LUCIANO ANDRES OSSA GOMEZ , hijo del Maestro Efrén, la amistad de su padre con el Maestro Botero quedó inmortalizada con el obsequio y la dedicatoria de la siguiente obra denominada ‘‘La plegaría’’ (1949):
Esta obra fue reseñada por Christian Padilla [1], profesor experto y curador de arte, mediante informe pericial, en los siguientes términos:
‘‘La pieza de estudio presenta una composición figurativa con un grupo de personajes en el primer plano (5) sobre un paisaje montañoso de fondo. Una pareja en el primer plano constituye las figuras centrales de la composición, una mujer y un hombre presentados en disposición de oración; el hombre meditabundo con las manos dispuestas en plegaria, su cabeza inclinada hacia abajo y sus ojos cerrados; la mujer a la derecha equilibra la composición del hombre al ser presentada en actitud contemplativa, igualmente en oración pero en este caso con la cabeza en alto y mirando al cielo. Los tres personajes secundarios, detrás del grupo principal, son presentados en distintas posiciones e identificados con distintas características: (uno con un manto sobre su cabeza que parece ser una mujer; otro personaje masculino con un azadón sobre su hombro; y detrás de estos un hombre de cabello cano que dispone su cabeza mirando hacia el suelo.
El paisaje de fondo ubica a los personajes en un contexto rural y andino, de arquitectura primitiva y geométrica que contrasta con las formas orgánicas de las montañas y el suelo. Una mínima porción de la composición en la parte superior evidencia la representación del cielo.
La obra está trabajada con acuarela en tonalidad de tierras al estilo de la acuarela inglesa, muy propio del legado de Pedro Nel Gómez en el contexto antioqueño de mitad de siglo XX, es decir, evidenciando la mezcla de la acuarela directamente en el papel produciendo una impresión expresionista, y dejando a propósito algunas zonas del papel sin afectar por el pigmento, y produciendo un efecto de vibración gracias a aquellas zonas en las que el papel respira libre de pigmento.
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La obra aparece firmada “Fernando Botero” en la parte inferior derecha, e inmediatamente fechada “49”. La rúbrica del artista está acompañada con la dedicatoria “A Efrén Ossa, cordialmente”.’’
La obra realizada con la técnica de acuarela sobre papel, dedicada por el joven Maestro Fernando Botero al Doctor J. Efrén Ossa Gómez, fue incluida en la selección de piezas presentadas para la única exposición antológica de este periodo en la obra de Fernando Botero titulada ‘‘El joven maestro. Botero, Obra temprana: 1948 – 1963’’, presentada entre el 4 de agosto y el 28 de octubre de 2018 en el Museo Nacional de Colombia.
De hecho, en visita del curador Christian Padilla al estudio del Maestro Botero en Mónaco, el día 2 de junio de 2019, el mismo artista firmó el certificado de autenticidad de la obra que hoy en día reposa -con dos bocetos adicionales- dentro de la colección personal de la Familia Ossa Gómez.
Tras compartir la interesante historia de una obra de arte como testimonio de la amistad de dos grandes seres humanos, me uno al sentimiento de toda la nación para desearle un eterno descanso al Maestro Fernando Botero, agradeciéndole por haber sido el mejor representante del arte colombiano a nivel mundial.
Deseo que, así como sucedió en el año 1949, se pueda encontrar en el cielo con su amigo, el Maestro J. Efrén Ossa Gómez.
[1] Christian Padilla es Doctorando en Sociedad, Cultura y Patrimonio de la Universidad de Barcelona. Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte de la Universidad de Barcelona. Becario de Colfuturo (2009 – 2010). Padilla es autor del único estudio académico dedicado a la obra de Fernando Botero en su periodo de consolidación de estilo, siendo el curador de la única muestra antológica de este periodo presentada entre el 4 de agosto y el 28 de octubre de 2018, en el Museo Nacional de Colombia bajo el título ‘‘El joven maestro. Botero, Obra temprana: 1948 – 1963.’’
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8 mesesBELLO E ILUSTRATIVO
ESG | Insurance | Aviation | Corporate legal needs | Chair at IPBA ESG Committee | Partner at Kennedys
1 añoExquisito relato, Diego. Gracias por compartir. Un abrazo
Chief Counsel - Legal, Compliance & Public Affairs MarshMcLennan | Colombia, Costa Rica, Dominican Republic, Panama, Puerto Rico & Venezuela
1 añoExcelente, Diego