Ejemplos de reinvención en la madurez

Reinventarse profesionalmente a partir de los 50 puede parecer, a priori, una hazaña difícil de lograr. Sin embargo, es posible. El principal factor de éxito a la hora de conseguirlo no es otro que el mindset, la actitud, la predisposición, elementos a los que hay que sumar una fuerte capacidad de resiliencia, paciencia y la firme determinación de no rendirse, a pesar de que a veces tengamos la tentación de hacerlo.

Existen multitud de ejemplos a lo largo de la historia de personas que, lejos de tirar la toalla, persistieron en la idea de cumplir sus objetivos cuando, a ojos del resto del mundo, podía parecer ya demasiado tarde para ellos.

Os comparto cuatro casos relevantes de éxito profesional «tardío» que resultan muy inspiradores, aunque no hace falta mirar para atrás, pues todos tenemos cerca a algún familiar, amigo, vecino o compañero de trabajo que ha pasado por ese proceso (o lo está transitando ahora).

Ray Kroc

A sus 52 años, Ray Kroc era un hombre corriente que se dedicaba a la venta de batidoras. Antes había sido pianista y durante un tiempo había trabajado como vendedor de vasos de papel. Nadie podía imaginarse, por aquel entonces, que su futuro profesional iba a dar un giro de 180 grados. Pero así fue: en 1954 visitó una pequeña hamburguesería en San Bernardino, California. Su sencillo concepto de comida le llamó la atención: una serie de menús limitados que incluían hamburguesa, patatas y bebida.

Kroc no tardó mucho en darse cuenta que, si invertía tiempo y esfuerzo, podría convertir aquel negocio en algo más grande, en una empresa de mayores ambiciones. Así que se decidió y puso en el empeño pasión y decisión: compró aquel establecimiento a sus dueños y comenzó a trabajar en su propio proyecto, que no tardaría en crecer. ¿Te suena de algo McDonald’s?

Judi Dench

Muchos la conocemos por haber interpretado durante años a M, la superior de James Bond en la ya mítica saga de películas del Espía Inglés 007. Pues bien, si lo piensas, es difícil que te suene haberla visto en algún papel siendo joven. Y es que Judi Dench, hoy por hoy una de las más grandes actrices británicas, si bien debutó en la gran pantalla en 1957, no consiguió alcanzar la fama hasta 1998, gracias a su interpretación en la película Shakespeare in Love, que la llevó a alzarse con el Oscar a Mejor Actriz de Reparto. Por entonces tenía nada más y nada menos que 64 años.

Louise Hay

Esta escritora y oradora nacida en Los Ángeles, autora de best-sellers de autoayuda mundialmente conocidos, no encontró su auténtica vocación hasta que cumplió 50 años. Su vida hasta entonces no había sido precisamente fácil: a los 5 años de edad fue violada por un vecino alcohólico, acontecimiento que marcaría su vida de manera irremediable. Tras ser abandonada por su marido en 1968, y habiéndose dedicado hasta entonces a ejercer como modelo, Hay encontró en las terapias alternativas su personal camino hacia la felicidad.

Con la publicación de su primer libro, "Sana tu cuerpo" (1976), logró conectar con muchas personas que, como ella, necesitaban liberarse de sus miedos, rencores y resentimientos y no tenían las herramientas para conseguirlo. Con el tiempo, además de continuar escribiendo, Hay fundó su propia escuela de enseñanza además de la conocida editorial Hay House.

Harrison Ford

En un mundo como el del cine, donde todavía hoy existe la idea de que los intérpretes deben alcanzar una fama temprana, este actor de Illinois es el perfecto ejemplo de persistencia. No fue hasta sus 35 años, tras mucho tiempo haciendo pequeños papeles que ni siquiera le daban derecho a aparecer en los créditos de las películas, cuando Harrison Ford logró convertirse en Han Solo, uno de los personajes principales de StarWars.

Antes de ello estuvo a punto de tirar la toalla muchas veces, llegando casi a abandonar su sueño de convertirse en actor y empezando a formarse para trabajar como carpintero. George Lucas le dio entonces su primera gran oportunidad, que supondría tan solo el comienzo de su esplendorosa carrera.

El tiempo y su buen hacer han terminado por convertirle en uno de los intérpretes más relevantes de la historia del cine moderno. Iba a cumplir 40 años cuando conquisto el mundo con su látigo y chupa de cuero.

Pasados los 50, ha seguido consolidando y mejorando sus papeles cinematográficos en su madurez, consiguiendo muchos reconocimientos y premios e interpretando películas que siguen haciendo historia. En esta etapa, ha sido más selectivo aunque le siguen proponiendo muchos proyectos. Ahora, con sus más de 80 años, ha puesto su marca personal y notoriedad al servicio de la conservación de la naturaleza y de la preservación del medioambiente, sensibilizando particularmente sobre la situación crítica de deforestación de los bosques tropicales

Estas cuatro personas que jamás tiraron la toalla no lograron únicamente alcanzar sus sueños, también consiguieron erigirse como ejemplos de inspiración para quienes, frente al edadismo tan presente en el mundo laboral, siguen dispuestos a continuar aprendiendo, emprendiendo sus proyectos y reinventándose tanto personal como profesionalmente.