A río revuelto...

A río revuelto...

El reloj marcaba las ocho y media del 28 de Octubre cuando el autobús del Atlético de Madrid abandonaba el Villamarín tras un partido dramático: derrota por 1-0 en un partido para olvidar. Fue entonces cuando llegó el huracán después de la tormenta. De calma, nada.

El ‘Cholo’ ha decidido llevar a la práctica esa cita de Charles Darwin que dice que “no es la especie más fuerte la que sobrevive ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio”. Lejos quedan ya esas 6 variantes en el once cada semana. Los cambios en el descanso. Ese 5-3-2. Simeone ha encontrado en el 4-4-2 una tierra fértil donde empezar a plantar las semillas de la temporada: son siete victorias consecutivas con solo dos goles encajados. Ahí es nada.

En portería Oblak ha vuelto a ser el que era, encontrando en Giménez y un renovado Lenglet (Le Normand) las columnas madre sobre las que empezar a edificar. En los costados, Llorente es un puñal y Javi Galán se ha hecho un hueco que nadie imaginaba que pudiese tener. En el corazón, el Atlético tiene un nuevo mirlo que no hace más que saltarse etapas: Pablo Barrios es una realidad. Puerta abajo y asentamiento. El equipo no pierde si él es titular. Un diamante que, rodeado por De Paul, Koke o un Gallagher que ha resultado ser más ‘Cholo’ de lo esperado, cohesiona todas las ideas a la perfección. Arriba, Griezmann y Julián se entienden y van teniendo aroma de pareja letal.

Y todo esto, ataque y defensa, perfectamente hilados por un jugador con el que nadie contaba y que ha resultado ser caviar del bueno: Giuliano Simeone. Para mí, asentado en esa ‘nueva posición’ que no existía en este Atlético como es la de interior derecho del 4-4-2, el ‘Cholito’ es el nombre del cambio. Qué facilidad para repetir esfuerzos, qué manera de reflejar el espíritu de la entidad en el césped, qué pundonor, qué ganas. Y qué gusto verle.

Este Atlético ha entrado en trance, está desbocado. Ya no juega a mínimos. Ya se divierte. Y la diversión se multiplica si el buen hacer del equipo coincide con un momento de dudas en Barcelona y en Chamartín.

Porque a río revuelto, ganancia de pescadores… y aquí el mejor anzuelo lo tiene Diego Pablo Simeone.

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