El arte de no ser líder: ¿Por qué es una opción válida?

El arte de no ser líder: ¿Por qué es una opción válida?

¿Por qué está bien no querer ser líder?

La discusión siempre gira en torno a si un líder nace o se hace. Yo siempre termino con la misma idea: todos nacemos con cualidades que solo necesitan ser explotadas para ser líderes. Sin embargo, mi concepto de liderazgo va más allá de esta dicotomía. Para mí, un líder es alguien que guía a un equipo a alcanzar objetivos sin que nadie tenga que sacrificarse, aprovechando las fortalezas de todos sus miembros. Un líder siembra ideas, enseña a aceptar resultados, a lidiar con la frustración, la tristeza y el enojo, y canaliza estas emociones para transformarlas en algo positivo. Un líder sabe guiar a quien quiere ser guiado y acepta las misiones de todos.

He aceptado mi papel de liderazgo en la oficina, en mi hogar, en mi familia, y también cuando soy seguidora en diferentes entornos. Lo que más me costó aceptar es que hay personas que NO quieren ser líderes. Siempre pensé que solo siendo líder alcanzaría mi máximo potencial y lograría grandes cosas. Con el tiempo, aprendí que ser líder es un esfuerzo enorme, y hay personas que no quieren asumir esa carga. El liderazgo conlleva responsabilidades, culpas, la necesidad de desaprender y aprender, requiere fuerza de espíritu y muchas otras cosas que algunas personas no desean enfrentar. Y lo más importante es que esto también está bien.

La definición de éxito, felicidad, paz y grandeza es diferente para cada uno de nosotros. Lo realmente importante es hacer lo que cada uno de nosotros necesita para alcanzarlo. Hay personas que desean dedicarse exclusivamente a su hogar (lo cual, para mí, requiere habilidades y liderazgo que no poseo), pero a menudo las juzgamos. Hay personas que buscan un trabajo que les permita cubrir lo mínimo para vivir, para poder descansar y quizás estudiar mucho. Hay quienes solo quieren aprender, otros solo quieren enseñar, y debemos aceptar que nada de esto nos hace más ni mejor que nadie.

Ser líder es una de las tantas formas de ser feliz, y aunque yo creo que se nace con ciertas cualidades, hay quienes no querrán convertirse en líderes. Hace algunas semanas, hablando sobre lo interesante de nuestra área actual, por la variedad de facetas y la interrelación con diferentes campos del conocimiento, pregunté quién quería ser CEO o dueño de su propia compañía. Me encantó el ejercicio porque:

  1. No asumí que todos querrían eso.
  2. Muchos no levantaron la mano porque se sintieron en confianza de no tener que decir que sí querían.
  3. Ni yo levanté la mano, porque realmente quiero trabajar y liderar equipos; ya no me importa tanto el C-Level.
  4. El mundo está cambiando, y eso me sigue dando esperanzas.

¿Qué piensas tú?

Claudia Zelazny 🌱

Directora de Estrategia y Comercial | eCommerce-SaaS | Transformación Digital | Speaker | Coach Ontológico.

5 meses

¡Linda reflexión Gaby! comparto con vos, Es clave entender que el liderazgo no es la única manera de lograr el éxito. Cada uno tiene sus propios objetivos y formas de ser feliz. ¡Gracias por compartir!

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