El ‘creador’ del sevillano barrio de Santa Cruz
Los coches de punto se alineaban frente a la fachada de la estación Plaza de Armas, a la espera de la llegada del tren procedente de Madrid, como siempre. Pero aquel día había algo especial: un automóvil azul marino, con chófer y mecánico, que brillaba con los reflejos del sol. Procedente de la estación apareció un policía municipal que abría paso a un hombre elegante de barba y grandes bigotes, al que seguía un funcionario del ayuntamiento con actitud sumisa y servicial. Al montar en el vehículo el hombre dijo: “Vayamos de inmediato a Santa Cruz”.
1912. Benigno Mariano Pedro Casto de la Vega-Inclán y Flaquer, II marqués de la Vega-Inclán, llega a Sevilla con una misión. El gobierno de Canalejas lo nombró el año anterior Comisario Regio de Turismo y Cultura. Está realizando obras e iniciativas culturales que atraigan turistas a España por muchas zonas del país. Pero hay una ciudad que interesa en especial: Sevilla, que celebrará muy pronto una Exposición Iberoamericana. Para ello el marqués tiene como objetivo mejorar y reformar uno de los barrios más próximos al recinto de la muestra: Santa Cruz.
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Entre 1912 y 1920 reordena y sanea el barrio de Santa Cruz construyendo, restaurando y derribando espacios; mejora y moderniza el Real Alcázar; crea los Jardines de Murillo; crea ‘Hospederías’ dentro del barrio para alojar turistas; crea la Casa de América (ya que era el país que más turistas aportaba al mundo); gestiona la colocación de la escultura del Cid Campeador, regalo de su amigo Archer Huntington, fundador de la Hispanic Society of America, en un lugar preferente; promueve la construcción del Hotel Alfonso XIII y construye las ‘casas baratas’.
Sevilla debe al marqués de la Vega-Inclán el principal anillo turístico de la ciudad. En 1968 el Ayuntamiento colocó una placa en la que fue su casa en el barrio de Santa Cruz, situada en el Callejón del Agua, esquina con Justino de Neve. En 2021, y gracias vecinos del barrio, se le dedicó una plazuela en la confluencia de las calles Fabiola y Ximénez de Enciso que, en 2024 se vió mejorada, de nuevo a iniciativa popular, con la inauguración de un busto de bronce obra del escultor Jaime Gil Arévalo, inspirado en uno de Mariano Benlliure que está en Valladolid.