¡El Atlético Bucaramanga y la oración de un niño que con fe lo hicieron campeón!
Quería compartirles con mucho cariño la historia de Juan Carlos, niño que llego a Bucaramanga, siendo hincha de otro equipo de la capital de Colombia y como empezó a querer al Atletico Bucaramanga y a orar mucho por el.
Al llegar a la ciudad, su familia, que siempre había sido hincha del equipo, lo invitó a conocer el estadio Américo Montanini, antes el Alfonso López y a compartir su emoción por el equipo auriverde. Aunque al principio no entendía por qué animar a un equipo que llevaba décadas sin conquistar un gran título, fue contagiándose del fervor de su familia y la comunidad.
Con el tiempo, cada partido se convirtió en una lección de paciencia y perseverancia. La afición amarilla y verde lo hizo sentir parte de algo más grande, y aunque algunos se burlaban de su lealtad al equipo, su amor por el Atlético Bucaramanga creció.
Empezó a asistir a misa en la Parroquia San Juan Eudes desde 2023, una costumbre que, según él, comenzó a traerle suerte a su equipo. Cada oración parecía reforzar su esperanza, y aunque el anhelado campeonato seguía esquivo, su vínculo con el equipo se fortalecía.
El fútbol, así como la fe, le enseñó a Juan Carlos a valorar cada pequeño triunfo, a resistir ante la adversidad, y a comprender que el amor por un equipo va más allá de los trofeos; es la pasión compartida que une corazones y que, con suerte, algún día será recompensada.
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Por fin, después de 75 años de no conocer la victoria, el 15 de junio de 2024, Bucaramanga amaneció con un aire distinto, cargado de esperanza y nervios. En el estadio , el verde y amarillo llenaban las gradas como nunca antes. Ese día, los hinchas del Atlético Bucaramanga aguardaban con ansias el final de un capítulo que habían escrito con paciencia, lágrimas y amor incondicional.
Juan Carlos, quien había soñado toda su vida con este momento, estaba allí, sosteniendo la bandera que ahora representaba mucho más que un equipo: era el símbolo de sus raíces y su fe.
Cuando el árbitro dio el pitazo final y se confirmó la victoria, una explosión de alegría recorrió el estadio y la ciudad. Las calles se llenaron de familias, amigos y desconocidos que se abrazaban, compartiendo una emoción largamente esperada.
Juan Carlos sintió cómo el corazón le latía con fuerza, y las lágrimas se le agolparon en los ojos. Había vivido cada derrota y cada crítica, pero ese día, todo había valido la pena. La celebración se extendió hasta la madrugada, y él, junto a su familia, elevó una oración de gratitud en la Parroquia San Juan Eudes, donde todo comenzó.
Por fin, el Atlético Bucaramanga era campeón, y Juan Carlos entendió que los verdaderos sueños tardan en llegar, pero cuando lo hacen, son mucho más dulces y eternos.
En el libro “Ardientes llamas de Jesús en el corazón Eudista” encontraras esta historia de fe y muchas más. Un abrazo fraternal. https://a.co/d/e307edm
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2 mesesLa oración es muy importante antes de realizar cualquier acción o actividad