EL CASO BIELSA
El tema es ya para muchos conocido. Marcelo Bielsa, actual entrenador del Leeds United de Inglaterra, tuvo que reconocer abiertamente que el ayudante de campo detenido en las inmediaciones del estadio del Derby County (hoy uno de los principales competidores para llevarse la Premiership) había recibido órdenes suyas para (coloquialmente) espiar los movimientos de su rival en un entrenamiento.
Lo que ha ocurrido después es por otro lado conocido por pocos y tiene, a mi entender, interesantes paralelos en el mundo del management.
Partamos por lo más simple. Marcelo Bielsa reconoció desarrollar estas prácticas no solo ahora contra el Leeds, sino que contra todos los equipos de la Premiership y, aún más allá, contra todos los rivales a los que enfrentó cuando le tocó dirigir tanto a nivel club como de selecciones.
Su argumento es simple y probablemente discutible. Argumenta que esta práctica la ha realizado durante toda su carrera (argumento sin dudas inválido), que en los lugares donde lo ha desarrollado esta práctica no se condena (lo que es efectivo) y que siente pena y vergüenza por el simple hecho de que el rival piensa que esta práctica es anticompetitiva y falta a las normas del fair-play (recuerden que estamos en Inglaterra).
En resumidas cuentas, Bielsa empatiza con los sentimientos del rival y reconoce una falta desde la base que su conducta no era la apropiada para los estándares locales. Estamos entonces hablando de una falta desde el punto de vista cultural, algo que en rigor puede ser discutible y objetable desde aristas éticas.
Ahora vayamos a lo más complejo. Bielsa no solo muestra su vergüenza por el hecho ocurrido, sino que se ofrece a entregar todos los antecedentes e información que sean necesarios y a la autoridad que sea pertinente con el fin de remover cualquier manto de duda.
Y al día siguiente, ocurre lo inesperado: Bielsa y todo su cuerpo técnico (con la previa autorización del club) llaman a una conferencia de prensa. Quienes hemos seguido la carrera de Bielsa y admiramos su fútbol temíamos lo que podría ocurrir: una renuncia influenciada por diferencias de pensamiento y ética (tal como ocurrió con Chile y el Marsella de Francia).
Nada más alejado de aquello.
En un hecho sin precedentes y durante más de una hora, Marcelo Bielsa expuso ante todos los periodistas la analítica detrás de su trabajo.
Decenas de hojas en Excel, vinculaciones, tablas dinámicas, mapas de calor de cada equipo y cada jugador de la Premiership.
¿Norwich está con uno menos, va empatando sin goles y necesita ir por un gol en los primeros 10 minutos del 2do tiempo? Bielsa sabe cómo el equipo se va disponer.
¿Último cuarto del partido para el Hull City y en un córner quien dispara levanta las dos manos? Bielsa sabe hacia quien está destinado ese pase.
Los periodistas boquiabiertos. No vuela una mosca. Incredulidad total*.
El hecho ocurrido presenta interesantes paralelismos en el mundo del management:
1) La cultura local. Llevar a cabo una estrategia sin conocer las costumbres del mercado que se está atacando puede representar el fin de una aventura comercial. Bielsa desarrolla una práctica que en muchos países es relativamente común, pero que en su nuevo “mercado” de desarrollo es condenado políticamente;
2) Cortar la hemorragia. Discusión interna mediante, se debe salir a la luz para evitar la bola de nieve siga en ascenso y el tema acabe en una distorsión y desprestigio mayores. Bielsa reconoce el hecho de forma inmediata, presenta sus disculpas (aquí la empatía con el afectado es clave) y descubre su forma de trabajo para terminar generando el efecto inverso. Lo que inicialmente fueron dedos inquisidores apuntando su mala praxis, giró 180° para transformarse en admiración y respeto puro;
3) Los datos como fuente de poder. Millones de datos fruto de la observación. Datos que se transforman en información. Información que se transforma en poder. Aquí el paralelismo es peligroso pues no pretendo incitar que una empresa se introduzca dentro de una planta de su competidor. Hay una propiedad privada que debe ser respetada siempre e información confidencial que cualquier jurisdicción del mundo debiera proteger. Bielsa probablemente jugó con fuego al instalarse justo en la línea divisoria (más allá muchas de sus observaciones fueron en entrenamientos abiertos al público), sin embargo lo que nos debe quedar es que si no eres capaz de transformar un dato (muchas veces disponible para todos) en información que te genere un apalancamiento positivo, entonces el ejercicio de observación fue completamente improductivo**.
* Un par de tweets describen mediante historias y video lo ocurrido.
**El mejor ejemplo es este video en que detalla una interesante anécdota:
Chief Marketing Officer
1 añoHi Francisco, It's very interesting! I will be happy to connect.
Analista Medio Ambiente
4 añosBuen análisis
Director - North America Competitiveness at GE Vernova
5 añosQué buen análisis!!! Un abrazo