El CEO y los Modelos de Decisión frente a los Estados de la Empresa

El CEO, en su rol como líder de la empresa, se enfrenta día a día a una variedad de situaciones o eventos tanto dentro como fuera de la organización. Estos eventos o estados pueden clasificarse según sus distintos niveles de complejidad y grados de dificultad, dependiendo de cómo deben ser analizados y resueltos. Por ejemplo, una falla en una pieza fabricada en las líneas de producción no tiene el mismo impacto en las decisiones del CEO que una campaña del cliente debido a un reclamo por falla en la funcionalidad del producto en el campo. Estas dos situaciones o estados requieren ser gestionados de manera diferente. Por consiguiente, existen diferentes estados dentro de la empresa. ¿Qué sucede si existe una gran cantidad de situaciones o estados de diferentes niveles y grados de complejidad en un tiempo muy corto? Es evidente que el estado de la empresa tiende a ser cada vez más complejo, llegando incluso a un estado de desorden en los casos más críticos, lo que lo hace muy difícil de gestionar. Si además, cada día suceden más eventos de diferentes niveles de dificultad y, se suma al estado actual, entonces se puede alcanzar el estado caótico de la empresa donde toda la estructura física y organizativa colapsa, originando pérdidas económicas y, por consiguiente, el cierre de la empresa.

¿Y cuántos estados existen dentro de la empresa? Según la experiencia de los expertos de Admexus en el campo de batalla, existen 3 estados generales.

 El primero se refiere al estado Reactivo de liderazgo. En este estado, se actúa en la solución de los problemas de manera siempre sensitiva y urgente, sin pensar. Se percibe únicamente lo que está sucediendo y tanto el líder como el equipo involucrado actúan inmediatamente por el impulso del sentimiento, basándose únicamente en información superficial, es decir, sin datos y guiados por las sensaciones del equipo y las percepciones emocionales. Es un modelo en el cual, con el tiempo, el CEO y su equipo fracasan

"El segundo estado se describe como el estado Perceptivo. En este estado, se produce una combinación entre lo Intuitivo y lo Analítico. Aquí, las soluciones a los problemas se intuyen a través de un análisis superficial, generalmente basado en informaciones y datos incompletos o falsos debido a que provienen de la percepción sensorial. En este estado, el CEO y su equipo toman decisiones entre el razonamiento superficial de la fábrica de datos y las señales sensoriales del entorno. Es un modelo en el cual, con el tiempo, el CEO y su equipo experimentan constantes altibajos sin lograr obtener la estabilización deseada. En algunas situaciones, el peso de las emociones puede superar al del razonamiento, llevando a la empresa a un estado reactivo.

El tercer estado es el Cognitivo. Aquí, las decisiones se toman directamente en conexión con la Fábrica de Datos en tiempo real y los Modelos de Inteligencia Artificial, basados en procesos Analíticos y Aprendizaje de Máquina, conocido como Machine Learning. En este formato, no solo se resuelven los problemas de manera más rápida y efectiva, sino que también se evita la pérdida de tiempo y dinero por interacciones innecesarias, dado que la información de la fábrica de datos es de verdad, de origen y en tiempo real. Esta singularidad proporciona una sola fuente de información en toda la estructura empresarial, fomentando una sola voz con la generación de modelos analíticos más efectivos. Pero eso no es todo, lo más destacable es que tanto el CEO como su equipo, utilizando estos modelos de inteligencia artificial, pueden identificar futuros eventos y tomar medidas específicas para prevenir fallos o problemas invisibles. El liderazgo, en este estado, es dinámico y efectivo, basado en la generación de conocimiento a partir del análisis de grandes cantidades de datos verdaderos, de origen y en tiempo real, lo que resulta un estado de liderazgo más inteligente y exitoso definido como Divirtualigente. La pregunta ahora es: ¿En qué estado de los tres se encuentra tu organización?